Economía

Calles desiertas y carteles de "cerrado por vacaciones": La realidad desoladora de Córdoba en agosto

Bulevar de Gran Capitán en una mañana de agosto.

Bulevar de Gran Capitán en una mañana de agosto. / Miguel Ángel Salas

Calles sin vida durante gran parte de las horas del día, persianas metálicas que cubren las puertas de gran parte de negocios de comercio y hostelería de toda la ciudad acompañados de carteles en los que se puede leer en grande "cerrado por vacaciones" e incluso hoteles que reducen sus servicios ante la poca presencia de turistas. Esta es la realidad y el día a día de Córdoba en agosto, una ciudad que durante este mes queda desierta debido a altas temperaturas que la acechan y a su escasa y casi inexistente oferta de ocio.

La ciudad de los cuatro Patrimonios de la Humanidad declarados por la Unesco se vacía cuando llega agosto. La vida en las calles de Córdoba solo se manifiesta en cuanto el sol se esconde o gracias a los pocos cordobeses que se atreven a pisarla por el medio día o en horario de tarde cuando el calor golpea con más fuerza, eso sí, siempre acaparando los espacios con sombra, los parques y las heladerías a la espera de que caiga la noche, el único momento del día en el que los cordobeses salen sin temor a disfrutar de la reducida oferta de ocio que ofrece la ciudad en agosto.

"¿Quién va a salir a la calle entre las 17:00 o a las 20:00 en verano como se hace en esta ciudad durante todo el año?". Esa es la pregunta que lanza el presidente de la Asociación de Hosteleros de Córdoba Horeca, Miguel Ángel Morales, y que justifica que muchos bares y restaurantes de la ciudad aprovechan el mes de agosto para echar la persiana metálica, colgar el cartel de "cerrado por vacaciones" y marcharse lejos unos días.

Una escapada que, de hecho, para muchos es obligada dadas las circunstancias de una ciudad cuya actividad cesa durante gran parte del día por el calor y que provoca que sea más rentable cerrar por un tiempo y aprovechar para descansar que tener el negocio abierto sin demanda. Como advierte Morales, "en época estival debido al calor hay poca afluencia de turistas, y del turismo es de lo que vive esta ciudad", principalmente en el Casco Histórico y en el Centro, que son las zonas más afectadas y que más sensación de estar desérticas dan en los tramos más calurosos del día.

No queda otra que "convivir con este clima", como lamenta el presidente de Horeca, que pide que se cree una mesa de diálogo con todos los agentes involucrados que se ven afectados por las altas temperaturas en época estival y el Ayuntamiento de Córdoba para encontrar soluciones a la escasa oferta de ocio que se presenta en el mes de agosto. Una de ellas tiene que ver con el horario de los museos y monumentos de la ciudad, que como asegura Morales son más reducidos en agosto y eso disminuye la afluencia turística.

Sin duda, uno de los sectores más afectados por las altas temperaturas es el comercio. Algunas tiendas deciden marcharse de vacaciones en un agosto en el que gran parte del día apenas hay personas paseando por las calles o dispuestas a pasar el rato en un espacio que no sea una piscina o una playa. Algunos echan el cartel de cerrado durante unos 15 días y otros negocios lo que hacen es cerrar por las tardes y solo permanecer abiertos por las mañanas en horarios en los que el calor todavía está en aumento y no alcanza las máximas diarias.

Como explica el el vicepresidente de la federación provincial Comercio Cordoba, Manuel Blasco, al haber mucha menos gente en Córdoba en agosto por unas altas temperaturas "que han estado toda la vida y no es algo de ahora", los comercios de la ciudad que deciden abrir por las tardes suelen aprovechar el último tirón de entre las 20:30 y 21:00, que es cuando hay algo más de afluencia por las calles. De hecho, incluso algunas de las franquicias de grandes marcas cierran la tarde del sábado por la poca demanda durante este mes.

"La ciudad necesita una solución contra las altas temperaturas que sufrimos y eso es una necesidad de todos los vecinos, turistas y negocios. Ahora en el Centro hay cuatro toldos que no arreglan nada", señala el también presidente del Centro Comercial Abierto Centro Córdoba, quien ante la falta de sombras que mitiguen el calor en verano recuerda cómo antiguamente desde la calle Gondomar hasta Las Tendillas había una estructura metálica que tapaba el sol para dar sombra.

Blasco recalca que para arreglar esta condición climática que afecta a la economía cordobesa hace falta llegar a una solución integral empezando por el Centro de Córdoba, que es donde más afluencia de personas hay habitualmente, y luego por el resto de centros comerciales de la ciudad. No es nada nuevo, pues las reclamaciones de entoldar las calles de la zona centro en verano llevan años haciéndose y, de momento, la realidad es que lugares emblemáticos de la ciudad son un auténtico desierto en las tardes de agosto.

De hecho, la Asociación de Comerciantes Autónomos Ambulantes de Córdoba (Comacor) con el permiso del Ayuntamiento de Córdoba celebró el primer mercadillo nocturno el pasado 22 de julio con un resultado "exitoso y sin precedentes". Una prueba más que evidente de que el problema de que la economía cordobesa sufra en verano está en las altas temperaturas, que convierten las calles en desoladores paseos alrededor de negocios cerrados cuyos gerentes necesitan una ciudad mejor adaptada al calor que mantenga su oferta de ocio para poder sobrevivir.

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