Es sólo un párrafo pero puede convertirse en referencia de futuro. Icomos aconseja a la Junta de Andalucía que modifique el proyecto del futuro centro de recepción de visitantes y lo “adecue formalmente al entorno en el que se encuentra en cuanto a su composición, volúmenes y materiales”. El propio Juan Cuenca, autor del proyecto, ha reconocido que de todas las actuaciones que componen las obras del eje monumental, este edificio es la más delicada. Y la clave está en su ubicación.

El proyecto se encuentra sobre el solar de lo que fue la Posada de Vallina, a escasos metros del muro de la quibla de la Mezquita-Catedral. Descansando sobre el muro medianero, el centro de visitantes es un edificio que será visto puesto que se expone en una de las zonas más fotografiadas de Córdoba. Se trata de un muro sin ventanas que pretende introducir la arquitectura contemporánea en una zona tremendamente delicada de la Córdoba patrimonial.

El edificio cuenta con tres plantas sobre rasante y una bajo el nivel de la calle. Además, cuenta con un cuerpo en el centro del solar donde se establece un salón de actos que integra los restos arqueológicos (una alberca del siglo VI) que han aparecido en la zona. El futuro inmueble será la sede del Consorcio de Turismo, tiene un presupuesto estimado de 4,7 millones y un plazo de construcción de 24 meses. En estos momentos, los operarios de la empresa contratada por la Junta se encuentran realizando la cimentación del edificio.

Es inevitable pensar en la referencia más cercana en materia de polémicas en la zona. A escasos metros, el Consistorio levantó la casa de cristal, un edificio también de usos turísticos, que tuvo que ser casi demolido cuando los tribunales fallaron contra el Ayuntamiento. Había usado materiales no permitidos para el común de los vecinos de la zona. Ese precedente ha generado un temor generalizado a intervenir en la zona con lenguajes contemporáneos. Ahora se vuelve a intentar. Y será polémico.

Resulta muy complicado que la Junta atienda el requerimiento de Icomos una vez que el edificio ha pasado los filtros de la Consejería de Cultura e, incluso, de la Gerencia de Urbanismo, que aprobó un estudio de detalle sobre la zona. Hasta el momento, la presencia del proyecto en el paquete de obras ha estado discretamente apartado del debate ciudadano. Ahora, tras la inauguración del Puente Romano, todo se va a mirar con lupa.