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El mayor alijo de droga incautado en la historia de España y de Europa estaba escondido en una nave del polígono industrial de La Torrecilla. 52.600 kilos de hachís que se interceptaron el pasado viernes en una operación sin precedentes a la que los agentes llegaron casi por sorpresa, después de que un ciudadano llamara a la Policía alertando de lo que, en principio, se suponía un robo. Una treintena de efectivos ha participado en este dispositivo que todavía continúa abierto y que por el momento se ha saldado con tres detenidos -dos en la aldea de El Rocío y uno en Sevilla- acusados de un delito contra la salud pública y que en las próximas horas pasarán a disposición judicial.
La delegada del Gobierno en Andalucía, Carmen Crespo, y el jefe de la Policía de Andalucía Occidental, Miguel Rodríguez Durán, se desplazaron ayer a la nave de La Torrecilla donde sucedieron los hechos y donde se incautó el alijo de droga para explicar los detalles de la operación, que parece sacada del guión de una película. La clave que permitió a la Policía Nacional llegar hasta el alijo fue la llamada de un ciudadano anónimo que acudió a la nave para dejar una máquina elevadora sin sospechar lo que le esperaba. Este camionero se encontró con un hombre apuntándole con una pistola que, sin mediar palabra, lo maniató y lo amordazó dejándole tirado en el suelo. A escasos metros de este episodio, en el interior de la nave, se estaba produciendo un hecho similar y una segunda persona también había dejado inmovilizados a dos individuos que, al parecer, iban a robar la droga. Los que golpearon, según sospecha la Policía, eran los propietarios del hachís mientras que los que quedaron amordazados en el interior de la nave pueden pertenecer a una banda rival que acudió al lugar a hacerse con el alijo. El camionero sólo tuvo la mala suerte de llegar en el momento menos oportuno.
Una vez que los dueños de la droga se aseguraron de dejar inmovilizados tanto a los asaltantes como al transportista, escaparon. Momentos después los que estaban en la nave consiguieron deshacerse de las cuerdas, liberando también al camionero que se encontraron fuera. Los dos primeros huyeron mientras que el transportista llamó a la Policía para relatar los hechos. Ninguno de estos implicados -a excepción del transportista, que sólo es testigo- ha sido todavía arrestado.
Los agentes acudieron a la nave industrial y comprobaron que la puerta de acceso se encontraba taponada desde el interior con cinco grandes bloques de hormigón con la finalidad de impedir la entrada, incluso si se realizaba empotrando un vehículo. Al registrar el local, descubrieron los 1.700 fardos de hachís, de 30 kilos cada uno. En otra nave, además, encontraron varios materiales de embalar lo que hace sospechar a la Policía que había más droga escondida pero consiguieron deshacerse de esta parte. La nave donde se almacenaba la droga estaba alquilada desde primeros de año pero, según las investigaciones policiales, el alijo llevaba allí poco tiempo, "unos días", según Rodríguez Durán. Se sospecha, también, que tal cantidad de droga llegó procedente de África y tenía que ser distribuida en el resto de Europa. Su precio en el mercado habría alcanzado los 80 millones de euros según los investigadores.
El Cuerpo Nacional de Policía descarta que haya una banda organizada que opere en Córdoba, sino que la ciudad más bien es un sitio de paso que sirve de enlace entre bandas criminales, ya que los focos del narcotráfico se centran en otras zonas más cercanas a las fronteras. La investigación, que está coordinando el Juzgado de Instrucción 6, continúa abierta y no se descartan más detenciones.
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