Francisco Mora | Presidente de FAPA-Ágora

  • No tiene reparos en asegurar que el mundo educativo “enamora” y critica que se utilice la enseñanza como "arma arrojadiza" entre partidos cada vez que hay cambio de Gobierno

“Cerrar un aula tiene que ser el último recurso que hay que tomar"

El presidente de FAPA-Ágora, Francisco Mora. El presidente de FAPA-Ágora, Francisco Mora.

El presidente de FAPA-Ágora, Francisco Mora. / Miguel Ángel Salas

Escrito por

· Lourdes Chaparro

Redactora

Lleva al frente de laFederación de Asociaciones de Madres y Padres de alumnos del colegios públicos de Córdoba –FAPA-Ágora– más de una veintena de años, en los que también ha sido el máximo responsable de la Confederación andaluza (Codapa). Francisco Mora deja ahora la presidencia de la entidad después de años de trabajo y de reivindicaciones para mejorar la escuela pública.

–Se acaba ya otro curso escolar marcado por la pandemia del coronavirus, ¿qué balance hace?

–Este curso no ha sido, dentro de las preocupaciones que tenían las familias por los contagios y que los niños iban a tener problemas por el covid, tan escandaloso como se esperaba o se pensaba. Ha sido un curso mucho más normal que el año anterior. Los niños han ido a clase y han estado en sus aulas con las medidas y protocolos que se han llevado a cabo, pero no han sido tampoco todas las que quisiéramos. Realmente ha habido sitios donde las ratios no han permitido que existiera ese margen de protocolo de seguridad al cien por cien. Pero los niños han acudido a su centro educativo, se han socializado y han aprendido con sus compañeros, con sus iguales. Creo que la educación si no es presencial, pierde el 95% de su eficacia.

-Ya se están programando nuevas medidas anticovid para el próximo curso, ¿cree que son suficientes?

–Por lo menos se está hablando con antelación de tomar medidas antes de que empiece el curso, lo que no ocurrido antes. El primer año nos pilló sobre la marcha y nos pilló el tren por la pandemia y, este año se podría haber hecho mejor si se hubiesen tomado medidas de protocolo anticovid contando con los consejos escolares de los centros. Se hicieron unas medidas generales y cada centro tiene unas circunstancias muy particulares. Hubo tiempo de sobra para sentarse con los consejos escolares y las zonas para que se pusieran medidas en marcha y así no hubiese ocurrido lo que ha pasado en muchos centros educativos en los que las familias no tenían conocimiento de los protocolos covid e iban un poco asustadas. Ahora que tenemos tiempo de sobra, vamos a hacer este protocolo covid para el principio de curso y vamos a hacérselo llegar a las familias, algo que es importantísimo. Las familias tienen que conocer sus protocolos específicos antes del inicio del curso porque les va a dar tranquilidad y si tienen alguna duda, pues se dirigen a sus asociaciones de madres y padres y consejos escolares para aclarárselas. No es necesario lo que se montó a principio de curso porque no ha habido contagios con tanta ferocidad, que parecía que todo el mundo se iba a poner malo. En realidad no ha sido así.

-Hace mucha referencia a los consejos escolares, ¿no se les ha tenido en cuenta a lo largo de este curso?

–No de forma general. Como casi siempre se cuenta muy poco con las familias dentro del sistema educativo. Se toman decisiones dentro de una comunidad educativa y la parte más numerosa de la misma, que es el alumnado y las familias, no tienen conocimiento de las medidas que se toman y se aprueban unos protocolos que se dirigen a las familias una vez comenzado el curso. Creo que es mucho más fácil sentarse con las familias, llegar a un acuerdo con ellas, ver lo que exige el protocolo que dice Sanidad y ver cómo lo hacemos y, así será mucho más fácil que estar encontrándose con la desconfianza de las familias de que las cosas no se están haciendo bien.

Un momento de la entrevista a Francisco Mora. Un momento de la entrevista a Francisco Mora.

Un momento de la entrevista a Francisco Mora. / Miguel Ángel Salas

-Reducir el número de alumnos por aula era una medida que se planteó con la pandemia para evitar contagios. ¿Hubiera sido una medida acertada?

–El tema de la ratio como forma de educación es diferente al tema de la ratio como protocolo, que es de lo que estamos hablando. Cuando se habla de ratio como medidas de protocolo covid es una buena solución y más cuando los centros tienen recursos. La Delegación de Educación podía haber hecho más porque se han podido desdoblar y hacer líneas más pequeñas porque hay personal suficiente. Si por ejemplo, tenemos 23 profesores en el centro y hay menos alumnos, pues se puede bajar la ratio. El problema que ocurre es que muchos de esos profesores están dos años en un centro y luego en otro. Como se prevé que no va a haber niños, se saca al profesor de ese centro y no existe el recurso. Las familias llegan con toda la razón del mundo, quiere una línea más, pero no se va poner si tienes ese recurso porque lo han sacado del centro. 

"Lo que hay que hacer es adaptar los recursos a las necesidades de ratio de la zona"

-Por otra parte y ya dejando atrás la pandemia, ¿cree que la bajada de ratio es una medida que puede impedir el cierre de aulas?

–La bajada de la ratio se puede unir a lo que he dicho anteriormente, como informar y adecuar las medidas necesarias al centro dentro de su autonomía. Muchas veces se habla de la autonomía de centro, que es adaptar sus necesidades a su zona. Entiendo que la ratio es muy importante, no solo bajarla porque sí, sino ver las necesidades de cada centro. Habrá sitios en los que los grupos tendrán que ser más numerosos porque quizá hace falta más socializar a esos niños que en otros donde la ratio, por su demanda, necesiten una educación más individualizada y específica. Si les damos instrumentos y el margen a los centros educativos de bajar o no la ratio o ponerla al número que creen que es más conveniente porque así va a sacar más rendimiento al alumnado. Tener menos niños en un aula, y está demostrado, no significa que la calidad de la enseñanza sea mejor.

-Sin embargo, siempre se ha defendido que a menor número de alumno por aula se consigue una enseñanza más individualizada.

–Pero no es una regla de tres directa y eso está demostrado. Es cierto que cuando la ratio es más baja, la enseñanza es más individualizada y podemos cubrir las necesidades del alumnado. Pero en un aula con más alumnos, quizá lo que haya que hacer es meter a un profesor más. Muchas veces se piensa que la ratio es solo lo que es la clase, pero puede ser más grande con uno, dos o tres profesores. Hay centros educativos donde meten grupos grandes y meten un profesor más en clase.

-El nacimiento de niños es cada vez menor, ¿es hora ya de plantear nueva medidas y evitar el cierre de aulas?

–Lo que hay que hacer es adaptar los recursos a las necesidades de ratio de la zona. Cerrar una unidad tiene que ser el último recurso que hay que tomar y siempre jugando con la misma baraja. Vamos a mantener centros y vamos a dar participación a las familias para ver cómo dividimos a ese alumnado. Lo que no podemos hacer es lo que está haciendo la Consejería de Educación, que es cerrar líneas porque no hay niños, no ofertar la escuela pública y mantener las plazas en la concertada. Lo que ocurre es que si, por ejemplo, tengo 50 niños y no tengo posibilidad de matricular porque no me dan plazas, el niño va a la concertada que sí tiene. Esa jugada ya se había previsto hace dos años cuando se metió un colegio concertado en todas las zonas de escolarización . Y lo hicieron porque no es lo mismo que un concertado se peleé con 100 niños que con 500 y tienen más posibilidad. Lo que debe hacer la Administración es gestionar el dinero público de la mejor manera posible, no creando dos aulas del mismo modelo, una con los recursos propios que los pago yo y, otra con los recursos de una empresa que también lo tengo que pagar.

-¿Se está mimando a la escuela concertada desde la Administración autonómica?

–Se le ha echado un salvavidas evidentemente.

-¿Y es justo?

–No creo que sea justo o no, entiendo que no es necesario. Lo que nos dice la Constitución es que nuestros niños tienen derecho a la educación, que la da la administración pública. Si no es necesario pagar una empresa privada, pues no se paga. Si tenemos suficientes recursos en la educación pública, ¿por qué vamos a pagar a empresa privada y cerrar centros en la pública? Es una mala gestión del dinero público.

Francisco Mora. Francisco Mora.

Francisco Mora. / Miguel Ángel Salas

-En los últimos meses ha habido asociaciones de madres y padres de varios colegios que han denunciado el cierre de líneas para el próximo curso. Después de más de veinte años al frente de FAPA-Córdoba, ¿cree que las familias han bajado el nivel de sus reivindicaciones en este tiempo?

–Hemos tenido durante un tiempo en el que la parte reivindicativa de las familias ha estado bastante acomodada. Es cierto, que se han conseguido muchas cosas en los centros, como las aulas matinales, la gratuidad de los libros de texto, los comedores, las actividades extraescolares… y parecía que había de todo. Ahora, ha venido esto y ha servido para recordarnos que las familias tenemos que participar dentro del sistema educativo. La escolarización es parte de esa participación.

-¿Cómo son las relaciones entre FAPA-Ágora y la Delegación de Educación?

–FAPA-Ágora siempre ha tenido buena relación con las administraciones porque entendemos que somos parte de la comunidad educativa y parte importante para que la educación sea de calidad. Siempre hemos tratado y tratamos con respeto a la administración porque entendemos que es la que tiene que solucionar, gestionar y legislar para que se solucionen los problemas en el sistema educativo. Nuestro compromiso es de respeto pero no de servilismo, que es distinto. FAPA-Ágora siempre ha sido y será una federación reivindicativa de todos los derechos que tienen nuestros niños y niñas y de los deberes que tiene la administración. Siempre de una forma seria y educada, pero sin perder de vista que lo que queremos es una escuela pública y de calidad. Nunca nos van a callar esté el gobierno que esté. Haya estado un partido de un carril político o de otro, siempre hemos defendido lo mismo. Es más, FAPA-Ágora tiene un documento de mejoras educativas con más de cien propuestas y siempre se lo hemos dado a los partidos políticos que han acudido a nuestra federación.

"La importancia que se da en este país a la educación es nula desde los organismos que tienen legislar"

-¿Y las han cumplido?

–Evidentemente no. Hay partidos en los que algunas cosas han sido más receptivos y otros que no tanto. Pero nosotros no nos afiliamos ni a una parte ni a otra. Nosotros tenemos una idea muy clara de qué tipo de educación pública queremos y quien nos lo tiene que dar, que es la administración.

-Pero en Andalucía solo ha gobernado el PSOE y el actual equipo de gobierno de la Junta apenas lleva dos años.

–Sí, pero cuando se ha hecho una ley, todos los partidos se sientan con nosotros, tanto a nivel federación como a nivel de la confederación, para ver qué opinamos. Hay partidos que han llevado algunas de nuestras propuestas en las leyes, pero hay algunos partidos más receptivos y otros que menos. Pero ningún partido político y, eso es cierto, le ha dado a la educación la importancia que tiene en la sociedad española. Siempre que ha habido un cambio de partido en el Gobierno ha habido una nueva ley educativa.

-La última ha sido la Lomloe. ¿Cree que si hay cambio de gobierno cuando llegue la próxima convocatoria de elecciones generales habrá una nueva ley educativa?

–Espero que no. Esta última es una fusión de las últimas tres. La importancia que se da en este país a la educación es nula desde los organismos que tienen legislar. Cuando hablamos de leyes de educación se utiliza como un arma arrojadiza de un partido a otro y eso nos duele porque estamos jugando con el futuro de nuestros niños y nuestras niñas.

-¿Comparte la opinión de la ministra de Educación, Isabel Celaá, de que los hijos no son de los padres?

–Los hijos son de los padres evidentemente y, por eso, las asociaciones de madres y padres están para defender los derechos de los niños. Ahora bien, hay un derecho que no se puede quitar a los padres y las madre, que es el derecho a educar. Pero, por ejemplo, yo mañana digo que mi hijo no va al colegio y eso no lo puedo decidir por él. Mi hijo tiene el derecho a la educación y asistir a su centro educativo y yo no puedo quitarle ese derecho.

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