El aislamiento en los hogares para frenar el aumento de contagios del coronavirus puede afectar a nuestro estado anímico, sobre todo conforme vayan avanzando los días. Decenas de noticias -algunas algo catastróficas-, la ruptura de las rutinas y la incertudumbre de no saber el tiempo que va a durar esta situación pueden provocar estrés y ansiedad.

Para afrontar este confinamiento de la mejor manera, es fundamental seguir algunas pautas como el mantenimiento de la rutina (en la medida de los posible), sobre todo si hay niños. En este sentido, es aconsejable no alterar los horarios de comidas, de juegos o de sueño porque, en cierta forma, "es lo que nos va permitir normalizar todo un poco", indica la psicóloga del Hospital Cruz Roja Claudia Carmona.

Un truco para este periodo de aislamiento es plantear cada día "una serie de metas" porque así "tienes menos tiempo para pensar en lo relacionado con el coronavirus" ya que "la rumiación sobre el tema genera más ansiedad". Por ello, es aconsejable "pensar que se trata de algo temporal" y que dentro de varias semanas la situación habrá mejorado.

Otra de las claves, y quizás una de las más liberadoras para la mente, es "tirar de humor" para relativizar la gravedad de la situación. Para ello, es bueno reírse de los vídeos y memes que llegan por el WhatsApp.

Además, este tiempo en casa se puede "aprovechar para hacer cosas que normalmente no podemos hacer cuando estamos trabajando", como reflexionar, leer, organizar armarios, jugar, escuchar música o cocinar.

Para reducir la ansiedad es esencial consumir solo informaciones de fuentes oficiales

Este confinamiento afectará a cada persona de una forma, dependiendo de como se lo tome cada uno, pero, sobre todo, "es importante para reducir la ansiedad y los posibles miedos" que la información que se consuma sea de fuentes oficiales para evitar la incertidumbre.

Por otro lado, la psicóloga del Hospital Cruz Roja también señala que es fundamental "no sobreinformarnos ni estar constantemente buscando información en las redes sociales o Google porque a veces transmiten noticias falsas o no contrastadas", lo que "aumenta la sensación de riesgo".

En el caso de personas que sean más ansiosas o alarmistas, hay que rehuir la rumiación, esto es, los pensamientos obsesivos sobre el tema, y el exceso de información porque puede ser contraproducente. Para ello es necesario "tener la mente ocupada".

Carmona explica que el miedo es una reacción adaptativa, algo que nos permite ponernos en alerta y organizarnos, de forma que no siempre es un riesgo patológico, sino que "nos ayuda en ciertas situaciones". Se vuelve problemático "cuando nos bloquea e interfiere de manera significativa en nuestra vida".

La incertidumbre por lo que pasará en esta crisis sanitaria y social (ya que no existen experiencias previas) y la falta de control genera miedo y ansiedad "y ahí es cuando hay que analizar qué emociones estamos sintiendo". Una vez hecha esa reflexión, lo adecuado sería racionalizar esos sentimientos "con toda la información que tenemos de las fuentes oficiales".

Para las personas más propensas a la ansiedad es una buena idea realizar técnicas de relajación durante este aislamiento, trabajar la respiración, meditación, hacer yoga o incluso ejercicio. Para esto último, por internet se pueden encontrar multitud de tablas adaptadas al interior de las casas.

Otro de los puntos que analiza la psicóloga de Cruz Roja es el comportamiento de acudir de forma masiva a los supermercados. La explicación es simple: "el pánico". De nuevo, la incertidumbre sobre qué pasará y cuándo acabará esto hace pensar en la posibilidad de que se puedan agotar los alimentos en el hogar y no poder salir al supermercado. "Debido al miedo, es todo exagerado, a lo grande", indica Claudia Carmona.