Fernández prevé para Cajasur un beneficio de 85 millones en tres años

Cajasur pasará de ser el paradigma de la crisis financiera en España a convertirse en una entidad con beneficios. En un solo un año. Entre el ambiente enrarecido que gobernaba la entidad en los últimos años y el optimismo sólo media una hecho: la llegada del presidente de BBK, Mario Fernández, quien aseguró ayer en su primera visita a Córdoba como máximo responsable de la caja vasca que BBK Bank Cajasur aspira a convertirse en la primera entidad financiera de Andalucía en tres años y avanzó que ya este año el nuevo Cajasur entrará en ganancias, aunque no cuantificó la cantidad. Pero Fernández fue más allá y pronosticó que BBK Bank Cajasur -nombre completo con el que BBK denomina al banco instrumental al que se ha traspasado el activo y el pasivo de la extinta caja de ahorros- obtendrá un beneficio de 85 millones de euros en el ejercicio de 2013. El presidente de la caja, que mantuvo un encuentro con el alcalde de Córdoba, Andrés Ocaña, y con el presidente de la Diputación, Francisco Pulido, participó además en un acto con más de 400 personas representativas de la sociedad cordobesa y vaticinó que Cajasur ganará entre 90 y 100 millones de euros entre los años 2014 y 2015.

Fernández basó la receta del cambio al que someterá Cajasur sobre dos puntales: la aplicación del modelo de "éxito" de BBK, que "es la caja más solvente de España", y una estrategia definida de banca local, que se sustentará sobre un modelo del negocio bancario "pegado al cliente" en el que se dará especial relevancia a las personas físicas, a las pequeñas y medianas empresas y a los autónomos. ¿Quiere decir esto que BBK Bank Cajasur abrirá el grifo de los tan necesarios créditos? Sí, en la medida de lo que no atente contra los riesgos de la entidad. Fernández, cuya intervención ante los medios estuvo plagada de claves financieras, señaló que BBK quiere que "a la sociedad cordobesa le vaya bien económicamente porque en su beneficio estará el nuestro". Más gráfico aún, el presidente de BBK señaló que en el modelo de banca local de BBK el objetivo clave es "acompañar al cliente durante toda su vida, tanto en la salud como en la enfermedad". Para ello, la eficiencia se presenta como el reto principal a partir de ahora en la nueva Cajasur. Así, Fernández se mostró proclive a que la entidad recupere su sitio como motor de la economía, pero dejó muy claro que se controlarán los riesgos de una forma profesional porque de otro modo se podrían repetir los problemas que les han traído a Córdoba tras la intervención de la extinta caja.

La seguridad con la que Mario Fernández vaticina el cambio de rumbo financiero de Cajasur se sustenta en que la entidad piensa dar "absoluta prioridad a la profesionalización y al trabajo" con unos esquemas "contrastados" y que, "sumados a la implantación de Cajasur en Andalucía, nos harán conseguir nuestras metas". Y es que Fernández alabó la "fidelidad" de la clientela de la entidad cordobesa como uno de sus activos más importantes pues, "pese a las importantes dudas, la intervención y las noticias negativas que surgían de la entidad, se ha mantenido la clientela de forma razonable", señaló el presidente de la entidad vasca.

Pero, ¿cómo conseguirá BBK limpiar los activos tóxicos de la antigua caja cordobesa y equilibrará las pérdidas para darle la vuelta a la tortilla y convertirlas en beneficios? La respuesta de Fernández se centró en que los 1.100 millones de perdidas con los que se cerrará 2010 no son tales, sino que son producto de una política contable prudente y realista, que ha tenido en cuenta la depreciación de activos para separar en paquetes distintos lo contaminado por los riesgos y la morosidad de lo que puede considerarse limpio. Fernández, que no quería dar su aquiescencia a que a estos números se les denomine pérdidas en sentido estricto de la palabra, explicó que la actualización de activos que han recibido y la citada prudencia es lo que ha llevado a esos números, si se quiere, escandalosos, pero que en ningún caso serán un lastre para el futuro de BBK Bank Cajasur. No hay que olvidar que la quiebra de Cajasur proviene, en la mayor parte, de su fuerte concentración del riesgo en el sector inmobiliario y que estos activos no valen hoy lo mismo que hace cinco años. Por ello, Fernández explicó que BBK ha realizado "tasaciones de un montón de inmuebles y hemos revisado los créditos de riesgo para ponerlos al día y dar de baja aquellas valoraciones que no se corresponden con la realidad". Todo eso, según Fernández, se computaría como pérdidas, pero no serían tales porque no estarían derivadas del negocio en sí, sino de esa política contable -"que hacen todas las cajas y ninguna las llama pérdidas", dijo el presidente de BBK- de prudencia que se ha acometido cuando se les adjudicó la entidad intervenida. Así, Fernández señaló que la razón de sus palabras se verá en las cuentas de 2011, que ya no estarán "lastradas" por las de ejercicios anteriores. Tanto insistió en el hecho de que no se hable de las manidas "pérdidas" de Cajasur que llegó a poner un ejemplo muy gráfico: "Imaginemos que tenemos un terreno valorado en un millón cuando su valor real es de 200.000. Si no hubiéramos actualizado esas cantidades por depreciación de activos, en las valoraciones habría que reflejar los 800.000 euros de diferencia en la próxima cuenta de resultados", explicó.

Y, ante todo, el presidente de BBK defendió la limpieza y la independencia de la operación efectuada por la entidad vasca en Córdoba. Para ello se refirió a que como muestra de la apuesta que hace la BBK en Cajasur ya ha invertido 800 millones de euros en la misma y destacó que "en este dinero no hay inyección pública que valga, sino una aportación de la caja, que asume un riesgo y que, por consiguiente, podemos perder, pero confiamos en nuestro modelo para conseguir los objetivos".

Más allá de Córdoba y de las actuaciones de Cajasur, el presidente de BBK se refirió al futuro de las cajas y a los movimientos de fusión en los que se encuentra BBK, en concreto con los que desarrollan las cajas vascas y que se encuentra en tiempo muerto. Fernández señaló que "ahora no se dan las condiciones para la fusión de las cajas vascas" y añadió que BBK sólo irá a este proceso si se dieran las condiciones de "todo orden" porque "para terminar en un coitus interruptus no nos interesa, sólo iremos si es una operación que termina". El presidente de BBK recordó que en las dos ocasiones anteriores que se intentó la fusión en el País Vasco BBK "hizo su trabajo y el proyecto no salió adelante".

BBK quiere recuperar sus buenas calificaciones a finales de año

El presidente de BBK restó importancia a las rebajas de calificación que las agencias Moody's y Fitch han realizado de su negocio en el último mes debido a la incorporación del negocio de Cajasur, que ha lastrado en parte los números de BBK. Hasta la incorporación de la caja cordobesa tenía los mejores indicadores de las cajas españolas. Sin embargo, Fernández señaló que "esto estaba previsto" porque "una incorporación de este tipo siempre implica un riesgo". En cualquier caso, Fernández se refirió a que el 'core capital' de la entidad sigue siendo el mejor del sistema financiero español y está por encima de el de las dos primeras cajas y de los dos primeros bancos del país. En cualquier caso, BBK aspira a recobrar su nota con los beneficios que esperan que genere Cajasur ya en este año.

El sistema financiero español está siendo "maltratado"

El presidente de la BBK, Mario Fernández, aseguró ayer que el trato que recibe el sistema financiero español es "injusto" y añadió que compararlo con el de Grecia, Irlanda o Portugal "no aguanta cualquier reflexión mínimamente científica" ni por el tamaño ni por las condiciones. "El sistema financiero español es sin duda el mejor de Europa en términos relativos", dijo Fernández, quien añadió que los números de la economía española en términos de deuda sobre PIB son "bastante mejores" que los del Reino Unido, Bélgica o Italia. Además, recordó que España nunca ha necesitado un rescate, al contrario de la economía británica que precisó de ayuda del Fondo Monetario Internacional. "Hay un tratamiento injusto que no refleja la situación real", señaló el presidente de la entidad vasca.