Solidaridad

Córdoba abre sus puertas a 117 niños saharauis para que vivan "una experiencia inolvidable"

  • Los menores han sido recogidos en el albergue de Cerro Muriano tras su viaje desde el campo de refugiados de Tindouf (Argelia) y se quedarán hasta finales de agosto

Alia (en el centro, junto a Pedro y Sara en la que es su casa de acogida.

Alia (en el centro, junto a Pedro y Sara en la que es su casa de acogida. / El Día

La Córdoba más solidaria ha abierto las puertas de sus casas a un total de 117 niños que han llegado a la provincia para disfrutar de unas Vacaciones en Paz. Con ilusión, extrañeza para aquellos jóvenes que se estrenan en esta aventura en 2022 y, sobre todo, bastante cansancio, han llegado todos en la mañana de este viernes al albergue Juvenil de Cerro Muriano, después de que salieran del Sáhara en la tarde del jueves y, tras coger un vuelo, aterrizaran en el aeropuerto de Málaga de madrugada.

En la capital cordobesa han pasado revisión oftalmológica por parte de la Fundación Arruzafa y también bucodental por parte de Clínicas Dentalpro, para después, a partir de las 11:00, encontrarse con sus familias de acogida en un recibimiento que ha sido "de lo más sentimental". Así lo ha descrito Sara Vergara, que junto a su marido Pedro, acogen en este 2022 por cuarto año a un niño gracias a este programa que organiza la Asociación cordobesa de amistad con los niños y niñas saharauis (Acansa).

"El recibimiento ha sido una panzada de llorar", ha reconocido Sara. A sus brazos ha llegado la joven Alia de apenas ocho años, a la que el matrimonio ya conocía porque en 2017 viajaron al campo de refugiados de Tindouf (Argelia) y allí, cuando solo tenía cuatro años, tuvieron el primer contacto. Jnaza, el hermano de Alia, pudo disfrutar de sus vacaciones en Córdoba durante tres años en la casa de Sara y Pedro. Sin embargo, por motivos de edad, ahora es el turno de la que es la hija mediana de esta familia saharaui. 

Pese a que Sara y Pedro llevan abriendo las puertas de su casa desde que descubrieron este programa de acogida a través de Facebook en 2017, y tras el obligado parón de dos años provocado por la pandemia en el que los niños no pudieron viajar a España, la experiencia que les atesora se queda corta cuando los sentimientos son tan grandes. "Estamos más nerviosos que el primer año, pues sentimos ilusión y alegría, pese a que nos da pena que su hermano no vaya a poder vivir esto otra vez", ha comentado Sara.

Varios niños saharauis pasan revisión médica en Córdoba. Varios niños saharauis pasan revisión médica en Córdoba.

Varios niños saharauis pasan revisión médica en Córdoba. / El Día

Ahora Alia comienza un antes y un después en su vida que su familia de acogida tiene más que preparado, pues la piensan llevar a la piscina, al Aquasierra de Villafranca, a la playa y a que conozca Córdoba. Aventuras que a primera vista parecen muy simples en países occidentales, pero que para una niña que pasa sus días en el campo de refugiados de Tindouf será toda una experiencia que no olvidará nunca.

"Esta vez quiero grabarlo todo para ver su cara de impresión al vivir cada momento. Piensa que en su casa no hay absolutamente nada, que son un puñado de chabolas de barro soltadas en mitad del desierto, algunas con un corral y en las que tienen un bidón de agua que se llena una vez a la semana", ha explicado Sara Vergara, que ha puesto de ejemplo claro lo que ha presencia en el momento de recogerla en el albergue de Cerro Muriano: "Cuando nos la hemos llevado, no sabía ni por qué puerta tenía que subirse al coche".

Algo similar vivió su hermano cuando en 2017 "se sujetaba al montarse en un ascensor porque pensaba que se caía", ha comentado su madre de acogida. Ahora, gracias a estas Vacaciones en Paz y a la solidaridad de las familias de Córdoba, Alia podrá probar lo que es un helado, ir una feria y montarse en los coches de choque que tanto le gustaban a Jnaza o algo tan simple y cotidiano como tumbarse en el sofá con el aire acondicionado para a ver la televisión, e incluso comer con un plato, un mantel y con cubiertos, actos que en su tierra son impensables de llevar a cabo.

Y es que, tanto Sara y Pedro como las tantas familias de la provincia que ya han acogido a los menores saharauis en sus casas para cuidarlos como si de sus hijos de sangre se tratara, saben que lo más bonito no solo se lo llevan estos niños que viven en precariedad, sino también ellos, pues les dejará un recuerdo inolvidable. "Mi madre siempre quiso acoger a un niño, pero aproveché para hacerlo una vez me casé. Cuando te estrenas por primera vez, engancha, porque se te queda el recuerdo de por vida y por eso no hay que temerle al momento de despedirse del que ha sido como tu hijo unos meses", ha asegurado Sara.

Como Alia, son un total de 117 menores saharauis los que disfrutarán desde este viernes del programa Vacaciones en Paz de un verano en Córdoba -caluroso, pero menos que en el Sáhara salvo por las noches- hasta que regresen a territorio africano a finales de agosto. Un momento de despedida que será difícil, pues lo que comienza como un acto solidario, pasa a forjar un sentimiento familiar de amor y cariño en el que los más desfavorecidos por mero lugar de nacimiento pondrán en valor lo que en cualquier país desarrollado es tan común en el día a día.

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