Agricultura

Banco Mundial del Olivo de Córdoba: el lugar que custodia 668 variedades de todo el mundo

  • En el planeta hay cerca de 2.500 variedades diferentes de olivo y el Ifapa ha catalogado entre 260 y 270 pertenecientes a España

Angjelina Belaj riega unas plantas de olivo custodiadas en el Ifapa.

Angjelina Belaj riega unas plantas de olivo custodiadas en el Ifapa. / Efe / Rafa Alcaide

El Banco Mundial de Germoplasma de Variedades de Olivo, que la Junta de Andalucía tiene en Córdoba, atesora 668 variedades distintas de esta planta procedentes de todo el mundo, según la identificación mediante el estudio de los marcadores moleculares de las 1.273 entradas o accesiones de este reservorio.

La concreción de las variedades ha sido posible gracias al uso de la técnica por marcadores moleculares 'EST-SNP'. Dicha técnica "permite la identificación de un alto número de variedades con bastante fiabilidad y una buena relación calidad-precio”, ha señalado Angjelina Belaj, investigadora titular del Instituto Andaluz de Investigación y Formación Agraria, Pesquera, Alimentaria y de la Producción Ecológica, Ifapa, donde se encuentra el banco.

"Estamos seguros de que con 96 marcadores que estamos empleando cubrimos toda la diversidad y podemos identificar de una manera bastante fiable un alto número de variedades locales, muy importante en nuestro caso que manejamos un número muy grande de entradas", ha afirmado Belaj, una de las responsables del Banco de Germoplasma situado en la Alameda del Obispo, en la orilla del Guadalquivir.

Raúl de la Rosa Navarro, también investigador titular del Ifapa y especialista en mejora genética del olivo, entiende que "estas 668 variedades son como una foto de la historia del cultivo a lo largo de los siglos”.

A su juicio, "en los últimos cincuenta o cien años la olivicultura ha cambiado mucho, se ha modernizado, hay más mecanización, los sistemas de cultivo son distintos y nuestro trabajo se basa fundamentalmente en aprovechar esta biodiversidad, con la variabilidad varietal que hay para generar nuevas variedades de olivo que estén más adaptadas a la olivicultura actual".

Con este trabajo, concreta Belaj, "no solo hemos intentado identificar las variedades que ya tenemos plantadas en el campo, sino también previamente el material que entra en la colección como nuevo, ya sea de trabajo de prospección del Ifapa, aquí en Andalucía, como el de colaboraciones con otros centros de investigación en España". Así como "con la red de bancos de germoplasma del Comité Oleícola Internacional, que consta de 23 colecciones", dice.

Para Francisco Jesús Gómez Gálvez, investigador posdoctoral contratado en el Ifapa de Córdoba, "esto es un trabajo continuo, ya que según algunos autores en el mundo hay cerca de 2.500 variedades diferentes, y nosotros ya hemos identificado cerca de 670, que el caso de España concretamente hay catalogadas entre 260 y 270 variedades".

Pero la actividad no solo se limita a la catalogación de las 13 hectáreas que se llevan plantadas en la Alameda del Obispo desde 1970 ni de las entradas que llegan desde diversas fuentes.

En los últimos cinco años "estamos llevando a cabo prospecciones en Andalucía para la búsqueda de variedades, en colaboración con las Oficinas Comarcales Agrarias, ayuntamientos y personas que se ponen en contacto con nosotros, y hemos prospectado alrededor de 200 olivos".

Con "estos nuevos marcadores hemos identificado 41 nuevas variedades, que suponen un aumento significativo respecto a las que ya conocíamos en Andalucía”, manifiesta Gómez.

Pese a que la comunidad andaluza "es una región ampliamente explorada en este sentido", ha subrayado, "y donde había catalogadas unas 150 variedades, nosotros hemos aportado casi un tercio más de variedades locales que no estaban catalogadas hasta ahora en apenas unos años".

En su día, las variedades, ha explicado Angjelina Belaj, "se catalogaron mediante marcadores morfológicos, fruto, hoja, hueso o porte del olivo, y hoy en día estamos utilizando una nueva generación de marcadores moleculares que permite una discriminación más exacta y precisa, sin el riesgo de la subjetividad que acarreaban utilizar marcadores de morfología".

El nuevo proceso comenzó, según ha narrado, "con la identificación de las variedades o de la entradas que ya teníamos en el campo, que eran 1.009, y luego esa información se utilizó para compararla con las nuevas accesiones, que eran alrededor de 263".

"De ese estudio fuimos capaces de identificar 668 variedades diferentes, pero como este número indica que estamos hablando de alrededor de 1.273 entradas o accesiones, y casi la mitad diferentes, o sea alrededor de 50% son redundancias", ha aclarado.

De ellas, unas 510 son sinonimias, entradas con diferentes nombres pero que pertenecen a la misma variedad, como el caso de la denominada Safrawi, que viene del árabe al'asfar (amarillo), que se ha encontrado con nombres muy diferentes en Líbano, Siria, Jordania y Chipre y en toda la costa turca mediterránea".

"De ahí probablemente recibiendo nombres diferentes ha pasado a Grecia, Albania, Italia y, curiosamente a Islas Baleares y Aragón, donde se conoce como la Cirujal, ha explicado. También se producen homonimias, que son aquellos casos en que con el mismo nombre se conocen variedades diferentes, una situación que se ha registrado en 130 casos.

El trabajo se ha publicado en Plants, una revista científica internacional, revisada por pares y de acceso abierto, editada quincenalmente en línea por MDPI, una entidad que apoya a las comunidades académicas desde 1996, con sede en Basilea (Suiza).

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