Libreta y bolígrafo en mano para predecir el tiempo del año que viene

Las cabañuelas son una técnica ancestral desconocida por muchos y que permite predecir el tiempo que va a acontecer de un año para otro. Las personas que las dominan, los cabañuelistas, son expertos que no han estudiado meteorología pero son conocedores de una serie de métodos que les permiten dar unos datos bastante aproximados de los fenómenos ambientales que se prevén de cara al futuro.

Hay indicios de que las cabañuelas tienen su origen en la antigua Mesopotamia y en España hay documentos que atestiguan que los judíos afincados en Toledo ya las practicaban en torno al siglo XV.

En San Isidro vive Vicente Serrano, un ciudadano de Guadix afincado en Almería y dedicado al campo. Él es uno de los pocos expertos cabañuelistas que podemos encontrar en Andalucía y fue en Almería donde empezó a desarrollar estas técnicas: "Recuerdo de pequeño ver a mi padre haciendo las cabañuelas pero, por esa época, a mí no me interesaban mucho porque era muy joven. Ahora, por circunstancias de la vida, el murió y yo me dedico al campo igual que él, así que de una u otra forma me volví a interesar por este tema que me venía bien para saber el tiempo que iba a hacer de cara a mis cultivos".

Vicente Serrano comenzó por tanto en este mundo casi por casualidad y, a diferencia de la mayoría de expertos en esta materia, ha aprendido de "manera autodidacta". "De lo que me enseñó mi padre recuerdo pocas cosas. Por suerte, pude recuperar sus manuscritos y con otras recopilaciones que pude recoger, empecé a hacer mis predicciones", dice.

Las cabañuelas que hace Vicente son desde el 2 al 25 de agosto. Hay diferentes métodos pero, por lo general, la mayoría de las personas que las practican las hacen en esta época.

El primer día del mes se toma "un poco como referencia". Algunos lo adoptan como un dato orientativo del tiempo que, en general, va a hacer durante todo el año, pero a Serrano esta fase no le convence, por lo que comienza con sus anotaciones para las cabañuelas directamente el día 2.

El proceso de observación de los fenómenos atmosféricos consta de dos etapas. Primero están las idas, que indican el tiempo que va a hacer durante las dos primeras semanas de cada mes del año próximo y se analiza desde el día 2 al 13 de agosto.

Posteriormente, del día 14 al 25 vienen las revueltas, que aportan la información de las dos semanas restantes de cada uno de los meses del año. Una vez ahí, se cierra el círculo. Por tanto, las idas empiezan el día 2, que correspondería ya al mes de septiembre del año siguiente, el día 3 a octubre y así sucesivamente. En las revueltas sería al contrario. Se empiezan el día 14, que correspondería al mes de julio, el 15 a junio, el 16 a mayo, el 17 a abril, 18 a marzo... Y así hasta llegar de nuevo a agosto, que sería el día 25, última fecha para observar y analizar.

En época de cabañuelas, Serrano observa día a día y hora a hora el cielo. Detalles como la densidad de las nubes, sus movimientos y los cambios bruscos de temperatura, entre otros aspectos, son los parámetros que le sirven para hacer sus predicciones: "Si chispea o llueve, la semana que se corresponda con ese día probablemente esté nublado pero no llueva. Este fenómeno es debido a lo que se llama el vaciado de las cabañuelas", explica Serrano.

Una vez que termina el periodo, se descansa unos días: "Tampoco tengo prisa, porque las predicciones de este año ya están hechas. Me espero hasta mediados de septiembre para analizar los resultados que me han aportado los datos obtenidos y, posteriormente, saco los resultados".

Con respecto al tiempo que nos espera para lo que resta de año, las cabañuelas que realizó el curso pasado dicen que: "Lo que queda de agosto no va a ser muy caluroso pero, en septiembre sí que hará más calor", asegura. Y, en cuanto a la aparición de las primeras lluvias del otoño, avanzado octubre será cuando lleguen, sobre todo en la cuarta y última semana del mes.