Primeros de septiembre. La ciudad despierta tras un largo verano, aunque no es que Córdoba duerma, sino que en silencio durante los meses de julio y agosto se prepara para la entrada del otoño, época muy esperada por la hostelería. En el Hotel El Conquistador han terminado los preparativos para recibir esta estación en la que la ciudad es visitada por multitud de turistas nacionales e internacionales. Tras la reforma realizada, el hotel de cuatro estrellas da un salto cualitativo y pasa a ser denominado Eurostars, es decir, se incluye en la gama alta. El Conquistador cambia su filosofía y el concepto de hospedaje (satisfacer las necesidades básicas del turista: descansar y comer), por el de "sentir" el sabor de Córdoba. Ofrece una experiencia única, apoyada en el valor histórico de las ruinas mozárabes que lo integran y un inolvidable patio andaluz en torno al cual gira la vida de este hospedaje ubicado frente a la Mezquita.

El hotel es referencia de viajeros que persiguen emociones. Un auténtico lujo mirar a la Mezquita desde la habitación envueltos por las ruinas mozárabes del siglo XV de la Catedral y excavadas hace prácticamente poco, en 1998. Todo te envuelve: el aroma de las flores, la tranquilidad de sus estancias, el sonido de fondo el agua de la fuente de un bello patio andaluz, las campanas, incluso un breve murmullo de un idioma desconocido que en ese momento se antoja conocido, ya que expresa lo mismo que tú estás pensando: sorpresa y admiración hacia lo que te rodea. En este momento El Conquistador, sin duda, ha conquistado tus sentidos.

Jessica Vega, responsable del hotel, explica el cambio que han introducido en la nueva dirección, que no es otro que el factor humano, ya que no hay decoración ni reforma que consiga transmitir sentimientos. Con sólo 29 años, licenciada en Turismo, madre de dos niños y residente en Villa del Río, se desplaza a diario para acudir a lo que ella llama "su proyecto de vida". Siempre entendió el turismo como una experiencia, por lo que enfrentarse al reto de trasformar lo que no se ve, pero se percibe, para ella no es un trabajo, es la esencia de la Turismología. Jessica, ¿Cómo ha conseguido que nada más entrar se llegue a olvidar la Mezquita? El aroma de las plantas, mezclado con especias...? ¿Es la cocina?

-Es la clave del cambio: la gastronomía, unida a un equipo de trabajo consciente de que el viajero no sólo busca refugio y descanso, sino sentir en todo momento el sabor de la ciudad que visita. El hotel cuenta de por sí con recursos fascinantes, como la ubicación frente a la Mezquita o lo atrayente del valor histórico de las ruinas mozárabes, por ello al entrar ya sorprende y emociona. Quedaba seducir y ninguna herramienta mejor para ello que nuestra tradición culinaria basada en productos autóctonos y la mano de Ginés Molina, el jefe de cocina, capaz de aunar en un plato el sabor de Córdoba.

-¿Cómo es el cliente habitual que acude a disfrutar de su cocina? ¿Cómo han conseguido romper la creencia de que es un restaurante sólo para turistas?

-El sitio se presta por su enclave privilegiado, la carta basada en recetas tradicionales y el toque de seducción de Ginés Molina hace que los cordobeses lo incluyan para disfrutar un café, el tapeo, comidas familiares, de trabajo, hasta de nuestra nueva experiencia gastronómica, Las noches con encanto.

-¿En qué consisten?

-Se ofrecen los viernes y sábado, y pretendemos transformar una simple cena en una velada inolvidable. Prestamos especial atención a la gastronomía, pero también a la música y el entorno. Los comensales, que son sentados en el patio andaluz, pueden elegir menú degustación, menú de tapas, cena a la carta…. o simplemente disfrutar de una bebida mientras suenan en directo los acordes de una guitarra. Sin poder evitarlo, se transforma para todos los asistentes en un recuerdo, una experiencia de nuestra cocina, nuestra cultura, nuestra música…. Nuestro sabor.

-¿Qué aporta el hotel El Conquistador a #cometecordoba?

-Aporta algo indispensable para la evolución y posicionamiento de nuestra ciudad: pone a disposición tanto de viajeros como de cordobeses el alma de Córdoba, que como ya hemos dicho, reúne historia, cultura, música, gastronomía y factor humano.