Música

Miguel Ríos llena Córdoba de inmortal rock and roll

Miguel Ríos, en un momento de su concierto en Córdoba. Miguel Ríos, en un momento de su concierto en Córdoba.

Miguel Ríos, en un momento de su concierto en Córdoba. / Juan Ayala

Escrito por

· F. J. Cantador

Redactor

Insisto. Miguel Ríos ha vuelto a demostrar en Córdoba que es la resistencia rockera hecha carne en estos tiempos en los que muchos se afanan en enterrar a este género musical con el que el de Granada lleva décadas evangelizando y del que es pionero en España. Su carisma, su timbre, su tenacidad y su relación con el rock –fiel hasta la muerte– lo convierten en el rockero inmortal de este país, por eso siempre es un placer verlo en concierto y acompañarlo nada más sonar los primeros acordes de Hola Ríos, Hello, tema con el que comienza los recitales de esta su última gira y que pertenece a su último disco, Un largo tiempo (2021).  

Los hijos del rock and roll han vuelto a pasear en la ciudad califal por el Olimpo en el que otra vez más ha convertido el escenario del Teatro de la Axerquía. "Me gusta actuar en casa, donde siempre se me ha recibido como si lo fuera, en esta ciudad que es patrimonio de la humanidad", ha insistido nada más comenzar el concierto, recital que ha continuado con su himno Bienvenidos, en el año en el que celebra las cuatro décadas de vida de aquel disco en directo que es el álbum en vivo más vendido de todos los tiempos en España y que se iniciaba con ese tema de recibimiento a su gente, el imprescindible Rock and Ríos -LP que marcó un antes y un después en el rock español-.

Tras Memphis-Granada -con guiño a Elvis- y Mazurella ha llegado Por San Juan, canción también de su último disco e inspirada en un texto de Manuel Vicent, un último disco grabado con su Black Betty Trío, una excepcional banda capitaneada por quien es en los últimos años su mano derecha musical y productor, José Nortes. Esa banda -el propio José Nortes, a la guitarra; Gaby Pérez, a la guitarra y al banjo; Manu Clavijo, al violín; y Luis Prado, al piano- ha puesto la banda sonora perfecta a un recital en el que han bordado, por ejemplo, la jovencísima El blues de la tercera edad o ese otro himno que, como el buen vino mejora con el paso de los años y que es Vuelvo a Granada

"¡No te retires nunca!", ha sonado en más de una ocasión desde la grada, mientras él, asido a una guitarra acústica ha respondido a los halagos con un "sigo en los escenarios porque disfruto con vosotros". Miguel Ríos ama los escenarios y puede hacer lo que quiera encima de ellos, incluso, algo que el público agradece, viajar en el tiempo hasta las pasadas décadas de los 50 y los 60 para marcarse unos clásicos del rock and roll de aquellos tiempos, como La Plaga, la españolizada versión de la mítica Good Golly Miss Molly, de Little Richard.

"Esas eran las canciones que yo vendía en la tienda de discos Los Olmedo; recuerdo que era emocionante cuando abrías una caja de discos y salían los de Elvis Presley, Chuck Berry, Little Richard, el Dúo Dinámico...Todas aquellas canciones que yo vendía en la tienda iban alumbrándome el camino y pensaba que si esos tipos que tienen un par de años más que yo se ganan la vida así, quizás podría yo intentarlo, con lo que me embarqué en la aventura de irme a Madrid, pero en Madrid me pasaron cosas...os voy a contar una que me pasó en un cruce de caminos", ha explicado para seguidamente interpretar, precisamente, Cruce de caminos. Por el camino /  Se atravesó en mi destino / Un heraldo luciferino / Me dijo: "¿dónde vas?" / "Voy a un programa / Quiero ganar salto a la fama" / El Diablo dijo: "firma abajo / Serás un rockstar".

Un momento del concierto de Miguel Ríos en Córdoba. Un momento del concierto de Miguel Ríos en Córdoba.

Un momento del concierto de Miguel Ríos en Córdoba. / Juan Ayala

En el recital cordobés del granadino no podía faltar Raquel es un burdel, insistiendo en que en su época de joven había quien te llevaba, con 15 o 16 años, a esos lugares para que te hicieras hombre, "algo que durante mucho tiempo estuvo adornado de una cierta permisividad poética, gente de la farándula y de la literatura hablaban bien de los burdeles. Pero ahora resulta que esto se ha convertido en una trata de seres humanos, como fue la esclavitud y creo que en este debate que se está abriendo debemos participar todos los seres humanos, porque tenemos que actuar contra el negocio de la prostitución", ha defendido antes de adentrarse en La luna de Alabama, el clásico de Kurt Weill que habla "del vicio que genera el capitalismo más atroz".

Tras ello han llegado A contra ley, "que relata la vida de un bandido llamado Jesse James" y En la frontera, "dedicada con todo mi respeto a la gente que tiene que saltar la valla". "Vamos ahora con una canción escrita por un cantautor argentino llamado Alejandro Lerner, una canción que cuando yo la oí por primera vez me quedé petrificado, porque estaba contando mi vida, una canción que sé que es la banda sonora de mucha gente", ha relatado como prólogo a su interpretación de Todo a pulmón, un clasicazo que tampoco podía faltar en su repertorio cordobés.

Luego ha llegado El blues de la tercera edad, dedicada "a todas las mujeres que me están oyendo", y tres clasicazos más, No estás sola, El blues del autobús y Año 2000. Además, de otra canción que va camino de ello, Memorias de la carretera. Como colofón y en un chute de nostalgia presente: El río, Santa Lucía y el Himno a la alegría. Todo ello ha compuesto un concierto en el que, aunque sea tópico decirlo, Miguel Ríos ha demostrado una vez más en Córdoba, "mi casa", que los viejos rockeros nunca mueren.

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