Han pasado poco más de cuatro años, cinco y medio si se tiene en cuenta aquel histórico Pleno en el que la alcaldesa garantizó el "coste cero" para la reforma de las viviendas, y la barriada de El Cerro sigue sufriendo el mismo problema de entonces. Muchas decenas de casas se resquebrajan cada vez que cambia la climatología, del calor al frío y viceversa, o cuando la lluvia hace acto de presencia de una manera abundante. En las calles Alejandría, Yahía, Enrique II y Fray Juan de Ávila, por citar sólo algunas de las que forman parte de esta zona del Distrito Sur de la ciudad, hay numerosas familias que pueden hablar largo y tendido del asunto. Las puertas y ventanas se encuentran descuadradas y la solería levantada. A todo ello hay que sumar las grietas -algunas de ellas de gran profundidad y grosor- que aparecen en techos y paredes. Pese a los continuos planes promovidos desde el Ayuntamiento, El Cerro sigue en espera de una solución definitiva que acabe con los problemas que padecen los residentes de este enclave.

Ni la anterior corporación municipal ni ésta -a la que le que quedan poco más de tres meses- han sido capaces de dar con la tecla en El Cerro. En el caso del actual Gobierno local se da además la peculiaridad de que el asunto en cuestión ha llegado hasta a cambiar de manos. Primero fue el Grupo Municipal de IU el que, a través de la Gerencia de Urbanismo, se ocupó del caso, y después fueron los socialistas quienes, por medio de la empresa municipal de Viviendas de Córdoba (Vimcorsa), tomaron las riendas del programa de rehabilitación. De todos los concejales que se han ocupado del tema, tan sólo el actual alcalde y entonces teniente de alcalde de Urbanismo, Andrés Ocaña, aportó una solución "fiable", como así lo consideran algunos de los colectivos consultados. El regidor habló del derribo y la reedificación de las casas afectadas por las grietas.

En los cerca de cuatro años que han pasado desde los últimos comicios municipales, el Consistorio ha gestionado en torno a diez millones de euros repartidos en diferentes programas de ayudas. Fueron algo más de 400 vecinos quienes se beneficiaron del "coste cero" y otros cerca de 400 los que se han ido sumando a un plan que sí empezó a pedir un esfuerzo económico por parte de los vecinos de esta zona de la ciudad. En cifras redondas, las ayudas a las que se han ido acogiendo los afectados por este motivo van desde los poco más de 1.500 euros entregados a los propietarios de las casas con daños más leves a los 30.000 recibidos por los titulares de las viviendas más seriamente afectadas por la aparición de fisuras.

A excepción del paro y la crisis económica, el progresivo deterioro de las casas es el tema que más preocupa a los vecinos de El Cerro. No terminan de entender que sus casas vuelvan a agrietarse y, lo que es peor, no acaban de creerse que la única solución, como ya dijo Ocaña en su día, sea la demolición y la edificación de un nuevo inmueble. El propio representante del Consejo de Distrito Sur, Luis García, se refiere a este asunto como un "tema muy complejo y de difícil solución".

Ha sido en esta mismo corporación municipal, en concreto en julio de 2010, cuando la ex presidenta de Vimcorsa, Victoria Fernández, reconoció que las grietas reaparecerían en aquellos lugares en los que se habían tapado. Estas declaraciones llevaron a las asociaciones de vecinos a retroceder al punto de partida y a volver a idear nuevos planteamientos que acabaran con el problema.

El balance que arroja el programa de rehabilitación de viviendas de El Cerro arroja una notable derrama de dinero, tanto procedente de las arcas municipales como de la Junta de Andalucía. El Consistorio empezó aportando todo el dinero y ha terminado gestionando el propio y el que le llegaba del Gobierno autonómico. En total, y repartidas en muchas partidas, el montante ronda los diez millones de euros. A los vecinos de esta zona de la ciudad, sin embargo, no sólo les preocupa lo que les ocurre de puertas para dentro. También critican que un "elevadísimo" porcentaje de las calles del Campo de la Verdad presenten un mal estado de conservación y "no se haya hecho nada en estos cuatro años". Recuerdan el "compromiso" que contrajo con ellos el Área de Infraestructuras, entonces liderada por la edil Rosa Candelario.