Prevención

Grupo Local de Pronto Auxilio Siete Fincas: los ojos de la Sierra de Córdoba

Voluntarios del Grupo Local de Pronto Auxilio. Voluntarios del Grupo Local de Pronto Auxilio.

Voluntarios del Grupo Local de Pronto Auxilio. / Juan Ayala

El Grupo Local de Pronto Auxilio Siete Fincas lleva cuidando de la Sierra de Córdoba casi 35 años. Son los ojos de la sierra, la única asociación de voluntarios en Córdoba que está alerta para "salir corriendo" ante cualquier conato de incendio, además de velar por la prevención y seguridad de los vecinos en las zonas altas de la ciudad. 

Unos 80 voluntarios de distintas partes de la zona velan para sofocar y extinguir posibles incendios antes de que las llamas se propaguen y empiecen a teñir todo de negro. Debido a su ubicación, son los primeros en llegar, lo que hace que en multitud de ocasiones el riesgo de incendio desaparezca antes de la intervención de los bomberos o del Infoca. Además, el grupo también se encarga de colaborar labores como evacuar la zona, señalizar o despejar el camino para garantizar el acceso al incendio ante la llegada de los bomberos forestales.

Como ellos mismos señalan a El Día, que un conato se convierta en un incendio de gran envergadura es cuestión de minutos. Por ello, la pronta actuación de estos voluntarios hace que se consigan extinguir las llamas antes de que se descontrolen y arrasen hectáreas de zona verde. 

El grupo nace en el 1989, justo cuando la Junta de Andalucía adquirió las competencias en la lucha contra los incendios forestales, tal y como recuerda el presidente y coordinador del grupo, Juan Jiménez, una época en la que recuerda muchos siniestros: "Veíamos que se nos quemaba nuestra tierra" y, ante la necesidad de parar las llamas, "cogíamos nuestras palas y nuestra azadas y con el pantalón vaquero nos íbamos a parar incendios". "Somos de los pocos grupos de Andalucía que no somos Protección Civil, sino voluntarios", compara.

El germen del grupo empezó en la parcelación de las Siete Fincas, aunque con el transcurso de los años se han ido incorporando voluntarios de distintos puntos de Córdoba y su sierra, como Trassierra, la Carrera del Caballo, Alcolea... "Nos dimos cuenta de que un incendio, venga de donde venga, nos puede afectar. Y al contrario", dice. 

Poco a poco, este grupo ha ido creciendo e, incluso, algunos de los jóvenes que se han incorporado como voluntarios han descubierto una vocación: "Hay varios a los que les ha gustado y la han escogido como profesión, haciéndose bomberos o bomberos forestales", narra el presidente, quien además subraya la implicación de las nuevas generaciones, algo que garantiza el futuro del grupo. "Hay gente joven, que viene con ganas. Y eso también te ayuda, te anima a seguir luchando y a pegarte las palizas que nos pegamos para conseguir recursos", subraya Jiménez.

 

Voluntarios del grupo en una jornada de convivencia. Voluntarios del grupo en una jornada de convivencia.

Voluntarios del grupo en una jornada de convivencia. / Juan Ayala

Estos voluntarios cuentan con un grupo de WhatsApp en el que participan vecinos de las distintas urbanizaciones que hay en la sierra e incluso participan personas con responsabilidad en distintas organizaciones, de modo que cualquiera pueda dar un aviso cuando se identifica un conato de incendio o alerta. Y también es un canal de comunicación directo en el que se va siguiendo el estado de la incidencia y la ubicación donde el grupo local está actuando. 

Esto hace que muchas veces el grupo de pronto auxilio se entere antes del amago de fuego que los propios bomberos. "Llamamos cuando nos activamos, trabajamos estrechamente", explica el coordinador.

Cuando reciben una alerta, el grupo acude a cualquier punto del municipio "donde pensemos que somos operativos", y también a parajes de Villaviciosa de Córdoba por su cercanía. Para facilitar su trabajo, los voluntarios tienen repartidos por distintos puntos de la sierra equipos de protección de incendios, como en Trassierra, en la Hacienda el Cordobés (donde tienen la matriz) o en el Jardinito. "En el momento en que se inicia un incendio, apagarlo rápido y veloz es esencial", sostiene Jiménez. 

Después de varias décadas, el grupo ha ido evolucionando e incorporando nuevas tecnologías. Por ejemplo, a la hora de establecer una comunicación directa entre los voluntarios que estén actuando "tenemos una red bastante completa, tenemos walkies para comunicarnos con la mayor seguridad posible, porque en caso de que haya fuego en algunos puntos se pierde la telefonía, y para eso tenemos nuestra red de comunicaciones propia con batería, de forma que si se va la luz nosotros seguimos hablando", detalla Jiménez. 

En la Asociación Vecinal de las Siete Fincas, el grupo guarda tres vehículos, dos con agua y uno de apoyo, entre otros útiles de extinción. En una de las estanterías, además de los materiales necesarios a la hora de frenar las llamas, también se pueden observar los galardones que el grupo ha cosechado a lo largo de los años, como el premio Medio Ambiente de Andalucía, el Cervatillo de Plata o la Medalla de Protección Civil, entre muchas otras. "Es un orgullo sentir el respaldo a lo que haces, te anima a seguir", agradece. 

Este apoyo también se lo han brindado las distintas administraciones, que han sido conscientes del valor que tiene el trabajo que realizan los voluntarios, amparados por el Infoca. Hace tres años, el Ayuntamiento de Córdoba firmó un convenio de colaboración y, desde entonces, el Consistorio aporta gran parte de la financiación con la que cuenta el grupo, no obstante, los voluntarios convocan actividades, rifas o concursos durante el año para conseguir fondos. Este pasado fin de semana, 12 y 13 de agosto, en la Asociación Vecinal 7 Fincas se organizó una convivencia vecinal para recaudar capital. 

Concienciación y prevención

Además de acudir a extinguir incendios, el grupo local desempeña otras funciones en materia de prevención y concienciación para que los cordobeses conozcan qué hacer en caso de incendios, prepararse para la evacuación o cómo acondicionar la vivienda.

La concienciación es un pilar básico en el que estos voluntarios prestan especial atención: "Es lo que más trabajamos. Intentamos que la gente cada día haga más seguras sus viviendas, que hagan un plan de prevención, que además le exige la ley, y que las urbanizaciones tengan un plan de autoprotección", ha señalado el presidente. Los vecinos tienen que saber hacer seguras sus viviendas y actuar en caso de incendio: "Se ha comprobado que la mayoría de muertes que hay en los incendios forestales se produce en la huida", asevera.

Por ello, para colaborar con los servicios de extinción de incendios o servicios sanitarios, los voluntarios también se encargan de recopilar información, de forma que atesoran un archivo con los caminos sin salida o la ubicación de personas vulnerables, como indica el secretario del grupo, Isaías Maraver "nos comunicamos para saber cuánto tiempo van a estar, y en caso de un incendio, son los primeros a los que llamamos". 

Vecinos y voluntarios en la urbanización Las Siete Fincas. Vecinos y voluntarios en la urbanización Las Siete Fincas.

Vecinos y voluntarios en la urbanización Las Siete Fincas. / Juan Ayala

Esta zona de la sierra, está cardioprotegida, como señala el secretario, esto quiere decir que cuentan con un desfibrilador, y al menos, una treintena de integrante del grupo de voluntarios, están capacitados para hacer la RCP (Reanimación cardiopulmonar), "nuestros grupos de alertan, están también para eso", afirma Maraver. 

Además de ello, se encargan de otras actividades relacionadas con el medio ambiente como jornadas micológicas o actividades para los más pequeños donde enseñan a fabricar cajas nido "para que los niños lo pongan en su casa y vean entrar y salir a los pájaros", comenta el coordinador.

Por el momento, este año no ha habido ninguna incidencia grave. A pesar de las altas temperaturas y la sequía actual, Jiménez reconoce: "Da miedo decirlo, pero estamos tranquilos". Aunque la pasada primavera se caracterizó por las elevadas temperaturas, antes del verano se dieron algunas lluvias, "lo que hizo que la vegetación cogiera humedad". El viento, la temperatura o la sequedad de la vegetación son condiciones que afectan directamente en el riesgo de incendios; no obstante, como informa Jiménez, "un incendio no se puede prever".

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