Mientras que desde Córdoba capital la niebla ocultaba la Sierra a primera hora del día, en el Parque Periurbano de Los Villares ya se asentaban los primeros devotos dispuestos a festejar el Día de San Rafael con un perol "como Dios manda". Y es que, tras unos días de lluvias y fuertes vientos que han dejado destrozos por toda la ciudad y el campo, el clima, sin embargo, ha respetado a este 24 de octubre tan esperado siempre en el calendario de los cordobeses.

Con sol, algo de nubes y un mínimo de frío insignificante que incluso ha invitado a muchos a dejar apartadas sudaderas y abrigos, los cordobeses no han desaprovechado la oportunidad de, como marca la tradición, compartir un perol con los suyos para celebrar en comunidad el Día de San Rafael. Por supuesto, lo han hecho en un lugar icónico como Los Villares, que un año más se ha convertido en el punto de encuentro de este festivo local.

A las 06:30 estaba ya allí Rafael Ramos, quien asegura haber sido "el primero en llegar de todos". Todos los años se encarga de reunir a la familia en torno a su famosa y deseada paella valenciana, aunque en este 2023 se ha buscado a su nieto Alejandro como pinche de cocina. "Desde primera hora ha hecho buen tiempo aquí en la Sierra", confiesa Rafael, quien ha ido viendo durante toda la mañana cómo poco a poco los coches iban aparcando a ambos lados del sendero de Los Villares y decenas de familias llegaban cargadas de comida.

De los vehículos salían cargamentos de carne envasada que iban directas a las diferentes barbacoas que hay repartidas por el parque periurbano y también kilos y kilos de arroz que esperaban a absorber el mejor de los caldos. La familia Heredia, por ejemplo, desde las 08:00 ya estaba descargando todo el arsenal necesario para ejecutar el perol perfecto: panceta, chorizos, chuletas, patatas fritas, aceitunas... comida de todo tipo que ha servido para complementar el arroz de carne elaborado por Pepe, el cual, como manda la tradición, se come a partir de las 16:00.

La familia Heredia hace un perol en Los Villares.

Además de celebrar "como señores" el Día de San Rafael, dos grandes globos que mostraban un 60 han festejado el cumpleaños de la matriarca Beatriz. Este día es de festividad y la familia Heredia lo celebra "todos los años" en Los Villares, "zona emblemática de Córdoba" como presume Rafael, el patriarca. Inflados a comer cuando ni siquiera estaba listo el arroz, el pequeño del grupo, Iker Heredia, incluso se ha tomado su momento de fama para sorprender a los allí presentes con varios trucos de magia.

El día del arcángel custodio de la ciudad es para hacer lo que a uno le plazca: Magia, estar sentado toda la tarde al sol o jugar a las cartas, al dominó o al tango con una buena cerveza o el mejor de los vinos. Algunos se han permitido olvidarse de la universidad por, al menos, un día. Ha sido el caso del grupo de 11 estudiantes de Ingeniería Forestal y Agrónomos de la UCO, que por primera vez se ha reunido en San Rafael para "descansar de los estudios".

A Iván López, de 25 años, le ha tocado hacer el arroz de pinchitos de cerdo mientras sus compañeros se han dedicado a comer, beber y a charlar de todo un poco, lo que viene siendo habitual en este tipo de reuniones. A las 11:30 ya estaban todos prendiendo el fuego y agradeciendo una temperatura "con la que se está estupendo sin lluvia", como destaca uno de los jóvenes.

Grupo de estudiantes celebran San Rafael con un arroz en Los Villares.

Unos metros más lejos, cerro abajo, un grupo de unas 20 personas "amigos y conocidos con derecho a roce", se han unido a eso de las 10:30 con el objetivo de pasar un día fantástico y el placer final de devorar el arroz al puro estilo de "cuchará y paso atrás". Adrián ha sido el encargado de elaborar el arroz y Juanjo, las pancetas, chorizos y chuletas en la barbacoa mientras los niños jugaban a la pelota sin parar.

"Es la primera vez que nos reunimos en San Rafael y esperemos que sean muchos más", comenta Adrián, orgulloso de ser el cocinero en este día tan especial al que se han sumado incluso amigos de Soria: "Esto es gloria bendita, estoy encantada. No nos ha parado ni el frío ni el nublado, es San Rafael y hay que ser peroleros", añade Elena, que llegado desde la región soriana para disfrutar de una de las tradiciones de Córdoba más amada.

Algunos ya anticipaban que a las 19:00 "tocaba tomarse algo para bajar la comida". Porque de tanto chorizo, morcilla, boqueros en vinagre, queso, barbacoa e incluso gachas para el postre, la familia García iba "a reventar de comer". Juntos en un grupo de ocho personas que suelen ser más porque "algunos están en Letonia" de misión militar, esta familia ha admitido que "todos los años" celebra el Día de San Rafael "en el mismo sitio". Por eso a las 10:00 ya estaban sentadas y preparando los que horas después iban a degustar entre risas.

Adrián (sujetando el arroz) junto a su grupo en Los Villares.

Como reivindica una de las allí presentes, "no se falta a la tradición, hay que seguirla". Y es que muchos de los que se han reunido en Los Villares, aunque han sido menos que otros años en los que el buen tiempo sí acompañó desde hace días, han celebrado el santo de algún Rafael o Rafaela, y eso que no es requisito indispensable para subir a la sierra cordobesa de perol.

Unos lo han celebrado en su máxima juventud y otras, como Rafaela, incluso a sus más de 80 años y viviendo como el primer día esta festividad, "en el sitio de siempre". Lo importante, y parece que es lo que une a todos los cordobeses cada 24 de octubre como bien ha explicado la señora en el día de su santo, "es pasar este momento juntos y mantener vivo el espíritu de este día".

La familia García en Los Villares.