Córdoba

Educación afirma que sólo dos objeciones a Ciudadanía han llegado a los tribunales

  • Profesionales por la Ética aseguran que han interpuesto 36 recursos a lo Contencioso

La polémica originada el pasado año por la implantación de la Educación para la Ciudadanía sigue viva. La responsable provincial del ramo, Antonia Reyes, puntualizó ayer durante la presentación del curso 2008-2009 que sólo dos objetores de la asignatura de Córdoba han acudido a los tribunales y advirtió  de que los alumnos que no asistan a clase suspenderán.

Reyes denunció que tribunales de las diferentes comunidades autónomas dictan sentencias diferentes al respecto, por lo que consideró que “lo ideal sería que hubiera una sentencia del Tribunal Supremo que clarificara” la situación. Insistió en que Educación para la Ciudadanía forma parte del curriculum, por lo que como tal debe ser impartida y evaluada como el resto.

Pero los datos ofrecidos por la Administración autonómica no coinciden en absoluto con las 1.239 objeciones registradas por el colectivo Profesionales por la Ética durante el curso 2007-2008. Además, esta plataforma ha interpuesto 36 recursos en lo Contencioso-Administrativo, algunos de los cuales cuentan con medidas cautelares, es decir, la posibilidad de que el alumno no sea evaluado hasta que no salga una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA).

Para presentar la objeción, las familias pueden descargar la solicitud en varias páginas web e, incluso, pedirla en los centros. En ella, han de exponer las razones que les llevan a solicitar que sus hijos no la cursen. Si el colegio no la acepta, los padres han de ir a la Delegación de Educación para registrarla de manera formal y presentarla de nuevo en el centro. Una vez hecho este trámite, desde Profesionales por la Ética indicaron la conveniencia de remitirles una fotocopia de la misma para su registro y recuento final. Según esta plataforma, con la implantación de asignatura obligatoria, la objeción de conciencia es el único recurso que tienen los padres para oponerse a que sus hijos estudien sus contenidos.

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