La fuerza de Vox se diluye en el Congreso de los Diputados, aunque conserva su escaño conseguido en Córdoba durante las tres últimas elecciones generales a las que se han presentado. El candidato por la provincia, José Ramírez del Río, revalida su puesto en las Cortes con un apoyo del 13,9% y 59.690 votantes, siendo el tercer partido más votado por delante de Sumar. 

A pesar de mantener su representación por Córdoba, empeora su resultado cosechado hace cuatro años, cuando consiguió 82.534 votos (18,8%). La formación verde es la que más pierde a nivel nacional respecto a las últimas generales de noviembre de 2019, cayendo desde los 52 escaños hasta los 33 (-19) y con más de medio millón menos de votantes, pasando de los 3.656.000 a los 3.013.000.

En la capital, los de Abascal han bajado cinco puntos tras perder 9.300 votantes, aunque en términos porcentuales el mayor descalabro se ha producido en Lucena donde han pasado de ser la primera fuerza política en 2019 con un 31% de los votos (7.200) a situarse por detrás de PP y PSOE, con un 18% de los votos (4.197).

Miembros de Vox durante el seguimiento del escrutinio.

El diputado por Córdoba, José Ramírez del Río, ha justificado la caída siguiendo el mismo mensaje dictado por el líder de su partido (Santiago Abascal), aludiendo al tratamiento que desde los medios de comunicación y las encuestas han hecho de su formación y culpando al llamamiento del PP al voto útil que "ha hecho fracasar la suma de la alternativa PP-Vox". 

El primer batacazo electoral de Vox en unas generales desde que entrara en el Congreso, en abril de 2019, ha dejado con cara de póker a más de un militante, que ha seguido el escrutinio en Córdoba. Desde dentro eran conscientes de que iban a perder apoyo, a pesar de desconfiar de las encuestas, pero mantenían la esperanza en ser decisivos a la hora de pactar con el PP y formar un posible gobierno de coalición.