Cultura

Le Clézio en Cosmopoética: "La astucia del Lazarillo de Tormes sigue siendo actual"

El escritor francés Jean-Marie Gustave Le Clézio, en Cosmopoética.

El escritor francés Jean-Marie Gustave Le Clézio, en Cosmopoética. / Juan Ayala

Resulta que la mayor influencia Jean-Marie Gustave Le Clézio (Niza, 1940), premio Nobel de Literatura en 2008, fue El Lazarillo de Tormes (anónimo, 1554). Un libro que leyó traducido al francés cuando apenas tenía 10 años y que estaba en la biblioteca de su abuelo. Una novela de hace más de cinco siglos que considera que es "actual" y en la que la situación que vive el protagonista es "terrible", aunque sobrevive por su astucia. Una astucia que, según ha expuesto, sigue siendo "actual".

Le Clézio ha hecho esta afirmación en su intervención en la segunda jornada de Cosmopoética este sábado en el Palacio de Orive donde ha respondido a las preguntas de la escritora y traductora Mercedes Monmany, en un coloquio en el que también ha desvelado que en ciudades como Buenos Aires, en la que ha residido, "hay también lazarillos".

Tras la lectura de esta gran obra española, el autor de El diluvio, se apresuró a leer Don Quijote de la Mancha, de Miguel de Cervantes, obra que tras su lectura le hizo comprobar que "hay algo eterno en la literatura". 

Jean-Marie Gustave Le Clézio, invitado de gala de Cosmpoética en 2023, ha conversado con Monmany acerca de su obra y también de su vida. Con más de una treintena de obras a su espalda, este creador galo fue elegido como uno de los mejores escritores franceses vivos ha reconocido que eso de haber escrito tantos libros "da un poco de susto" porque nunca se pone a revisar su obra.

Así, además de recordar las citadas lecturas ha expuesto que empezó a escribir a los siete años, porque "era una especie de manera de integrarse a la sociedad". Sus primeros lectores fueron, de manera evidente, los integrantes de su familia, junto a sus compañeros de colegio. Tras este paso inicial, el autor desistió de escribir y se pasó al dibujo, en concreto, a hacer caricaturas porque "trataba de abrir un camino hacia la popularidad", según ha relato.

Así, escogió este camino porque, según ha dicho "no era buen deportista, pero me gustaba escribir; traté de aprovechar ese talento para ganar popularidad entre los niños de la escuela. Después, me di cuenta que mis dibujos no eran tan buenos", ha anotado, al tiempo que ha reconocido que eso de dibujar las manos de sus personajes sobre el papel era la parte más difícil. 

Pasó la niñez, la adolescencia y llegó la juventud. Tras especializarse en literatura francesa, publicó a los 23 años su primera novela, Le Procès-verbal (El atestado). Ese fue un gran paso y, ahora pasadas ya tantas décadas de vida y de viajes ha asegurado que "la literatura ha sido mi mayor aventura de a vida; desde niño traté de lograr escribir libros porque era mi deseo en la vida". A pesar de haber viajado tanto, ha confesado que "los viajes son algo secundario; lo fácil es viajar y lo difícil es escribir".

A las preguntas de su entrevistadora y en castellano, el escritor ha recordado su paso por México, donde vivió y coincidió con Octavio Paz. Mientras que el autor francés le gustaban Diego Rivera o Frida Khalo, a Paz "no le gustaban porque eran comunistas".

Tras muchos viajes y el devenir de la vida y de su propio paso por ella, Le Clézio ha sido tajante, al asegurar que "hay que cortar la raíz del racismo, que es una planta venenosa". A su juicio, la literatura "puede servir", ya que "es una manera de expresar muchos puntos de vista, pero hay que favorecer la traducción".

No obstante, una de sus grandes pasiones han sido los viajes, que han marcado su vida también desde la infancia. Así, ha recordado sus años de la niñez en Nigeria, donde vivió ya que su padre trabajó allí como médico de la Armada británica. Y fue en Nigeria, según ha indicado, donde descubrió el amor de la población por contar y escuchar historias. Fue un "paraíso en el que todo me estaba esperando".

Público asistente a la intervención de Jean-Marie Gustave Le Clézio. Público asistente a la intervención de Jean-Marie Gustave Le Clézio.

Público asistente a la intervención de Jean-Marie Gustave Le Clézio. / Juan Ayala

No obstante, ha hecho hincapié en la dureza del colonialismo británico, "que no fue mejor que el español o el francés como a veces se dice". 

Otro de los aspectos que ha destacado ha sido la necesidad de defender la variedad idiomática y ha considerado que la situación de España, con varios idiomas oficiales en diversas regiones, "es mejor que la de Francia, donde desde la Revolución se ha practicado el unilingüismo". 

Eloy Sánchez Rosillo y José Daniel García

La segunda jornada de Cosmopoética, además de con el autor francés, ha contado con la presencia de un nombre fundamental de la poesía española de las últimas décadas como es el autor murciano Eloy Sánchez Rosillo, ganador entre otros del Adonais o del Premio Nacional de la Crítica.

El escritor ha presentado su último libro, El sueño cumplido, en el que reflexiona sobre la poesía con un lenguaje legible y ameno ya que considera que “la poesía por compleja que sea debe aspirar también a ser trasparente y cristalina”.

El autor de La rama verde ha reivindicado la tradición como elemento fundamental en el que asentar una obra literaria y ha ironizado sobre la modernidad.

Junto a Eloy Sánchez Rosillo y Le Clézio, la sala Orive también ha recibido durante la jornada de tarde al poeta cordobés José Daniel García, que ha presentado su poemario Revolución, una obra que según ha explicado nació de "un periodo de crisis personal" y como una búsqueda personal.

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