Cosmopoética 2023

Antonio Muñoz Molina: "El sometimiento servil a otro idioma, por esnobismo o por moda, lo veo patético"

Antonio Muñoz Molina, durante su participación en Cosmopoética.

Antonio Muñoz Molina, durante su participación en Cosmopoética. / Juan Ayala

Antonio Muñoz Molina (Úbeda, 1956), de promoción con su nuevo libro No te vi venir (Seix Barral), llegó a esta edición de Cosmopoética con la vitola del cabeza de cartel -con perdón del Nobel francés Le Clézio- y confirmó. El académico de la RAE y Premio Príncipe de Asturias de las Letras en 2013 congregó una larguísima fila de seguidores y fieles lectores cordobeses movidos hasta los jardines de Orive por el "planazo de escuchar a un clásico en persona". 

"La poesía es como el manantial de todo, es una cosa muy honda que tiene mucho que ver con lo fundamental del ser humano", definió previamente ante los medios. Su relación con ella respecto a su trabajo como escritor de novelas se entabla en "conseguir una intensidad parecida a la que tienen los poemas y una forma así de clara, de intensa y poderosa".

Y respecto a su proceso de la escritura dibujó un paralelismo en el "arranque" de la obra: "Yo he tenido proyectos de novelas que nunca me han salido porque no he tenido un arranque, que es como si no tuviera el tono. Eso no puede ser elegido voluntariamente, una novela no la puedo escribir deliberadamente; la novela tiene que llegar y yo creo que en eso se parece al poema". 

Sin embargo, el escritor reconoció llevar años sin escribir ningún poema, asegurando nuevamente "que no es algo que deba ser voluntario". Preguntado por "sus poetas", Muñoz Molina nombró a Federico García Lorca, los hermanos Machado, Miguel Hernández o Juan Ramón Jiménez, dejando hueco a Walt Whitman o Emily Dickinson tras su "importante descubrimiento de la poesía americana" y un sitio especial para Jorge Luis Borges. 

No te veré morir, publicado a finales de agosto, "tiene mucho que ver con quien soy, con mis circunstancias, como toda mi literatura", aseguró Muñoz Molina. La novela dibuja un hermoso retrato de la vejez sobre el poder de la memoria y del olvido, la lealtad y la traición, los estragos del tiempo y la obstinación del amor, aunque el autor dejó claro que con ella no "tuvo el propósito de reivindicar nada". 

"Ahora está de moda hacer muchas novelas de tesis como en el siglo XIX, para demostrar una teoría, pero las novelas no están para reivindicar nada. Para eso escribes ensayos o panfletos. Las novelas son para contar la vida, contar cómo son los seres humanos de verdad y no los estereotipos", subrayó.

El escritor jienense reconoció haber incorporado más humor en su prosa conforme se ha ido despegando de esa imagen de escritor serio: "Eso tiene que llegar solo con más naturalidad. En la literatura, rara es la que sea muy muy buena y que no tenga un componente humorístico, porque la vida no solo es seria, y los seres humanos somos ridículos con mucha frecuencia. Yo soy muy discípulo de Cervantes o de Galdós que son escritores con un gran sentido del humor". 

A las puertas del Nobel de Literatura: un premio sin importancia

Muñoz Molina también dio un repaso a la actualidad, a la que se mantiene pegado como escritor por su trabajo como columnista en El País, respondiendo algunas preguntas delirantes: "Si tuvieras que escribir una novela histórica del presente, dentro de 50 años, ¿a qué personajes escogerías?", preguntaron. "Hay personajes lunáticos como el argentino éste (Milei) o Trump; en España todo es más pequeño afortunadamente, no sé si da para una novela, para un esperpento a lo mejor", respondió.  

Sobre la utilización, cada vez más, de palabras inglesas que se apropian de nuestra forma de hablar, restando el uso del vocabulario español, Muñoz Molina estribó una diferencia: "Por un lado, las lenguas siempre se han creado y evolucionado por la mezcla y por eso no pasa nada. ¿Cuántas palabras hay en castellano perfectamente integradas? Lo que tiene importancia es el sometimiento servil hacia otro idioma que te parece más importante por esnobismo o por moda. Los anuncios se seducen con esas cosas, paseas por Madrid y en los escaparates de la tiendas no pone Rebajas, pone Sales: eso es propio de culturas colonizadas que no tienen conciencia del valor de lo que es suyo y creen que son mejores imitando a los colonizadores. Todo está formado por la pedantería, por la publicidad, por la tontería de la moda. Y no es un problema español; el italiano, que es una lengua de una belleza y plasticidad..., coges un periódico y la mayoría de las palabras están en inglés. Es mucho peor que en España. No soy purista, en absoluto, pero lo veo patético". 

Por último, a falta de un día de que se entregue el nuevo Nobel de Literatura (se otorga este jueves 5 de octubre), Muñoz Molina aseguró no darle ninguna importancia al premio. "Depende de a quien se lo den, si es un buen escritor o una buena escritora poco conocida me parece extraordinario porque puede ayudar a que se conozca mejor una obra. El premio en sí es mejor según quien lo gane: no creo que sea tan importante".

Tras el encuentro con Muñoz Molina, el festival ha continuado con un el espectáculo poético de Enrique Gutiérrez Caba, uno de los actores más celebrados del panorama nacional tanto en teatro como en cine y televisión. El intérprete, ante una sala Orive completamente llena, ha presentado su espectáculo Coplas del alma, con el que ha rendido homenaje a sus poetas favoritos como son Santa Teresa de Jesús, San Juan de la Cruz, Antonio Machado, Miguel Hernández o García Lorca.

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