“El balcón mágico cierra sus puertas”. Chiqui, la vecina de Montemayor que cada día del confinamiento ha rendido homenaje a un sector de la población afectado por la crisis del covid-19 saliendo disfrazada a su terraza a las 20:00, ha dicho adiós a su proyecto. Antonia Uceda, el verdadero nombre de esta madre de familia y empresaria de 47 años, se incorpora a partir de este lunes, 11 de mayo, a la oficina de seguros que regenta en Fernán Núñez, como tantos otros emprendedores y comercios que recuperan su rutina.

Su gesto, colorido y original, ha sido uno de los más aplaudidos en toda la provincia de Córdoba durante las larguísimas jornadas del estado de alarma. Ahora, el regreso progresivo a la vida anterior a la pandemia, con la provincia en la fase 1, obliga a terminar proyectos como el suyo. “Ha sido un verdadero placer disfrutar cada día de vuestros mensajes y sonrisas”, se ha despedido en su perfil de Facebook.

Con sus disfraces, cada día uno, cada día distinto, ha recordado a los niños que han estado encerrados en casa durante larguísimas jornadas, a los cofrades que quedaron sin Semana Santa, a los hombres y mujeres del campo que han permitido que las despensas y los frigoríficos estén llenos, a los trabajadores de supermercado o a los periodistas que han seguido la noticia al pie del cañón. "Si para algo ha servido lo que estamos viviendo es para darnos cuenta de que estamos rodeados de gente muy valiosa y muy entregada", contaba a el Día el pasado 23 de abril.

El alcalde de Montemayor, Antonio García (IU), ha agradecido a Chiqui, en nombre del Ayuntamiento, que con este gesto "haya ayudado a hacer más llevadero y ameno el confinamiento", y haya ilusionado a muchas familias "en estos tiempos tan difíciles de desesperanza". "Aunque solo era una publicación en una red social, el disfraz diario de Chiqui ha sido una ayuda moral para todos los habitantes de Montemayor y Fernán Núñez", ha subrayado el primer edil.

García ha recordado cómo el Ayuntamiento también ha arrimado el hombro no solo en tareas de desinfección de lugares públicos o de reparto de material de protección, sino con la puesta en marcha de iniciativas a través de internet para "mantener viva la ilusión de los vecinos", como la Feria del Libro. Y, en este cometido, la iniciativa de Antonia Uceda "ha sido una baza importante", ha reconocido el alcalde, quien ha deseado ánimo y mucha suerte a todos los cordobeses que a partir de este lunes, 11 de mayo, retoman un poco su rutina con el inicio de la fase 1 del desconfinamiento en Córdoba.

La historia de Chiqui

Como a tantos miles de cordobeses, a Chiqui Uceda el covid-19 la recluyó en casa junto a su marido, Juan Carlos Peláez, y a sus dos hijos, Carlos y Francisco Miguel, de 17 y 22 años. Una mañana, asomada al balcón, vio en la casa de enfrente a su "vecinito" con rostro triste. "La madre trabaja en una residencia de mayores y el niño pasa mucho tiempo con su abuela. ¿Quieres que nos disfracemos?", le preguntó para animarlo. El pequeño le siguió el juego y lo que empezó siendo un divertimento para alegrarle la tarde se convirtió en una costumbre: cada día un disfraz, cada día un homenaje. La regla ha sido no repetir.

Las novias que se han quedado sin boda y con una primavera amarga, las costureras que de manera desinteresada confeccionan a destajo mascarillas y batas para que estemos más seguros, los hortelanos que llenan las despensas, las azafatas que se han quedado en tierra, los periodistas que siguen las informaciones en jornadas inagotables, las madres que no han podido ver a sus hijos durante tantos días, los militares que han visitado tantos pueblos o los cocineros que han alimentado a los pacientes en los hospitales o las residencias de mayores. A todos ha homenajeado desde su "balcón mágico", una especie de Narnia a la cordobesa que cierra sus puertas para siempre.