Córdoba

Un miniparaíso con aguas enfermas

  • La plataforma A Desalambrar alerta a través de un informe encargado a un laboratorio de la contaminación del arroyo del Molino y Ecologistas en Acción demanda soluciones

Arroyo del Molino, en el lugar donde han tomado la muestra de agua.

Arroyo del Molino, en el lugar donde han tomado la muestra de agua. / El Día

Las aguas del arroyo del Molino, ubicado cerca de los Baños de Popea, no son aptas para el baño ni para el consumo. Así lo ha denunciado la plataforma A Desalambrar, que ha solicitado un informe de estas aguas a un laboratorio de Córdoba. Este ha determinado que en el cauce del arroyo del Molino hay amonio, coliformes, escherichia coli, materia orgánica y fósforo.

El coordinador del grupo de trabajo por la protección de las fuentes y cauces fluviales de la plataforma, Francisco Gamero Gutiérrez, ha detallado los resultados del estudio insistiendo en que los coliformes son considerados como un “grupo de bacterias peligrosas” que se encuentran en las aguas fecales, mientras que el amonio se puede encontrar en la orina y el fósforo en detergentes y productos químicos de limpieza. Así, han determinado que existen elementos de contaminación urbana.

Además, Gamero ha agregado que existen otros factores determinantes de la contaminación ambiental en la zona, como la basura y los escombros que son arrojados en el lugar.

Asimismo, ha alertado del impacto que puede suponer para la salud bañarse estas aguas, impacto que es más mayor en los niños menores de seis años, en las personas de la tercera edad y en aquellas vulnerables o con defensas bajas, pudiendo causar gastroenteritis u otras enfermedades estomacales y de la piel.

“Hay que crear un mecanismo para llevar las aguas hasta La Golondrina", dice Escribano

Al respecto, el coordinador en Córdoba de Ecologistas en Acción, Juan Escribano, ha insistido en que esta situación que se produce en el arroyo del Molino se repite todos los veranos cuando aumenta la población flotante por las vacaciones en Trassierra.

Durante estas fechas, las familias suelen visitar la zona y pernoctar durante varios días, cosa que, según Escribano “duplica” el número de personas haciendo vida en el lugar y por lo tanto, se acrecienta también la contaminación urbana.

Escribano ha explicado que el río Guadiato, donde terminan las aguas de arroyo del Molino, que tienen un curso corto, contrario a lo que se pueda pensar, sube su nivel durante el verano, situación que, según ha apuntado, “aligera el impacto ecológico”. Sin embargo, no deja de ser importante y el daño “se nota a simple vista”.

El arroyo del Molino es un lugar de alto valor ecológico en flora, fauna y suelo, por lo que las propuestas y soluciones de mejora llevan años poniéndose sobre la mesa, sin embargo, no se ha logrado que se lleve a cabo alguna de ellas.

Desde la plataforma A Desalambrar sugieren que como medida urgente se informe a los visitantes sobre la peligrosidad que implica darse un baño o consumir de estas aguas. “En primer lugar se debe prevenir”, ha dicho Gamero.

Sin embargo, también apuestan por el saneamiento y la potabilización del agua, pues se han realizado más de 50 análisis a distintos manantiales de la zona desde el año 2007 y “todos han salido contaminados”.

Mientras tanto, en Ecologistas en Acción conservan la esperanza de que las autoridades “resuelvan el problema por completo” y aunque han reiterado que la situación “no es algo nuevo”, continúan planteando soluciones.

Entre ellas, la que consideran primordial, pero especialmente “difícil de controlar”, es la de “no permitir que se aumente y duplique la población en la zona” pues trae como consecuencia una alta contaminación urbana. Y la segunda es la demanda al Ayuntamiento de “crear un mecanismo para desviar las aguas fecales a la depuradora de La Golondrina”, propuesta que aún no han logrado que se lleve a cabo “por el elevado coste que esto significa”.

Parque Natural de la Sierra

Aunque es un proyecto que lleve una década guardado en un cajón, desde el año 2016 varias organizaciones se han dedicado a exigir que se declare la Sierra de Córdoba como parque natural. Esta figura de protección ambiental supone el máximo nivel de conservación y promoción dentro de las competencias de la comunidad autónoma.

Sin embargo, aunque hubo intentos, no se ha logrado concretar. En la última legislatura regional se planteó, se discutió y se rechazó. Desde Ecologistas en Acción han asegurado que una de las razones por las que consideran que el proyecto no se ha llevado a cabo es porque “los partidos políticos y las asociaciones de vecinos son rehenes de los parcelistas ilegales”.

El alcalde de Córdoba, José María Bellido, anunció durante la campaña electoral a las municipales que cuando llegara a la Alcaldía “desbloquearía e impulsaría el Plan Especial de la Sierra” con el objetivo de “armonizar la protección de los valores naturales existentes”.

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