Literatura

Francisco A. Carrasco: "Un buen cuento es el que al leerlo te pega un buen puñetazo en el estómago y te deja boquiabierto"

  • El periodista y escritor Francisco Antonio Carrasco presenta 'Los ídolos de bronce', una obra compuesta por 14 relatos cortos en los que el azar juega a su antojo, marcando la vida de sus protagonistas

Francisco Antonio Carrasco posa con su último libro, 'Los ídolos de bronce'.

Francisco Antonio Carrasco posa con su último libro, 'Los ídolos de bronce'. / Juan Ayala

Fue sin querer / Es caprichoso el azar / No te busqué / Ni me viniste a buscar...Tanto tiempo esperándote (Es caprichoso el azar, Joan Manuel Serrat y Joaquín Sabina, 2007). El azar, ese concepto, "que juega un papel importante en nuestras vidas. Para bien o para mal", es el epicentro sobre el que gira Los ídolos de bronce (Berenice, 2022), la última obra del periodista y escritor Francisco Antonio Carrasco (Belalcázar, 1958). "Una obra compuesta por 14 sugestivos cuentos en los que el azar juega a su antojo marcando las vidas de sus protagonistas", detalla.

"Siempre había confiando en el azar. Le había proporcionado descubrimientos asombrosos, momentos mágicos, satisfacciones infinitas. Sabía perfectamente cómo interpretarlo, que decisión tomar a casa instante...Hasta que se le cruzó la muerte. Entonces, desconcertado, bajó la guardia. Y decidió desafiarlo. Sin calibrar las consecuencias". Así comienza El Canfranero, el primero de esos cuentos o relatos cortos que aparecen en el libro, "muchos de los cuales empiezan en un principio como reportajes periodísticos para continuar desarrollando las historias de una forma más literaria y concluirlas con finales impactantes o inéditos", destaca. "Es un ejercicio de fusionar periodismo con literatura", añade.

El secreto de Carrasco a la hora de escribir un relato es que "tienes que tener una historia buena, pero lo mejor es saber darle el ritmo necesario para que la gente lo haga suyo". En este caso teniendo muy en cuenta aquello que Paul Auster aseguraba en La trilogía de Nueva York de que "nada es real, excepto el azar". "Un buen cuento, al leerlo, tiene que pegarte un buen puñetazo en el estómago y dejarte con la boca abierta; y el azar te proporciona eso, porque es algo que pasa de pronto y te deja descolocado. Por eso he escogido como temática el azar, porque es el que nos organiza la vida", defiende.

Como en El Canfranero, "un relato que es autobiográfico y que tiene que ver con mi época en la mili. El Canfranero es una línea férrea que circula entre Zaragoza y Los Pirineos", esa estructura literaria que comienza como un reportaje también se da en El camión de la muerte, cuento que se desarrolla en la Córdoba de la Guerra Civil, una Córdoba "en la que la vida humana había perdido en absoluto su valor", como describen aquellas palabras de Manuel Chaves Nogales en A sangre y fuego que ha escogido el autor como prólogo del relato. Este cuento, "que está basado en una historia real", relata cómo el azar quiso que una persona que pasaba por el lugar equivocado acabara en un camión camino del fusilamiento. 

En la mili, precisamente, leyó una novela "que me marcó" hasta tal punto que de alguna forma ha sido una especie de germen de Los ídolos de bronce. Se trata de El halcón maltés, de Dasiell Hammet, que John Houston llevó luego al cine con Humphrey Bogart en el papel de Sam Spade, su protagonista. "En esa novela, Sam Spide cuenta la historia de Charles Flitcraft, un hombre feliz, casado y con dos hijos, que iba caminando un buen día por las calles de San Francisco cuando, de pronto, le cayó a pocos centímetros de su cara una viga que se había desprendido de una construcción. En ese momento se da cuenta de que podía haber muerto y decide cambiar por completo su modo de vida, como si acabara de nacer. Esa historia me marcó para siempre y quizás haya contribuido a que haya seguido pensando en usar literariamente el azar", sentencia.

Francisco Antonio Carrasco hojea su último libro, 'Los ídolos de bronce'. Francisco Antonio Carrasco hojea su último libro, 'Los ídolos de bronce'.

Francisco Antonio Carrasco hojea su último libro, 'Los ídolos de bronce'. / Juan Ayala

Los ídolos de bronce son 14 historias reales como la vida misma, en las que el amor y la muerte tienen un protagonismo especial, historias escritas en un estilo ágil, preciso y envolvente que atrapa desde el primer instante. "A la hora de escribir cuentos no puedes perder el tiempo, los cuentos tienen que tener unas determinadas palabras que tienes que ir encontrando y no escribir nada que le pueda sobrar a la historia; todo en la trama debe ser necesario para que la historia se entienda; en ese tipo de obras no te puedes poner a divagar, y además tienes que tener un final bien pensado y que suponga un efecto sobre el lector. Un buen cuento es el caracterizado por la intensidad de una historia a la que literariamente no lo debe sobrar nada", defiende.

La obra está dividida en cuatro partes. "La primera de esas partes solo incluye a El Canfranero, porque fue la historia, que escrita en 2012, dio origen al libro", especifica. "Fue un principio perfecto y muy bueno para escribir todo un libro con el azar como referente", añade. Como Carrasco relata, "la segunda parte incluye cuentos más relacionados con el amor y con la pareja; la tercera ya es más variopinta; y la última incluye Tormenta, un cuento especial para mí, basado en una historia real en la que el protagonista, Antonio, es mi padre". Precisamente ese relato, que transcurre en los dificilísimos años de la posguerra en la frontera del Norte de Córdoba, con Antonio como rehén de los maquis, está dedicado "a mi padre y a todos los que soñaban un mundo mejor". El tercero de los cuentos autobiográficos es Educación inclusiva, "inspirado por mi hija, Irene, que es educadora social".

Real como la vida misma es también Problemas domésticos, una historia cuyo protagonista, de nombre José, recuerda a José Bretón, el cordobés, vecino del propio Carrasco, quien para hacer el máximo daño posible a su exmujer, Ruth Ortiz, asesinó a los dos hijos de ambos, Ruth y José. "El protagonista de ese cuento no es Bretón, pero me pareció tan terrible esa historia que yo, de alguna forma, quería como salvar a esos niños en la persona de Daniel", el hijo del José del relato y protagonista infantil del mismo.

La isla del tesoro "una historia que -en palabras de Carrasco- demuestra que lo importante de la vida es el amor, que lo tienes al lado; es una oda al amor, al que muchas veces no se le da la importancia que tiene, un amor que está por encima de la búsqueda incesante de otras riquezas futuras "-, Secuestro, Romeo, Justicia natural, La máscara, El mundo es un pañuelo, La pistola, El trasplante y Cuentas pendientes completan una obra de la que el Premio Nacional de las Letras Españolas José María Merino ha destacado que "demuestra cómo solo la maestría narrativa es capaz de descifrar casualidades de ese desorden enigmático que llamamos realidad".

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