La localidad de Fuente-Tójar, de apenas 680 habitantes, también sufrirá los efectos del covid-19 pese a que, por el momento, resiste libre de contagios. El Ayuntamiento ha comunicado que la feria real en honor a San Isidro Labrador, cuya celebración estaba prevista entre el 14 y el 17 de mayo, tendrá que esperar.

Ello no significa, sin embargo, que el pequeño municipio de la Subbética vaya a quedarse sin sus festejos principales pues, como ha considerado la alcaldesa, Marifé Muñoz (PSOE), es intención del equipo de gobierno reubicarlos en el calendario.

En mayo, y aunque en ese periodo ya se haya levantado el estado de alarma, existe un "enorme riesgo" por ser "fechas tan próximas". Más adelante "se valorará la posibilidad de posponer la celebración de la Feria Real de San Isidro Labrador 2020 para fecha futura que, en caso de que sea posible y no suponga riesgo alguno, será fijada en atención a la resolución de la crisis sanitaria ocasionada por el covid-19 y al calendario disponible", recoge el documento oficial.

Coincidiendo con San Isidro, Fuente-Tójar vive una de las tradiciones más singulares y antiguas de la provincia, los danzantes, que en número de ocho y ataviados con faldas estampadas y coloristas gorros de papel bailan en varias ocasiones, con el acompañamiento de guitarras, castañuelas, pandereta y violín, ante la imagen del santo durante el recorrido de la procesión. Esta danza obtuvo en Madrid en los años 60 el Primer Premio Nacional de Danzas Antiguas.