Festival Internacional de las Flores

Arranca Flora 2022 en Córdoba: Artistas encerrados en sus cuarteles, cero 'spoiler'

  • Los cinco creadores trabajan a contrarreloj en el montaje de las obras, con jornadas de hasta 12 horas diarias

Sara Iruarte prepara su montaje en el Palacio de Viana.

Sara Iruarte prepara su montaje en el Palacio de Viana. / Miguel Ángel Salas

Flora 2022 ha comenzado este lunes como un entrenamiento a puerta cerrada en el que solo podía entrar la prensa bajo la inviolable condición de no destapar "nada de nada" de las obras, sin spoiler. Las primeras horas han transcurrido con los cinco artistas encerrados en los cinco escenarios oficiales del concurso, convertidos en sus cuarteles de guerra donde ejecutar lo que aparece en el plano en una instalación real. 

Respetando esa premisa se escribe la crónica del primer día del Festival Internacional de las Flores de Córdoba, Flora, "el más prestigioso concurso de arte floral contemporáneo que hay en el mundo", afirma su directora, María Van den Eyden.

Maurice Harris (Estados Unidos)Cordero Atelier (España), Yuji Kobayashi (Japón), Emma Weaver (Reino Unido)Kokon (España) trabajan a contrarreloj desde este lunes hasta el jueves 20 de octubre, concentrados en dejar sus creaciones listas para este viernes 21, cuando el jurado, compuesto por tres profesionales, dé a conocer los ganadores de esta edición. El primer premio consta de 25.000 euros y el segundo de 10.000. "Es bastante jugoso, por eso no quieren que se les moleste mucho", reconocen desde la organización.

Como ventaja del festival, respecto a la edición de 2021, "hemos podido empezar un poco antes y las preestructuras están ya montadas para que los artistas tengan más tiempo para trabajar con la flor", ha indicado María Van den Eyden.

Sara Iruarte, fundadora y directora del estudio Cordero Atelier, atiende al el Día desde el Patio de las Columnas del Palacio de Viana, su lugar de exposición, a la vez que va inyectando plantas en la estructura de su obra. El plan de trabajo para los próximos cuatro días es intenso, "con jornadas de 12 horas diarias", reconoce. Está acompañada por Javi y Elena, miembros de su equipo, que van con ella a todas partes, y otros tres ayudantes que pone el festival. "Aunque es muy grande, estamos avanzando bien; la idea es general, pero al final vas improvisando porque lo bonito de este trabajo es que hasta que no tocas, no sabes", explica.

A diferencia de otros espacios con los que compite, Iruarte destaca la fuerza del suyo en concreto (Palacio de Viana) "porque es como si se preparase una bienvenida al visitante", desde que entra y a medida que va cruzando de patio en patio hasta llegar a la instalación final. "Hay otros que entras directamente desde la calle, pero este es increíble por eso", incide la creadora.

Preparativos de la instalación en el Palacio de Orive. Preparativos de la instalación en el Palacio de Orive.

Preparativos de la instalación en el Palacio de Orive. / Miguel Ángel Salas

Con el mismo hermetismo también trabaja el equipo de Maurice Harris, en el Museo Arqueológico; el de María Eugenio de Diego (Kokon), en el Palacio de Orive; o el de Emma Weaver, en el Palacio de la Merced. Todos ellos han comenzado a trabajar desde las 09:00, cuentan desde la organización, después de una cena de recepción que se sirvió este domingo para que los artistas se conocieran entre sí.

"Hay una energía muy especial alrededor del festival", subraya la directora, "vienen muy entregados por el prestigio que tiene Flora como un evento único a nivel mundial". Una demostración de ello es que los artistas no cobran honorarios por su trabajo realizado, independientemente de si luego salen galardonados: "No tendríamos presupuesto para ello; ellos vienen porque es muy interesante estar aquí, y pueden expresarse con una libertad absoluta", insiste Van den Eyden. En eso coindice, Sara Iruarte: "Esto es diferente a lo que yo hago, normalmente trabajo por encargos".

El japonés Yuji Kobayashi ha sido el más puntual. A las 08:00 estaba en el Patio de los Naranjos, afirman fuentes del festival, trabajando en su estructura que se sitúa en la fuente principal del recinto. En su caso, su estructura es imposible de ocultar por razones obvias: la Mezquita-Catedral no para de abrir al público todos los días. Con él trabajan minuciosamente otros dos ayudantes de origen asiático y no permite que cualquier otra persona intervenga en el proceso de la instalación, ha confirmado este periódico. El nipón tampoco ha abandonado su obra para comer: "Ha pedido que le traigamos un sándwich", comunicaba un voluntario al jefe de organización.

Yuji Kobayashi da instrucciones para la construcción de su obra en el Patio de los Naranjos. Yuji Kobayashi da instrucciones para la construcción de su obra en el Patio de los Naranjos.

Yuji Kobayashi da instrucciones para la construcción de su obra en el Patio de los Naranjos. / Miguel Ángel Salas

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