Artes escénicas

El Brujo devuelve a Medina Azahara a su época de esplendor con sus 'Crónicas desde el harén'

  • El artista cordobés protagoniza la última obra incluida en el programa 'Algarabía' con una función que se repetirá este sábado 7 de agosto

El Brujo, en un momento de su espectáculo en Medina Azahara.

El Brujo, en un momento de su espectáculo en Medina Azahara. / Miguel Ángel Salas

El conjunto arqueológico Medina Azahara ha vuelto a su época de esplendor con el estreno de Crónicas desde el harén. El califa nacido de una noche de amor, la obra que el artista cordobés Rafael Álvarez El Brujo ha estrenado dentro del programa Algarabía, organizado por la Junta de Andalucía.

Escrita para esta ocasión especial, esta pieza ha llevado al espectador hasta el Califato omeya, cuando Córdoba era la ciudad más importante de Occidente. El embrujo de la noche, el aroma de los jardines de Medina Azahara, el fuego que embriaga e ilumina el amor y el simbolismo del vino han sido los elementos con los que El Brujo ha jugado para introducir al público en una leyenda medieval protagonizada por Maryan, la concubina cristiana que gestó y dio a luz a Al Hakam, el primogénito de Abderramán III, el primer califa de la dinastía omeya de al-Ándalus.

El trabajo que ha presentado El Brujo en un entorno incomparable como es el Salón Basilical del conjunto arqueológico está basado en la versión de al-Qubbasi, narrada por el cronista de la corte omeya Ibn Hayyan. En ella se cuenta el ardid de Maryan, que compró su turno a Fátima, la esposa y prima del califa, para pasar una noche en compañía de este.

Este suceso dio un giro histórico a la sucesión en el Califato de Córdoba, poniéndolo en las manos de Al-Hakam, hijo de Maryan, y relegando a la esposa coreichita en el favor de Abderramán III, que vio su gesto como un ataque a su orgullo.

Maryan compra el turno con todo lo que tiene y esconde su intención como el tesoro escondido de la metáfora evangélica del reino de los cielos. De esta forma, el Califato se funda en un golpe de astucia y amor. Esto no se puede entenderse sin la referencia al concepto de centro geométrico en la arquitectura sagrada del Islam. Esta poética es el marco de la historia de Maryan y la conexión de la picaresca y las necesidades de este mundo dentro de la dimensión trascendente.

Sobre la estética de trovadores y juglares medievales, tanto del estilo de las tradiciones cristianas como árabes, El Brujo ha construido esta propuesta para amenizar una noche oriental en los jardines del palacio de Medina Azahara.

Esta velada se ha sustentado en tres equivalencias. La primera está constituida por el simbolismo del vino en relación con el éxtasis en las metáforas sagradas del Islam. La segunda equivalencia está en el simbolismo de la noche en relación con el fuego como metáfora de la conciencia embriagada e iluminada por el amor. Esta equivalencia se erige en torno al canto de la misma Maryan, añorando la noche de su deseo con el califa. La tercera equivalencia es el simbolismo del amor en relación con la noche en la Canción del alba de Shakespeare, en Romeo y Julieta, donde la noche vale más que la luz del alba.

Crónicas desde el harén. El califa nacido de una noche de amor tendrá una nueva función este sábado 7 de agosto, cerrando así el programa Algarabía, un nuevo certamen anual que combina propuestas teatrales en torno a la Edad Media.

La propuesta artística El Mirlo y la Gacela, de la compañía La Banda Morisca, abrió esta programación el pasado día 4 de agosto. La obra se centró en el papel de la mujer en al-Ándalus a partir de un conjunto de canciones que evocaron progresivamente las diferentes concepciones de personajes femeninos de la historia de Córdoba en relación con su entorno o los amoríos; navegando entre romances, moaxajas, zejeles, canciones flamencas, gharnatis o canciones de creación propia.

El segundo montaje, el jueves 5 de agosto, fue Sherezade. El origen de Las mil y una noches, centrada en la historia de la gran heroína de la literatura universal, contada como ella misma la habría contado a través de la banda de Héctor Urién.

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