En 1964, camino ya de seis décadas, la cerveza El Águila, que volvió a la venta hace apenas cuatro años, pasó de fabricarse en la planta del edificio homónimo en la avenida Cervantes de Córdoba capital a la actual fábrica del polígono de Las Quemadas. Un centro de producción que hoy acoge a más de un centenar de trabajadores y del que salen no menos de 50 marcas artesanas para todo el mundo... y que ha originado los dos últimos lanzamientos del grupo Mahou San Miguel: Mahou Sin Filtrar y Mahou Rosé.

"La planta ha crecido en su capacidad de producción, y en su versatilidad para adaptarse a las necesidades del mercado y al gusto de los nuevos consumidores", ha comentado este miércoles Alberto Rodríguez-Toquero, el director general de la compañía cervecera, durante una visita institucional a la planta cordobesa para exponer el plan de inversión para la misma para el presente ejercicio, que asciende a 4,3 millones de euros (y más de 30 en una década). Ahí ha descubierto la sorpresa del origen de los dos últimos productos de Mahou, que "se han elaborado aquí, con todo el esfuerzo y rodaje de un equipo comprometido".

Un hecho que ha enorgullecido al alcalde de la ciudad, José María Bellido, que ha encabezado la delegación institucional junto a otros miembros del gobierno local, que también ha hecho hincapié en la aportación de esa microcervecería puesta en marcha en 2019 y que permite poner a Córdoba en el mapa: "Es un orgullo que se esté produciendo para todo el mundo desde Córdoba". Ese nicho, abierto por los productores artesanales, lo ha sabido exprimir a la perfección Mahou San Miguel, con una planta de la que salen 50 marcas tanto nacionales como internacionales, todas con un sello de calidad made in Córdoba y que han ayudado a fomentar "la cultura" de la cerveza.

El origen está en la planta cervecera que en 2007 adquirió el grupo Mahou San Miguel, y que da cobijo a otras marcas reconocidas de la casa como Alhambra, muy vinculada a la ciudad con su aportación a eventos como Medina Sonora o Jardín Alhambra. Un edificio que, como Bellido recordó, es "un espacio importante, simbólico y muy ligado" a la ciudad que levantaron el arquitecto Rafael de la Hoz Arderius, en colaboración con Gerardo Olivares, con la idea de fusionar funcionalismo y tecnología, sin perder la expresividad artistíca.

Visita institucional a la fábrica de Mahou San Miguel en Córdoba.