Juana Castro: La voz feminista de la poesía cordobesa
Mujeres Singulares
Nacida en Villanueva de Córdoba, el mundo rural ha sido su escenario de la infancia y protagonista de una periodo de su vida que ha marcado gran parte de su obra
Poeta y escritora, Juana Castro Muñoz nació el 20 de febrero de 1945 en Villanueva de Córdoba, en la comarca de Los Pedroches. Vivió su infancia en un ambiente rural cuyos ritos y costumbres despertarían muy pronto un sentido crítico asociado a una conciencia feminista donde el paisaje nunca fue objeto de disfrute, sino escenario de injusticias sociales. Desde que aprendió a leer le gustaba hacerlo en altavoz.
Educada en un colegio religioso, guarda un grato recuerdo de aquellos años. En el colegio de Cristo Rey, que era de monjas, tenían una biblioteca, de la que podía sacar los libros y leerlos.
En los veranos, cuando se iba al campo por las tardes, les leía a las mujeres del cortijo mientras ellas cosían. Y ahí aprendió a decir los poemas en voz alta, porque no ha tenido maestra y maestro en eso, sino que le gusta decir los poemas y no recitarlos, a medias entre la dramatización y la lectura.
Leía mucho a la vez que estudiaba contra la voluntad de su madre, porque creía que leer libros que no fueran de estudio era perder el tiempo y, en aquel momento tenía que hacerlo un poquito escondida. Entonces tomó conciencia de que tenía que transmitir lo que sentía o lo que le parecía el mundo. Ya las redacciones que les mandaban como ejercicio en el colegio le daban la medida de que le gustaba escribir. Lo primero que recuerda fue un poema dedicado a una rosa florecida en invierno.
Cursó estudios de Magisterio y con 18 años ya ocupaba su puesto de maestra por oposición en un pequeño pueblo con estación de tren, Conquista, al norte de la provincia. Más tarde se trasladaría a la capital, con su marido e hijos y reside en Córdoba desde 1973. Es profesora especialista en Educación Infantil y abandonó hacia la mitad los estudios de Filosofía y Letras por la poesía.
Con su marido y compañero de vida, el también maestro Pedro Tébar, amaron las letras. Conoció a los poetas cordobeses del grupo Zubia y en su tertulia aprendió la disciplina de escribir. Asistió al Círculo Juan XXIII, en la calle Romero Barros, y allí conoció a mujeres y hombres que hoy recuerda necesarios.
Un día vio en el quiosco de Las Tendillas una revista, Vindicación feminista, y así pudo ponerle nombre a algo que había sido, junto a su madre, percepción y sentimiento. Relacionarse con los poetas y pintores del Grupo Cántico fue tan sustancial como valioso. En 1978 publica su primer libro, Cóncava mujer.
El mundo rural ha sido su escenario de la infancia, periodo de la vida que le ha marcado. Y con el paso del tiempo las vivencias de ese tiempo siguen acudiendo a su memoria. Escribía sacando tiempo de donde fuera, pero no he dejado de ser madre, de ser esposa, de ser abuela ni de ser maestra. Sacaba tiempo del sueño.
En todos sus poemarios hay feminismo, aunque se pueda ver más claro en unos que en otros. Las mujeres estaban silenciadas. Dio una nueva identidad femenina a la poesía. Fue una de las mujeres que consiguió dar esa identidad que no se daba en los poemas escritos por hombres. Cóncava mujer, su primer poemario, ya establece esa voz. Su poesía habla también del dolor sin ser truculenta, intentando mostrar siempre la belleza.
Miembro fundador del Ateneo de Córdoba, es igualmente miembro correspondiente de la Real Academia de Córdoba de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes. Colabora en diversos medios periodísticos y literarios, como articulista y crítica literaria, además de ser co-traductora de poesía italiana.
Una vida repleta de galardones
Juana Castro ha obtenido importantes premios en el campo de la poesía y la narrativa, entre los que se destacan el Premio Juan Alcaide en 1985 por Paranoia en otoño, Premio Juan Ramón Jiménez por Arte de cetrería en 1989, XI Premio Carmen Conde por No temerás en 1994, el Premio San Juan de la Cruz por El extranjero en el año 2000 y el Premio Jaén de poesía por Los cuerpos oscuros en 2005, obra galardonada también con el Premio Solienses 2006.
Recibió además el premio Carmen de Burgos por sus artículos periodísticos y los premios de Periodismo del Instituto de la Mujer en Madrid 1984 por su obra en prosa y Meridiana del Instituto Andaluz de la Mujer en 1998 por su trayectoria.
Otras obras suyas son Del dolor y las alas, Narcisia, Alta traición, Alada mía y Del color de los ríos. En 2010 publicó una antología de su obra Heredad, seguida de Cartas de Enero, con la que consiguió el Premio Nacional de la Crítica 2011, y el poemario La Bámbola, finalista al Premio Solienses 2011.
Para Juana Castro, la poesía es terapéutica, curativa y cree que se ahorrarían muchas visitas al psicólogo escribiendo más. Su obra ha sido traducida a distintos idiomas y ha obtenido importantes reconocimientos, como la Medalla de Oro de Andalucía (2007).
El último galardón, el Ricardo Molina por su poemario simbólico Antes de que el tiempo fuera (2017)Antes de que el tiempo fuera, convirtiéndose así en la sexta mujer que obtiene este galardón. Ha promovido asociaciones de mujeres, coordinado publicaciones y congresos poéticos y no cesa en su actividad feminista. Su gran reto, escribir una novela corta. En su pueblo existe un premio de poesía que lleva su nombre.
No hay comentarios