Antonio Jesús Rodríguez. Titular del Juzgado de lo Social de Córdoba

"El abandono de la justicia ha sido una realidad durante varios mandatos"

  • El CGPJ ha premiado a la sala cordobesa por ser una de las más accesibles de España gracias a un sistema que permite acumular asuntos y emitir así una única sentencia

El Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) ha reconocido al Juzgado de lo Social 3 de Córdoba con un premio a la accesibilidad. La resolución de asuntos en esta sala es mucho mayor que en otras. Desde hace siete años, Antonio Jesús Rodríguez, cordobés de nacimiento, dirige este juzgado.

-Un premio a la accesibilidad, en terreno de la justicia, debe ser complicado de conseguir.

-Estamos satisfechos porque el premio supone un reconocimiento a una nueva organización del trabajo. No sólo el Social 3, sino que los cuatro juzgados de la jurisdicción nos pusimos de acuerdo. Nos anticipamos a una previsible reforma legal y lo que estamos haciendo es ponernos de acuerdo letrados de la Administración de Justicia y jueces para, aquellas demandas que se presentan y tienen posibilidad de acumulación y son parecidas, en lugar de celebrar todos los juicios, acumularlos y conseguir tramitar menos. Así ponemos menos sentencias o sentencias más complicadas. Eso nos lleva a, sin poner más sentencias, conseguir una respuesta anterior. Eso es lo premiado.

-¿Cuánto tiempo se ahorra en cada caso en comparación con otros juzgados?

-Con la carga de entrada de mi juzgado otras ciudades celebran juicios para el año 2020 y nosotros vamos por una media de cinco meses. Somos capaces de celebrar una demanda urgente para el mes de septiembre.

-¿Es exportable ese modelo a otras salas?

-La jurisdicción Social tiene una singularidad y es que son muchos trabajadores los que tienen el mismo problema frente a una empresa. Pero en lo Contencioso-Administrativo, en tema de personal, se podría exportar o en demandas de cláusula suelo porque el concepto jurídico es el mismo. Aquí sería una cuestión de organización del trabajo, pero para ser admisible en lo Civil debería haber una reforma administrativa que admitiera las demandas colectivas, que sí existe en otros países. Es decir, la posibilidad de acumular un mismo conflicto que afecte a muchos usuarios.

-Dice que lo que ha hecho lo Social 3 de Córdoba ha sido adelantarse a una reforma legal, ¿supone esto que este modelo se copiará en otras provincias?

-Ya se ha planteado, durante varias legislaturas, el instaurar los tribunales a distancia, que es a lo que nosotros nos estamos anticipando. No se ha hecho por un problema de desconfianza. Si la dirección de estos tribunales se deja en manos de los jueces o magistrados que elijan sus compañeros no va a haber ningún problema, el problema es que se organicen desde arriba para imponer sistemas de organización del trabajo abusivos. Esta duda es la que no ha permitido que el desarrollo legislativo se consolide. Este sistema tiene que partir de abajo a arriba, debe estar pensado por los jueces, no impuesto para ellos.

-¿Qué nivel de pendencia hay en su juzgado? ¿Cuántos casos quedan pendientes de acoger a final de ejercicio?

-La media, según los datos del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA), de los cuatro juzgados de lo Social en Córdoba de asuntos ingresados es de 1.187 asuntos. El juzgado está preparado para tramitar entre 850 y 880. Esto es algo que ocurre desde la crisis económica, asumimos un 80% más de lo que estamos preparados. Cuatro juzgados hacemos el trabajo de cinco.

-Imagino que esto se solucionaría con más personal.

-Como nosotros somos eficientes, y a pesar de la carga de entrada no tenemos mucho retraso, no somos uno de los juzgados a los que se presta más atención por parte del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) ni por el Ministerio de Justicia. Es comprensible, se presta más atención a los que van más retrasados. Con lo cual, la eficiencia nos está penalizando. Lo que sí ha pedido el presidente del TSJA es que en Córdoba se cree un juzgado más en lo Social, que sería el quinto. El sistema de trabajo conlleva un sobreesfuerzo que tiene una repercusión entre los compañeros, aquí ha habido una huida de la jurisdicción por no poder asumir de una manera mantenida esta cantidad de trabajo.

-¿Cuánto personal habría que contratar para que el juzgado funcionara dentro de unas condiciones entendibles?

-La plantilla está pensada para un juez, un letrado de la Administración de Justicia, dos gestores, cuatro tramitadores y dos agentes. En total, harían falta diez personas más.

-Además de la falta de personal y de la pendencia de asuntos, ¿qué otros problemas percibe en su juzgado?

-En estos momentos se está afrontando el reto de la digitalización. Hay un mandato legal que exige que la comunicación tiene que ser digital con los profesionales del derecho y lo estamos intentando cumplir. Hace falta que las posibilidad técnicas se adapten a la realidad legislativa. Existen unas previsiones normativas y no existen medios técnicos para implantarlas. Le estamos pidiendo un esfuerzo a abogados, a graduados sociales, a procuradores que no tienen implantación tecnológica total. Aunque los abogados ya lo entienden mejor, todavía nos crea muchas disfunciones.

-¿Cómo llegó a la Justicia?

-Estudié Derecho en la Universidad de Córdoba (UCO) y por apellido me tocó estudiar en el turno de tarde. Muchos de los profesores de ese turno eran jueces y fiscales y me gustó la forma que ellos tenían de explicar el Derecho. Yo no vengo del mundo jurídico, mi familia no tiene nada que ver con esto, pero aquello me atrajo hasta el punto de que oposité. He desarrollado mi trabajo en distintas ciudades, pero sobre todo en Córdoba. Primero estuve en Lucena tres años y en el puesto actual llevo 11 años. Estoy en una jurisdicción a la que llegué por ascenso obligatorio y accedí a un juzgado de lo Social en 2008 en Santa Cruz de Tenerife. Ahí estalló la crisis económica y la he sufrido en una jurisdicción donde es especialmente sensible. Hay que inculcar amor por esta jurisdicción porque aparecen palabras como conciliación, negociación, cesión muy habituales entre las relaciones de trabajadores y empresarios, algo que no llega a la sociedad.

-¿Qué le parece el nuevo edificio judicial?

-Recuerdo cómo estábamos hace un año y el cambio es totalmente positivo. El beneficio para el justiciable es clarísimo, hay más comodidad para los profesionales. Hay disfunciones, pues sí, en toda mudanza las hay, si las hay en la mudanza de una casa, aquí también. Se tienen que solucionar con el diálogo y existe ese diálogo abierto entre la Junta de Andalucía, el fiscal provincial, los sindicatos… Tenemos que ser capaces de que, todos los problemas que se nos presentan día a día, solucionarlos con el diálogo. La apuesta por la Ciudad de la Justicia es acertada, no sólo para el presente, sino para un futuro muy prolongado.

-El edificio, a pesar de su coste, ha presentado desperfectos, incluso goteras.

-A todos nos ha sorprendido, también a la Junta de Andalucía. Para mí ha habido una respuesta rápida para afrontar los problemas que han existido. Hay una voluntad de resolver lo que surja, y en cualquier edificio puede haber incidencias. Me parece bien que los sindicatos lo denuncien. No soy crítico con ello porque yo no me quiero cargar la Ciudad de la Justicia.

-Las puertas de este edificio han acogido, y acogen, numerosas concentraciones de personal de justicia que demanda, entre otras cosas, una subida salarial.

-Estas protestas se convocan, la mayoría, a nivel nacional. Ha sido una realidad el abandono de la justicia, no en esta legislatura, sino también en anteriores. Siempre digo que la mejora de la justicia debe ir por tres vías: la mejora del estatuto profesional, de los que formamos parte de la administración, de la organización del trabajo de los juzgados y las mejoras procesales que permitan una mejor gestión de los procedimientos. Nosotros sufrimos un recorte salarial en 2012 superior al del resto de la función pública, hemos tenido una congelación de salarios, no hemos pedido nada durante la crisis, hemos arrimado el hombro porque creíamos que era necesario. Pero ahora que hay una recuperación económica de la que otros sectores se están beneficiando, nosotros también queremos participar. Si hay una reivindicación salarial razonable, se puede y se debe reivindicar, negociar y llegar a acuerdos. Estábamos cerca de un acuerdo con el anterior gobierno que, por la moción de censura ha cesado y ahora esperamos a la constitución del nuevo Ministerio de Justicia para retomar las negociaciones. No son solo reclamaciones retributivas, reclamamos independencia judicial, más medios o mejores leyes.

-También se ha insistido en la necesidad de implantar el nuevo modelo de Oficina Judicial.

-Yo represento a Foro Judicial Independiente y nos llegó hace más de un año un borrador de ese nuevo modelo que aún no se ha implantado. Informamos sobre ese borrador, hicimos propuestas de modificación, pero aún no sabemos el estado actual de esta situación porque no nos ha informado la Junta. Uno de los problemas de este edificio es que estaba pensado para el nuevo modelo de Oficina Judicial y al no implantarse se tuvo que readaptar a los distintos juzgados y ese es uno de los problemas que se intenta resolver. Desconozco la decisión política sobre la nueva Oficina Judicial en Córdoba.

-¿Cuál es la principal temática de los asuntos que entran en su juzgado?

-Los juzgados de lo Social son fiel reflejo de la crisis económica. Nos hemos dado cuenta de que una vez superada la parte más crítica de la crisis, ya las demandas no son cómo eran cinco años. Antes, cuando las empresas no podían seguir lo que hacían era echar el cierre, abandonaban a los trabajadores y las reclamaciones eran sencillas porque no había oposición. Sin embargo, ahora la recuperación económica tiene un reflejo en lo Social porque los conflictos son más singulares, con mayor dificultad técnica, vamos más al detalle. Eso tiene un reflejo bueno y es que parece que se consolida el empleo, aunque yo sigo viendo un empleo inestable, temporal, precario, con malos salarios y eso da litigiosidad. La recuperación económica está permitiendo mayor empleo, pero de menor calidad.

-¿Ha desembocado la salida de la crisis en una menor entrada de asuntos?

-Hemos rebajado el número de asuntos que entran, pero ha aumentado la dificultad de las reclamaciones. Tenemos menos asuntos, pero asuntos más complicados.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios