Religión

Un Corpus Christi íntimo en la Mezquita - Catedral de Córdoba

  • El Patio de los Naranjos acoge la procesión de la Custodia de Arfe

  • El obispo asegura que la urgencia de los barrios más pobres de Córdoba "nos tiene que quemar a todos" 

Un momento de la procesión con la Custodia de Arfe.

Un momento de la procesión con la Custodia de Arfe. / Miguel Ángel Salas

La fiesta del Corpus Christi tiene un cierto regusto antiguo, tradición e intimidad. Una gran celebración cristiana que ha vuelto a tener lugar en el interior de la Mezquita-Catedral y en el Patio de los Naranjos, donde se ha desarrollado la procesión de la Custodia de Arfe, acompañada por representantes de las cofradías de la capital y también de representantes institucionales. Una fiesta, además, que ha sorprendido a numerosos turistas que iban de visita al principal monumento de la ciudad.

Para ello, el Patio de los Naranjos, que ha acogido a un número de personas reducido, debido a la crisis del coronavirus, se ha engalanado con colgaduras en la fachada exterior norte, tras recibir el visto bueno de la Delegación de Cultura de la Junta de Andalucía. 

De manera previa a la procesión, que se ha celebrado bajo un sol de justicia, ha tenido lugar la misa del Corpus Christi, oficiada por el obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, quien en la homilía ha destacado la labor que lleva a cabo Cáritas. Así, ha recordado que se trata de una institución que "propone que cada uno se despoje de lo que tiene y se meta la mano el bolsillo y lo suelte".

La actividad de Cáritas en el último año en Córdoba ha estado marcado por la pandemia. No en vano, ha atendido a cerca de 30.000 personas, de las que unas 8.000 ha tenido que pedir ayuda por primera vez por no tener recursos. 

El prelado, además, ha hecho referencia a que Córdoba tiene cinco de los barrios más pobres de España. Una situación de "urgencia que nos tiene que quemar a todos". "La fiesta de la caridad nos invita a tomar el compromiso de tener lo que necesitamos para sobrevivir", ha añadido.

A la misa y a la posterior procesión han acudido representantes institucionales como el alcalde de Córdoba, José María Bellido, además del presidente de la Audiencia Provincial, Francisco de Paula Sánchez Zamorano. El desfile se ha desarrollado con la presencia de miembros de las cofradías de Gloria y Penitencia, además de miembros de Cáritas y de la Adoración Nocturna.

Por segundo año consecutivo, la fiesta del Corpus Christi en Córdoba se ha circunscrito a los límites físicos del Patio de los Narajos, y no ha habido romero, lavanda o arrayán en las calles y, ni tampoco altares instalados debido a la pandemia del coronavirus y también han faltado niños vestidos de Primera Comunión.

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