Educación
  • Este curso el programa atiende en la provincia a 111 alumnos de 21 nacionalidades diferentes 

  • Una decena de profesores enseñan el español a menores que no hablan el idioma

Aulas ATAL en Córdoba: Un puente para la integración de los inmigrantes

María Luisa Martos durante una clase en un aula ATAL del instituto Rafael de la Hoz. María Luisa Martos durante una clase en un aula ATAL del instituto Rafael de la Hoz.

María Luisa Martos durante una clase en un aula ATAL del instituto Rafael de la Hoz. / Miguel Ángel Salas

Escrito por

· Lourdes Chaparro

Redactora

“Lo más difícil es que confíen en ti. Vienen de sufrir y aquí ven que pueden contar contigo”. Es parte del relato que ofrece Toñi Ariza, una de las diez profesoras de Córdoba de ATAL, esto es, una profesional encargada del aula temporal de adaptación lingüística. Se trata de un servicio que ofrece la Consejería de Educación y Deporte a menores extranjeros con el fin principal de que obtengan un pronto aprendizaje del español y, así, facilitar su integración.

Este curso Toñi, que lleva ya 11 años como docente en este programa, da clases en cinco centros de la capital: los institutos de Secundaria Maimónides, Góngora, López Neyra y los colegios Torre Malmuerta y Caballeros de Santiago. Cuenta que ATAL es un programa que “tiene mucha demanda” dada la constante presencia de alumnado extranjero que llega a Córdoba.

Según los datos facilitados por la Delegación de Educación, esta decena de profesores especialistas realizan su labor en 62 centros de la provincia de Córdoba. En total, este curso se atiende a 111 alumnos de 21 nacionalidades distintas.

La mayoría procede de Marruecos (40%), Rumanía (18%) y Georgia (11,7%), pero es significativa también la presencia de estudiantes que llegan desde China (6,3%), Afganistán (3,6%), Argelia (2,7) y Moldavia (2,7%). En las aulas de la provincia de Córdoba también hay presencia de nacionalidades como Ucrania, Palestina, Senegal, Nigeria, Guinea, Guinea Ecuatorial, Costa de Marfil, Camerún, Alemania, Portugal, Francia, Siria, Sáhara Occidental y Pakistán.

En concreto, es una medida que tiene una duración de un curso académico, aunque se puede ampliar a dos bajo petición del equipo directivo de los centros, siempre y cuando el alumnado se haya incorporado tardíamente o no se hayan cumplido los objetivos el primer año debido a enfermedad o absentismo.

En las aulas se trabaja la competencia lingüística, para lo que se realiza una primera evaluación inicial para determinar el nivel de competencia a partir del que se lleva a cabo un plan de trabajo. Desde Educación, destacan que “la necesaria progresión competencial del alumnado debe corresponderse con una efectiva disminución del número de horas de asistencia a los grupos de apoyo y una mayor presencia en el aula ordinaria”.

Y ese es el trabajo que realiza Toñi Ariza, quien explica que atienden al alumnado “cuando no tienen conocimiento de la lengua española para acceder a la formación”. Pero no solo lleva a cabo esta labor, porque también facilitan el trabajo al profesorado de cada centro para que acompañen a los estudiantes.

En todos estos años como docente, Ariza alude a la llegada en los últimos años de un elevado número de estudiantes procedentes de Europa del Este. En su mayoría, anota, se trata de personas que llegaron a Córdoba y que han llamado a sus familias una vez que han encontrado recursos.

Alumnado extranjeros de las aulas ATAL en Córdoba. Alumnado extranjeros de las aulas ATAL en Córdoba.

Alumnado extranjeros de las aulas ATAL en Córdoba. / Departamento de Infografía

Aparte del inglés, el español es la lengua que utiliza en sus clases, además de símbolos comunes, aunque después de tanto tiempo ha logrado aprender a saludar ya “en muchos idiomas”, confiesa.

María Luisa Martos es otra de las profesoras de este programa. En su caso, da clases en los institutos Ángel Saavedra y Rafael de la Hoz, Séneca y también en los colegios San Lorenzo, Hernán Ruiz y Nuestra Señora de Linares; todos en la capital cordobesa. “Nuestro trabajo tiene varias funciones y la más asidua es la enseñanza de español, pero también de integración en las aulas la orientación al resto del profesorado, al que facilitamos material para que puedan trabajar”, detalla.

En su caso, lleva ya tres lustros como docente en las aulas ATAL y ya sabe que con el alumnado más pequeño el trabajo es más fácil porque “tienen más probabilidades y tienen más tiempo que los mayores, para los que es más difícil, aunque algunos lo consiguen”.

Tras conocer a estudiantes de tal cantidad de países diferentes, Martos reconoce que a ella ya la da igual de dónde procedan porque “el método de enseñar es igual”. También ella coincide con Toñi Ariza al destacar la cada vez más numerosa presencia de estudiantes de Georgia. Como anécdota señala que uno de los problemas que tienen estos alumnos es que en su idioma natal no utilizan las letras mayúsculas y minúsculas “porque no tienen”. Sin embargo, no es la única traba a la hora de que aprendan a escribir en español, ya que utilizan caracteres cilíndricos que tampoco se usan en España. La docente, además, confiesa que una de las cosas que más le gusta es que su alumnado le explique “cosas de su cultura” e incide en la necesidad de que “lo principal es que se integren con sus compañeros”.

Programa de apoyo lingüístico

En las localidades en que existe un gran volumen de alumnado inmigrante, se pone en marcha de manera complementaria el Programa de Apoyo Lingüístico a Inmigrantes (PALI) como una de las medidas que se contemplan dentro del Programa de Acompañamiento Escolar (PROA).

Este programa se organiza como actividades extraescolares, en horario de tarde, con una duración de dos o cuatro horas semanales y desarrolla tanto tareas específicas para el aprendizaje de la lengua como actividades de planificación del trabajo y tiempo de estudio para mejorar sus rendimientos académicos.

En concreto, sus objetivos son favorecer la inclusión educativa y social del alumnado, además de contribuir a la consecución de los objetivos del currículum y apoyar al alumnado de origen extranjero en la consecución de los niveles competenciales en comunicación lingüística.

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