Seguridad

Proteger en Córdoba el oro líquido ante el alza del precio del aceite

Miembros de la Guardia Civil patrullan en un olivar de Baena.

Miembros de la Guardia Civil patrullan en un olivar de Baena. / Miguel Ángel Salas

Andalucía, productor mundial por excelencia de aceite de oliva, ya se encuentra en plena temporada de una cosecha en la que, con unos precios en máximos y con previsiones al alza, el oro líquido español se convierte en un bien que las unidades de la Guardia Civil se afanan por proteger, ya sea por tierra y aire, a través del dispositivo especial para la campaña de la aceituna.

A la hora fijada, el teniente Cobo reúne a todos su equipo. Miembros de seguridad ciudadana, del equipo ROCA, el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona), el subsector de Tráfico, la Unidad Orgánica de Policía Judicial y el Grupo de Información y Unidad de Seguridad Ciudadana (USECI), y de apoyo aéreo reciben en la plaza del acuartelamiento las últimas instrucciones del operativo. El objetivo se centra en "intensificar el control del transporte de aceituna" y la "inspección de los puntos de recepción", ya sean almazaras, cooperativas o puntos de compra, para comprobar la "lícita procedencia de la aceituna recibida", explica Cobo a EFE.

La zona de control se centra en esta ocasión en los límites de las provincias de Córdoba y Jaén, cerca de Baena, tierra olivarera milenaria de la campiña cordobesa. El dispositivo establece su primer punto de control en una confluencia de carreteras entre parcelas de olivos, una zona habitual de tránsito de tractores y remolques. El tiempo nublado y con amenaza de lluvia impide al helicóptero llegar hasta el punto establecido y se regresa a Sevilla, por lo que el apoyo aéreo se centra en el dron, que se eleva para ser los ojos del operativo desde el cielo.

Documentación de origen y destino

"Se han comprobado, aparte de la documentación rutinaria, en concreto los documentos de acompañamiento de transporte y de la aceituna para ver que tiene un origen y un destino lícito, y que el transportista está en condiciones de transportarla", explica Cobo. Los vehículos interceptados cumplen con los requisitos exigidos y el dron detecta una cuadrilla en el tajo en una fina cercana. Las motos adaptadas al terreno escarpado entre olivos son las primeras en ponerse en camino mientras se desplaza el resto del operativo. La presencia del dispositivo, aéreo y motorizado, no altera el trabajo de los jornaleros.

Las máquinas se apoderan del olivo y sus brazos metálicos lo abrazan y lo hacen estremecer hasta que la aceituna cae al suelo. Mientas tanto, las varas de los hombres y mujeres de la cuadrilla azotan las ramas para extraer hasta el último fruto disponible que debe caer en las mallas. Las últimas lluvias han engordado la oliva y rueda hasta perderse pendiente abajo, una "pepita" de oro que llega hasta el camino y que atrae la atención del amigo de lo ajeno.

Un guardia Civil para a un tractor. Un guardia Civil para a un tractor.

Un guardia Civil para a un tractor. / Miguel Ángel Salas

Control de cuadrillas y almazaras

"Cuando visitamos las cuadrillas que están cogiendo aceituna tenemos que comprobar que son legítimas y que pueden coger ese fruto", expone Cobo, que también subraya el "control de documentos" para evitar la "explotación laboral". Con todo en regla, el dispositivo se retira con las recomendaciones más importantes y necesarias para evitar el robo o el hurto de las aceitunas. "Coger la aceituna lo antes posible, especialmente este año. Intentar hacerlo en las zonas que están más visibles, especialmente cerca de caminos y que no se dejen los remolques llenos en el campo", relata el teniente a EFE.

También es importante la protección de la maquinaria, muy cotizada hoy en día, por lo que Cobo advierte de que "no se quede en el campo, que a veces pasa" y, aunque "a veces cuesta", que vaya "acompañando a los trabajadores lo máximo posible". Las alertas y recomendaciones están más que asumidas por un sector olivarero que el pasado agosto sufrió el robo de 56 toneladas de aceite de oliva virgen de oliva de una almazara de Carcabuey, muy cerca de donde opera el dispositivo, y que se resolvió con la detención de los sospechosos.

Uno de los drones de la Guardia Civil. Uno de los drones de la Guardia Civil.

Uno de los drones de la Guardia Civil. / Miguel Ángel Salas

Mapas de riesgo e información actualizada

"Las almazaras son un punto caliente" y el operativo se traslada a unas instalaciones cercanas hasta donde acaba de llegar un camión con carga detectado por el dron. "Comprobamos las entradas aceituna que han tenido, que los documentos de acompañamiento al transporte, los que se conocen como DAT, estén correctos, y la documentación de destino", señala el teniente a EFE. Cada incidencia que se registra, por menor que sea, permite "actualizar toda la información" y crear unos "mapas de riesgo" que son los que se intentan cubrir en cada campaña "que se va actualizando año a año" y en el que el contacto con el olivarero es "esencial" para cumplir el cometido. En el cortijo anexo a la almazara, el teniente Cobo se despide de los propietarios con las últimas recomendaciones.

"Si ven algún vehículo sospechoso o gente que no les cuadre, ya que normalmente conoces a los de tu zona, que apunte la matrícula, que llamen al 062 y, si puede ser, que se instalen la aplicación específica AlertCops que permite mandar ubicaciones e imágenes en el momento". Finalizado el dispositivo sin ningún incidente destacable, las unidades regresan a sus zonas con información detallada y actualizada para luchar de forma más eficiente contra el robo y hurtos de aceitunas o del propio aceite de oliva que es ya hoy realmente el "oro líquido español". La cosecha sigue, el servicio continua.

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