Huertos compartidos, una opción entre la afición y la necesidad
Bajo el lema 'Yo cultivo tu me dejas la tierra', la asociación Reforesta intenta poner en contacto a propietarios con hortelanos que compartan la producción al 50%
La mayor parte de los huertos de verano ya están plantados en toda Europa. Durante siglos, el huerto supuso el necesario aporte de verduras que necesitaba el hogar. Cualquier terreno del mundo rural e incluso de las ciudades se aprovechaba para plantar lechugas, pimientos, patatas, tomates, berenjenas. La vida urbana fue apartándose de esas costumbres pero ahora resurgen por distintos motivos. La creciente conciencia ambiental, la crisis económica, que ha llevado a muchas familias a intentar ahorrar al máximo en la cesta de la compra, y la afición a cultivar o plantar como actividad física o como un modo de desconectar de estrés diario han supuesto un renacimiento de los huertos, sobre todo en el medio urbano, pues en los pueblos nunca se dejó de tener una parcela plantada para complementar el sustento de la familia. Internet se ha convertido en la gran aliada de iniciativas que están surgiendo para poner de acuerdo a incipientes hortelanos, para compartir tierras e incluso para ofrecer terrenos a cambio de una parte de la cosecha, lo que siempre se llamó régimen de aparcería.
Huertos Compartidos, una iniciativa de la asociación Reforesta, se ha convertido en poco tiempo en una web de referencia. Bajo el lema Yo cultivo tu me dejas la tierra, intenta poner en contacto a propietarios con hortelanos que compartan con ellos la producción al 50%. En Huertos Compartidos se ofrecen dos formularios, uno para el cultivador y otro para el propietario. Para poder entrar en la red hay que aportar dos euros mediante método paypal. Es una cantidad simbólica que da acceso a un formulario que luego genera una aplicación de Google Maps en la que se puede ver donde hay hortelanos dispuestos a obtener tierra y personas que la ofrecen. En el caso de Córdoba hay cuatro personas dispuestas a obtener un huerto y ningún ofertante de tierra.
En Huertos Compartidos no se busca el típico perfil de propietario con tierras, sino que la iniciativa se dirige también a empresas, a dueños de solares en polígonos industriales que estén en desuso. En su dossier informativo plantean que muchos sedes de empresas podían cambiar sus espacios de césped por zonas de huerto, ya que el gasto de agua tendría una contraprestación productiva. Los aledaños a nuevas zonas urbanas que han quedado sin construir por culpa de la crisis también se presentan como opción. La web ofrece además multitud de motivos para convertirse en hortelano. Y es que la obtención de los alimentos totalmente ecológicos sólo sería la base de una iniciativa que también tiene un interés pedagógico para los niños que viven en zonas urbanas y que no saben de donde vienen los tomates.
Huertos Compartidos, al final, es una especie de red social que traslada una necesidad, pues ya hay muchas empresas que explotan huertos de ocio y alquilan parcelas con precios que oscilan entre los 50 céntimos y los dos euros el metro cuadrado al mes. También ofrecen asesoramiento, herramientas y semillas. Estas iniciativas empresariales han surgido ya en casi todas las ciudades de España y aunque en Córdoba ha habido alguna tímida iniciativa en este sentido todavía no se ha puesto en marcha ningún huerto urbano. Sólo existe el de la Asomadilla. Sin embargo, el Ayuntamiento, según el edil de Patrimonio Natural, Rafael Jaén, está estudiando alguna alternativa dada la demanda que existe de este tipo de infraestructura.
Una huerta de 50 metros cuadrados, según la mayor parte de las empresas que se dedican al alquiler de estos terrenos, genera la verdura suficiente para una familia durante todo el año. Además, en estos huertos se dan cursos de cultivo y de elaboración de conservas a partir de las producciones perecederas de la huerta.
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