Kim Campbell confía en que un gran líder político consiga una convivencia permanente
La ex primera ministra de Canadá asegura que hay que renovar los valores sociales
"En tiempos de crisis es cuando afloran los auténticos líderes políticos". La que fuera primera ministra de Canadá, Kim Campbell, apostó ayer por la necesidad de un liderazgo político que abandere un movimiento social que concluya con una "connivencia permanente, para siempre, donde aprendamos unos de los otros", apuntó. Campbell puso el ejemplo de Barack Obama, que fue elegido hace unos meses presidente de Estados Unidos y que participará en el Foro de la Alianza de Civilizaciones que se celebrará el próximo mes de abril en Estambul. Para Campbell, así como otros expertos que participaron ayer en el foro, este gesto significa un nuevo enfoque del país americano con respecto a la política exterior. La ex primera ministra canadiense aseguró que Obama es uno de esos ejemplos de líderes que han surgido de un periodo de crisis, como la que atraviesa su país, ya que las adversidades "nos obligan a replantearnos valores e ideas". Además, también puso como ejemplo a Canadá, un Estado donde conviven "muchas culturas, pues ha recibido mucha inmigración" pero que "viven en armonía". La diferencia de los canadienses con el resto de países, según Campbell, es que "tenemos el compromiso del gobierno a todos los niveles".
Precisamente en el terreno político se centró también el director de Relaciones Culturales y Científicas de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo, Antoni Nicolau, que resaltó la necesidad de "coproducir una política integral, un nuevo modelo" en materia de interculturalidad.
Nicolau reconoció que "ya disponemos" de documentos pero "falta voluntad política", algo que hay que vencer, en su opinión, a través de la participación ciudadana. Esto quiere decir que se tiene que abrir una nueva época "para pasar de la imposición al diálogo y dejar de ser sujetos pasivos, silenciosos y resignados". Para Nicolau, la diversidad es positiva ya que "puede llegar a la unicidad" y puso de ejemplo el caso de Córdoba, "un símbolo de convivencia", apostilló.
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