Más de medio millar de personas, según la Policía Local, se han concentrado este sábado con pancartas escritas en inglés, italiano y español para protestar por el anuncio de cierre de la factoría cordobesa Locsa, perteneciente a la multinacional italoalemana KME, previsto para el 30 de junio.

El acto, que ha tenido lugar en el centro de la capital y que ha finalizado con una marcha por el Bulevar de Gran Capitán, ha conseguido reunir a los principales líderes de IU, PP, PSOE, PA, CCOO y UGT, que se han colocado en la primera línea de la concentración junto a un pancarta que rezaba "Córdoba dice no al cierre de Locsa!".

Desde el Comité de Empresa de la factoría han querido recordar que los sindicatos han propuesto en "más de una ocasión" a los directivos que pusieran a la venta la empresa a un precio razonable, pero que ahora lo "único" que tienen es el cierre, explica Francisco Pozuelo, presidente del comité. Así, recalca que la venta debe hacerse "teniendo en cuenta el cómo", puesto que entienden que la cantidad que supuestamente quiere poner la multinacional "es superior, en gran medida, a lo que vale la instalación" y que así resultaría "imposible" que alguien la adquiriera.

Pozuelo explica que el cierre supondría un "hito histórico" para Córdoba porque es una empresa a la que le faltan seis años para cumplir un siglo y que además "redundará negativamente" porque se trata de una fábrica que exporta material al resto del mundo. En este sentido, se muestran con "esperanza" de remediar el posible cierre a partir de las negociaciones que mantendrán con directivos de la empresa a partir del 26 de abril.

Para el alcalde de la ciudad, Andrés Ocaña, la pretensión de la multinacional está fundamentada en una "deslocalización bastante injustificada" porque el producto que se fabrica es "rentable y viable" y entiende que el anuncio se debe a "intereses estratégicos". De igual manera, el líder popular cordobés, José Antonio Nieto, solicita a la Junta de Andalucía y al ministerio de Trabajo que se "impliquen" en la causa, en alusión a que sin su participación "no será posible" lograr el objetivo de pervivencia de la factoría. Su homólogo socialista, Juan Pablo Durán, ha lanzado un mensaje a los directivos de la multinacional argumentado en que sepan que "el pueblo de Córdoba quiere que la gente de esta entidad se mantenga por su historia y por lo que significa para su economía".