Medio Ambiente

La CHG multa al Ayuntamiento de Córdoba por el vertido de aguas residuales al arroyo del Molino y a la zona de Popea

  • La Junta de Gobierno Local aprueba recurrir la sanción ante el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía

Zona de los Baños de Popea.

Zona de los Baños de Popea. / Efe / Rafa Alcaide

La Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) ha multado al Ayuntamiento de Córdoba por el vertido de aguas residuales procedentes de la población de la barriada de Trassierra al arroyo del Molino y al entorno de los Baños de Popea, "careciendo de la preceptiva autorización de este organismo de cuenca y resultando, a la vista de los análisis efectuados, un vertido contaminante con capacidad de afección a las aguas del término municipal de Córdoba". La sanción es de 47.003 euros. Además, la CHG le impone  al Consistorio "la obligación de indemnizar daños al dominio público hidráulico en la cifra de 14.100 euros".

Tras la notificación de la CHG, la Junta de Gobierno Local del Ayuntamiento ha aprobado que por parte de la Asesoría Jurídica Municipal se presente un recurso contencioso administrativo contra la sanción ante el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA), tal y como ha informado el teniente de alcalde Salvador Fuentes.

La Confederación abrió el expediente sancionador que ha terminado en multa al Ayuntamiento a finales del pasado año después de llevar a cabo los pertinentes análisis en el arroyo del Molino y los Baños de Popea. Todo ello después de la denuncia realizada por la plataforma A desalambrar, que venía denunciando años atrás los vertidos, insistiendo en que por ello esas aguas no eran aptas para el baño ni para el consumo. A Desalambrar solicitó un informe de estas aguas a un laboratorio de Córdoba, que determinó que en el cauce del arroyo del Molino había amonio, coliformes, escherichia coli, materia orgánica y fósforo.

El entonces coordinador del grupo de trabajo por la protección de las fuentes y cauces fluviales de la plataforma y ahora presidente de la misma, Pancho Gamero, detalló los resultados del estudio insistiendo en que los coliformes son considerados como un “grupo de bacterias peligrosas” que se encuentran en las aguas fecales, mientras que el amonio se puede encontrar en la orina y el fósforo en detergentes y productos químicos de limpieza. Así, ese informe determino que había elementos de contaminación urbana.

Además, Gamero agregó que existían otros factores determinantes de la contaminación ambiental en la zona, como la basura y los escombros que eran arrojados en el lugar. Asimismo, alertó del impacto que podía suponer para la salud bañarse en estas aguas, impacto que era mayor en los niños menores de seis años, en las personas de la tercera edad y en aquellas vulnerables o con defensas bajas, pudiendo causar gastroenteritis u otras enfermedades estomacales y de la piel.

Al respecto, Juan Escribano, de Ecologistas en Acción, insistió en que esta situación que se producía en el arroyo del Molino se repite todos los veranos cuando aumenta la población flotante por las vacaciones en Trassierra. Durante estas fechas, las familias suelen visitar la zona y pernoctar durante varios días, cosa que, según Escribano “duplica” el número de personas haciendo vida en el lugar y por lo tanto, se acrecienta también la contaminación urbana.

Escribano explicó que el río Guadiato, donde terminan las aguas de arroyo del Molino, que tienen un curso corto, contrario a lo que se pueda pensar, sube su nivel durante el verano, situación que, según apuntó, “aligera el impacto ecológico”. Sin embargo, no deja de ser importante y el daño “se nota a simple vista”.

El arroyo del Molino es un lugar de alto valor ecológico en flora, fauna y suelo, por lo que las propuestas y soluciones de mejora llevan años poniéndose sobre la mesa, sin embargo, no se ha logrado que se lleve a cabo alguna de ellas, como la demanda al Ayuntamiento de “crear un mecanismo para desviar las aguas fecales a la depuradora de La Golondrina”, propuesta que aún no han logrado que se lleve a cabo “por el elevado coste que esto significa”.

Compromiso del Pleno

El pasado mes de febrero, el Pleno del Ayuntamiento aprobó una moción conjunta, que en principio era de Podemos y de IU, en la que se demandaba a las distintas administraciones medidas contra el deterioro de los Baños de Popea y el arroyo del Bejarano. La portavoz de Podemos, Cristina Pedrajas, defendió entonces que  estos enclaves sufrían "un deterioro tremendo, un abandono total por parte de las administraciones públicas, además de vertidos de basura; el colmo son ya los vertidos de aguas residuales procedentes de las parcelaciones de Trassierra, a lo que hay que sumar también la captación irregular de agua del acuífero a través de montones de pozos que hay para piscina y para riegos".

En la moción se instaba también a la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir a la realización de un plan de regularización de los usos no compatibles con el enclave y un plan de limpieza y mantenimiento del lugar, en colaboración con el Ayuntamiento, "para que estas tareas no tengan que ser realizadas por cuadrillas de voluntarios ambientales de distinta índole y procedencia"; y al Consistorio, al control de las parcelas ilegales del entorno del enclave.

Asimismo, se instaba a las instituciones implicadas (el Ayuntamiento, la Diputación y la Junta) a que ejecutaran de inmediato las obras necesarias para el saneamiento y depuración de aguas residuales de Santa María de Trassierra; y al Ayuntamiento y a la Junta al desarrollo de proyectos de expropiación de terrenos y restauración y puesta en valor de los molinos árabes del enclave y el acueducto, "tal como se ha realizado con el molino de San Antonio en el Monumento Natural de los Sotos de la Albolafia, convertido en un atractivo turístico del enclave".

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios