Estaba llamada a ser una de las grandes obras de infraestructuras industriales en Córdoba y se quedó en nada. Ahora, el polígono de la antigua Azucarera puede por fin ser una realidad al 100%, como muy tarde, en un par de años. El presidente de la Gerencia Municipal de Urbanismo (GMU), Pedro García, anunció ayer que este organismo autónomo ha empezado a trabajar para hacer realidad ese complejo ubicado en la barriada de Villarubia. Lo hizo en una reunión mantenida en la sede de la Confederación de Empresarios de Córdoba (CECO) con representantes de las empresas ubicadas en los distintos polígonos de la capital. García relató que se tiene previsto retomar la urbanización con la ejecución de un aval económico.

Ese nuevo polígono, según detalló, "contará con 22 hectáreas de terreno, en su mayor parte, el 80% destinadas a la industria, pero también con áreas deportivas y de logística". "Las parcelas contarán con entre 3.000 y 10.000 metros cuadrados de superficie, que se suman a la intención de poner suelo en carga para la industria". El coste de la iniciativa, según también detalló, asciende a aproximadamente 11 millones de euros y la intención de Urbanismo es que este mismo año se ejecute la mitad de la urbanización, "con lo que entre 2018 y 2019 estaría todo el polígono cerrado", dijo.

García destaca que las actuaciones suponen una inversión de unos 11 millones de euros

Respecto al proyecto, relató que Urbanismo está actualmente redactándolo el proyecto, ya que el anterior se ha quedado anticuado. No obstante, aseguró que algo se ha andado ya al respecto, dado que aunque el anterior se ha quedado algo anticuado, habrá muy poca diferencia con ese ya previsto" en un principio.

Los trabajos, que se deberían haber iniciado en la antigua Azucarera en 2008, nunca llegaron a ejecutarse. Es más, a finales de noviembre de 2013, la Gerencia dio un plazo de 15 a Hibernia, sociedad participara al 50% por Noriega y Moreno S. A. y que era la responsable de esos trabajos de urbanización, para que los iniciara. Hibernia contaba con un periodo de 24 meses para la construcción de las instalaciones desde que se aprobó definitivamente el proyecto, algo que sucedió a finales de 2007, pero lo cierto es que llegó la crisis y nunca se llegó a poner ni una piedra. Ante la paralización de los trabajos, la Gerencia llegó a un acuerdo en febrero de 2012 en el que se pactó fraccionar el proyecto en varias fases de urbanización. La primera tenía un inicio de obras "inmediato" y un plazo de ejecución de 12 meses desde su comienzo, mientras que la segunda se ejecutaría en dos años a contar desde la finalización de la primera. Ninguno de los plazos establecidos se cumplió. Tras ello, Urbanismo inició el expediente en el que se daba un último plazo a Hibernia para la urbanización del polígono después de recibir una petición de un particular que compró una parcela en la zona -Talleres Corral Mecanizados- y que denunció que no se había actuado en ese suelo.

En este contexto y después de que Hibernia -con Noriega en liquidación y Moreno S. A. sufriendo un ERE tras ERE- tampoco se pusiera manos a la obra, el Ayuntamiento declaró el incumplimiento de la obligación urbanística que tenía el promotor -Anida- para ejecutar las actuaciones y acordó realizarlas de forma subsidiaria. Para ello acordó ejecutar los avales depositados en la Gerencia para tal fin, esos aproximadamente 11 millones de euros que son los que ahora se utilizarán para hacer realidad el complejo industrial de Villarrubia.

En su primer proyecto, este polígono industrial contemplaba una zona destinada a pequeñas empresas con naves de una superficie mínima de 100 metros cuadrados. También se reservaba suelo para el sector terciario, así como un núcleo de equipamientos como una sala deportiva cubierta y una pista multiusos.