Rastreadores en Córdoba tras la pista del coronavirus

Sanidad

La labor de este personal sanitario se centra en encontrar infectados, estudiar su entorno y aislarlos a través de llamadas teléfonicas, en las que también comunican el alta del confinamiento

La enfermera y rastreadora de coronavirus en Córdoba Beatriz Méndez.
La enfermera y rastreadora de coronavirus en Córdoba Beatriz Méndez. / Juan Ayala

Su labor es esencial para detectar y evitar casos de contagio por coronavirus. Están detrás del teléfono para informar, asesorar, recomendar y, por fin, dar el alta del confinamiento a quienes han dado positivo en covid-19. Son los rastreadores, una figura clave durante las últimas semanas para controlar la epidemia. Para ello, se ha desarrollado un sistema en red multidisciplinar que permite que en cada centro de salud haya personal sanitario encargado de realizar los rastreos coordinado por los enfermeros de epidemiología, que son cuatro y trabajan en otros tanto distritos de la provincia. A todos ellos se suman los casi 800 enfermeros rastreadores de la provincia, tal y como ya indicó en su día el gerente del Distrito Sanitario Córdoba y Guadalquivir, José Manuel Rumbao.

Enfermeros de profesión y epidemiólogos, estos profesionales sanitarios se encargan de llamar a quienes han dado positivo y hacerles una entrevista. Una de ellas es Beatriz Méndez, que trabajó a destajo cuando se declaró el brote en la capital cordobesa cuyo origen estuvo en una fiesta y por el que, hasta la fecha, hay 110 personas afectadas.

La última fecha de contacto, dónde fue el contacto y cuándo se hizo la PCR son algunas de las preguntas que realizan en cada llamada. La entrevista va a más allá para obtener más datos y, por eso, también preguntan si esta persona que ha dado positivo en coronavirus ha estado en contacto con alguien más. "Son detalles que antes no les ha preguntado el epidemiólogo y les informamos también de las medidas sanitarias que tienen que llevar", apunta Méndez.

Dónde encontrar consejos e información para pacientes en internet, a qué teléfono tienen que llamar si tienen síntomas y la fecha del alta del confinamiento son otros de las cuestiones que da a conocer en cada llamada el rastreador. Una llamada que, según explica esta enfermera, dura unos diez minutos.

"Nuestra misión es tener un seguimiento de todos los casos, bien los que han salido positivo para ver qué medidas hay que seguir tomando con ellos y, luego un seguimiento de todos los que han sido identificados como contacto estrecho de estos positivos", detalla.

Consejos sanitarios en prevención, medidas preventivas de aislamiento, todo lo que tiene que hacer en caso de cuidados con los demás, así como comunicar una opción directa al centro de salud si tienen síntomas de padecimiento de la enfermedad son algunos de los aspectos en los que incide Méndez que el rastreador tiene que llevar a cabo durante su trabajo.

Beatriz Mendez

"Nuestra misión es tener un seguimiento de todos los casos"

"El rastreador recibe toda la información de las personas a las que tiene que llamar mediante un circuito interno establecido desde que el día que se detecta el brote", detalla, tal y como pasó en el foco de la fiesta en la capital. A continuación, el distrito sanitario y el conjunto de epidemiólogos y enfermeros que hay allí "van derivando a todos los centros de salud un listado de personas que han sido detectados como contactos, a los que se les ha hecho la PCR y que tenemos que llamar para dar los resultados; por un lado nos dan los positivos y, por otro los negativos", anota.

De manera evidente, quienes reciben la primera llamada son las personas que han dado positivo, mientras que a los que han dado negativo "se tarda un poco más porque al ser tantas pruebas se tiene que hacer una priorización".

En la primera llamada que una persona contagiada en un brote recibe por parte del rastreador se pregunta también por nuevos contactos que haya tenido, es decir, para hacer "es una escalada de una semana de seguimiento". "Toda esa información se vuelca a los centros de salud y los enfermeros de los centros de salud hacen una llamada de resultado y un seguimiento hasta el día del desconfinamiento. El confinamiento es desde que la persona tuvo el último contacto con el caso hasta 14 días después".

Méndez indica también que se llama en dos ocasiones: una para dar el resultado y otra para el registro de los datos y la fecha del alta.

Desde el Área Sur

José Manuel Medina es otro rastreador, en este caso, del Área Sur de la provincia, donde ayer se han detectado dos nuevos brotes por coronavirus. Enfermero en Atención Primaria en Puente Genil desde hace un año y medio -tras pasar 25 en la puerta de urgencias del Hospital Infanta Margarita de Cabra-, detalla que decidió presentarse a la convocatoria porque "creíamos que era un cargo imprescindible para intentar erradicar la pandemia".

Entre otros casos, cuenta que el 1 de junio "nos comunicaron que había un positivo". En seguida, se pusieron en contacto con el "para ver si era un caso antiguo, le preguntamos los síntomas y nos brindamos a lo que fuera necesario".

El estudio de contacto, continúa, "es como un círculo que se va haciendo para intentar que no se ramifique". Tras numerosas llamadas desde que es rastreador, reconoce que "lo más duro es comunicar que ha dado positivo y no lo saben porque son asíntomáticos".

Medina hace especial hincapié entre los más jóvenes, ahora que el perfil de afectados por covid-19 ha cambiado respecto a los primeros meses de la pandemia y reconoce que muchos de ellos "no le dan importancia" a síntomas como la pérdida del olfato. También sostiene que resulta difícil establecer un control sobre ellos, ya que sus círculos sociales "son complicados" y se pregunta "cómo se les dice que no se vayan de fiesta".

Después de tantas llamadas a su espalda, este enfermero asegura que "se pone en la piel de las familias a la espera de los resultados" y subraya el trabajo que han desarrollado y siguen prestando "los compañeros de cuidados críticos y urgencias del dispositivo de Córdoba por la labor que hacen en todas las pruebas PCR".

La labor de todos ellos, por tanto, es fundamental y, más ahora, que en la última semana en Córdoba se han registrado cinco brotes de coronavirus.

Una estrategia de red compacta

El brote de coronavirus cuyo origen estuvo en una fiesta en Córdoba provocó que desde Salud se pusiera en marcha "una estrategia de red compacta", según expone la enfermera Beatriz Méndez, quien reconoce que "hubo una avalancha de personas que acudieron al servicio de autocovid del centro de salud Castilla del Pino y fue complicado hacerlo todo". Aquel fin de semana, recuerda, "trabajó todo el mundo; los primeros y segundos rastreadores". "Existen rastreadores a nivel de distrito, que buscan contactos de los positivos y, esos contactos pasan a los segundos rastreadores que entran en segundo lugar", explica, al tiempo que incide en que "ha sido un trabajo en equipo bastante grande". Méndez también hace referencia a la respuesta de los más jóvenes y destaca que "la mayoría han contestado y se ha confinado". Para dar con ellos, ha utilizado una herramienta que, para muchos, puede llegar a resultar algo extraña, ya que está casi en desuso: el teléfono fijo y, por eso, "sabíamos que estaban en casa". "La mayoría ha cumplido, sobre todo, porque los padres han estado en frente y también porque se han asustado", concluye.

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