El proyecto que el bailarín y coreógrafo Antonio Ruz tiene para Córdoba será un Centro Coreográfico para la creación, el estudio y la investigación de la danza. A su vez, será la sede de su compañía y se gestionará a través de una asociación sin ánimo de lucro.

"Es un proyecto que va a suponer un reto y un esfuerzo por empezar de cero en una ciudad en la que la danza independiente actual es frágil o casi inexistente" y también será un "esfuerzo a nivel de calendario" porque Ruz seguirá con su actividad creativa y los proyectos de su compañía, encargos y colaboraciones.

El Centro Coreográfico tendrá "un carácter social, formativo, creativo y de investigación" en el que habrá residencias, talleres y encuentros con artistas y todo eso se hará con su equipo. "Ya sabemos que Córdoba está posicionada a nivel patrimonial, histórico, pictórico, musical... pero es verdad que a nivel de danza hay cosas puntuales", indica el Premio Nacional de Danza 2018.

Además, cree que hay un tema pendiente con respecto a la transición profesional de los alumnos que salen del Conservatorio Superior de Danza, que "se van de Córdoba porque no hay nada".

Antonio Ruz (Córdoba, 1976) empezó a estudiar flamenco siendo niño en la academia de Concha Calero, luego estuvo en el Conservatorio de Danza -donde aprendió Danza Española- y se inició en el ballet clásico con Araleo Moyano. A los 16 años se fue a Madrid gracias al impulso de Araleo. Allí se siguió formando con Víctor Ullate y comenzó a trabajar con compañías europeas hasta que se lanzó a coreografiar y crear su propia compañía, que ahora mismo no tiene una sede estable.

El artista comenzó a dialogar con el Ayuntamiento de Córdoba y vio que había "una apertura, un respeto y unas ganas de apoyar". Por el momento, "se han dado pasos importantes a nivel presupuestario, pero el proyecto no está cerrado, necesita todavía cerrarse a nivel administrativo y de espacio".

Aunque tiene "mucha ilusión" y está "muy agradecido", Antonio Ruz prefiere "ser cauto" y no dar muchos más detalles de esta iniciativa con la que pretende situar a Córdoba en el panorama de la danza contemporánea. "Prefiero ir paso a paso, como una hormiguita, como siempre he hecho", confiesa.

El bailarín y coreógrafo ha presentado en Córdoba la mayoría de sus espectáculos y también ha venido con el Ballet Nacional. "He actuado en Orive, en el C3A, en el Góngora, en la Sala Polifemo, en el Gran Teatro... Creo que en casi todos, sino en todos, los espacios escénicos de la ciudad", recuerda. Por eso, su idea era "dar un paso más": "No sólo ir a Córdoba a actuar, sino producir desde Córdoba".

"El interés es grandísimo y siendo un respeto claro desde el Ayuntamiento", con cuyos representantes lleva varios meses trabajando en esta iniciativa que puede cambiar el rumbo de su carrera y la de su equipo porque tiene "unas miras a largo plazo".

"Que una compañía con la trayectoria que tiene la nuestra se ocupe de llenar ese vacío que hay me parece bonito y necesario en este momento de mi carrera", resalta el artista cordobés.

El objetivo del Centro Coreográfico es "promover, apoyar y dignificar el arte coreográfico a través de la creación, la investigación, la formación, la mediación... y que también sea un lugar de encuentro de artistas a nivel local, autonómico, nacional e internacional".

"Siempre he dicho que volvería a Córdoba cuando hubiera un proyecto sólido porque empezar de cero en una ciudad con 47 años y la carrera que tengo... para eso me quedo en Madrid, donde tengo mis contactos, un nombre y reconocimiento", asevera Antonio Ruz.

Esta iniciativa también está vinculada con "la famosa descentralización de la que habla todo el mundo: hace falta que la cultura llegue a otras ciudades, que profesionales que lo están haciendo tan bien se vayan de las grandes capitales a ciudades más pequeñas a compartir su experiencia, crear y crear un tejido", finaliza.

Ahora mismo, Antonio Ruz está en Zúrich (Suiza) invitado por el grado de Danza Contemporánea de la Universidad de las Artes de la ciudad suiza, para el que ha creado una pieza. Se trata de un grado de cuatro años en el que los alumnos viven su transición hacia lo profesional a través del trabajo con coreógrafos internacionales.

Además, el año que viene estrenará con su compañía el espectáculo Norma, y quiere ponerlo en escena por primera vez en Córdoba. Luego, tiene un "encargo grande" con una compañía estatal de Alemania. Por otra parte, sigue la gira de Pharsalia por España y con una posibilidad abierta de ir a América.