Comercio Justo

Alfonso Molina, 82 años dedicado a la agricultura ecológica en Córdoba

  • En su huerta del Naranjal de Almagro cultiva todo tipo de verduras de invierno que emplea para autoconsumo y para proveer a la cooperativa Almocafre

Alfonso Molina, en la tienda de Almocafre.

Alfonso Molina, en la tienda de Almocafre. / Miguel Ángel Salas

En los últimos años, ha surgido un interés cada vez mayor por los productos ecológicos y el consumo de alimentos de kilómetro cero, aquellos que se producen a menos de 100 kilómetros de distancia de su lugar de venta, debido a que los consumidores están más comprometidos con la protección del medio ambiente y con la reducción de la huella ecológica. En Córdoba, el gran referente del sector es la cooperativa Almocafre, que entre sus proveedores cuenta con alguien muy especial, al que la palabra pionero se le queda corta: Alfonso Molina. Y es que lleva siendo agricultor nada más y nada menos que 82 años.

"Como nací en el campo y en enero he cumplido 82 años de vida, pues esos son los años que llevo como agricultor", bromea. Alfonso empezó a trabajar la tierra desde muy pequeño, porque su padre y su abuelo eran agricultores en la finca que pertenece a su familia desde hace generaciones. 

El terreno se encuentra en la ciudad de Córdoba, concretamente en el pago del Naranjal de Almagro, cerca del Hospital Universitario Reina Sofía. La finca tiene unos 15.000 metros cuadrados y está rodeada de tierras actualmente abandonadas en las que ya nadie se dedica a cultivar, con la excepción de Alfonso.

Ahora, cuenta, continúa labrando la tierra "más que nada" por entretenerse. "Antiguamente sí que me dedicaba a trabajar la tierra para vivir del campo, pero ya no", dice. Alfonso produce cultivos tan solo para alimentar a su familia con ellos y, con los excedentes que genera, se provee a las tiendas de Almocafre en Córdoba.

Molina empezó a trabajar con Almocafre hace unos años porque la cooperativa buscaba productos de kilómetro cero en la zona de Córdoba. Así, comenzó una colaboración que abastece de estos alimentos únicos a los cordobeses. 

Los cultivos de la finca de Alfonso son todo hortalizas y, en estas fechas, él está ocupado con los vegetales de invierno: escarolas, espinacas, acelgas, puerros, coles, coliflores, lechugas. En la finca se puede encontrar una gran variedad de cosechas surgidas de las propias semillas del agricultor.

Cuando a Alfonso se le pregunta cómo dio el paso de una agricultura tradicional a una ecológica, él lo tiene muy claro: "Ahora le han puesto el nombre de ecológico, pero yo siempre he criado las hortalizas de manera natural". Y añade que lleva toda su vida dedicado a este tipo de agricultura porque su padre fue el que le enseñó: "Para mí fue un aprendizaje muy bonito porque me iba siempre con mi padre, a parte de ir al colegio. Yo me amanecía y me anochecía en el campo".  

Del mismo modo, el hortelano resalta los beneficios que trae un cultivo ecológico: "En otros sitios con grandes extensiones, como en las plantaciones de Almería, les echan toda clase de pesticidas y productos químicos. Pero lo natural es que no lleven nada. En mi huerta yo solo echo los excrementos de los animales, que es lo que se ha echado siempre para enriquecer la tierra", relata.

En cuanto al tema de las plagas que afectan a los cultivos, señala: "A lo largo de mi vida, lo que he aprendido es que a la tierra hay que darle su descanso. Hay que sembrarla con barbecho. En mi huerta no son necesarios los tratamientos contra plagas porque no hay enfermedades". 

Otro de los elementos que hacen de su finca un lugar único es su forma de arar la tierra, pues utiliza sus animales para removerla y no hace uso de ningún tipo de maquinaria. "Es un orgullo y una satisfacción ser un referente en Córdoba de cómo trabajar de una manera tradicional, como se ha hecho siempre, buscando lo más adecuado para la huerta", asevera.

Alfonso Molina es un hombre comprometido con la tierra y la calidad de sus alimentos. Él mismo se alimenta de sus propias hortalizas y afirma que, "en otros lugares, las hortalizas se crían debajo de un plástico, en invernaderos". "A mí lo que de verdad me gusta es que los cultivos tengan las vitaminas del sol, esto les da una riqueza totalmente distinta", afirma. 

Y avisa de que, en los últimos años, "el cambio climático nos ha estado dando campañas regulares porque la madre tierra nos está avisando de que cuidemos el medio ambiente". Y añade que es necesaria una mayor concienciación sobre el tema porque "es algo que está afectando a las semillas". "Por ejemplo, si en un año faltan un 2% de las semillas, es una gran cantidad la que se pierde para cultivar y cada vez somos más habitantes en la tierra y necesitamos más alimentos", reflexiona.

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