LOS socialistas se movilizaron y la agrupación más importante de España respondió a Susana Díaz, que amortiguó con alegría una leve caída en su provincia, mientras el PP sufrió un auténtico descalabro y Podemos sumó votos prestados tanto desde la izquierda como desde la derecha, convirtiéndose en segunda fuerza en grandes municipios como Dos Hermanas, Alcalá de Guadaíra o Morón de la Frontera. Ciudadanos ganó peso en zonas conservadoras como la Sierra Norte, donde hay alcaldes del PP y del PA, y adelantó a Izquierda Unida, que se queda con el candidato a la Presidencia de la Junta, Antonio Maíllo, como único diputado por la provincia.

El mérito de los socialistas es fundamentalmente haber resistido el envite de las nuevas fuerzas y mantener el partido casi intacto después de una campaña donde la marca ha sido la de Susana Díaz, algo que fortalecerá al partido y sus candidatos en Sevilla en las puertas de las municipales.

Los grandes perjudicados han sido el PP e IU, que reduce su mayoría a Marinaleda, en un escenario incierto que no se despejó hasta que el escrutinio había superado el 70%. La provincia se consagra definitivamente como bastión del PSOE que, aunque ha perdido en total 34.000 votos, mantiene su hegemonía en 101 de los 105 municipios, incluida la capital, donde se consolida la tendencia de las pasadas elecciones europeas, donde ya adelantó 15 puntos al PP, a pesar de la irrupción de fuerzas como Podemos y los votos que logró arrancar UPyD.

La cita europea, en mayo de 2014, supuso un punto de inflexión para los socialistas, que recuperaron la ilusión después de diez años de derrotas en la capital y afrontaron una nueva etapa en un partido roto a pedazos que se encargó de coser la nueva dirección, encabezada por Verónica Pérez. Ya entonces hubo un llamamiento muy firme a la militancia, que lleva más de un año trabajando en la calle la estrategia de cercanía que promulga Susana Díaz. Una táctica que ha dado sus frutos, pues los resultados en los pueblos casi no ha variado para el PSOE, incluso en algunos han mejorado, como en Mairena del Aljarafe, uno de los símbolos del PP.

En las elecciones generales de 2011 el PSOE "salvó los muebles" y desde entonces ha ido mejorando sus resultados. Y el techo de cristal que el PP rompió entonces en casi una veintena de municipios ahora ha vuelto a cubrirse con el velo de Podemos, sobre todo, fuerza que estuvo a punto de imponerse sobre todas en un municipio de la provincia, El Coronil.

El PSOE no ha registrado un resultado parecido, con un porcentaje de votos por debajo del 40% y 8 diputados, desde las autonómicas de 1994. Y, sin duda, es el peor de la historia del Parlamento andaluz. Mientras que el PP debe retroceder a las autonómicas de 1990, las terceras de la autonomía, para buscar un escrutinio similar.

La clave de la victoria socialista en la provincia está en el cataclismo del PP, que ha reducido sus apoyos más de un 40% y ha perdido casi 120.000 votos -la mitad en la capital, que era clave para resolver la incógnita del 22-M-, y los más de 162.000 conseguidos por el partido de Pablo Iglesias. En la caída en picado de los populares también ha intervenido la aparición de C's, en el segmento ideológico opuesto a Podemos. En muchos municipios y en distritos de la capital, Podemos se convierte en segunda fuerza cuando el ganador es el PSOE, mientras que cuando vence el PP quien le sigue suele ser en algunos casos Ciudadanos.

UPyD, un partido que ganó mucho protagonismo en la provincia a partir de 2011, pues incluso cuenta con concejales en Espartinas, Utrera y Camas, se desinfla y pasa a ser sexta fuerza, por delante del PA, que sólo recoge 16.608 votos, un 1,8% del escrutinio, menos incluso que en las elecciones europeas de 2014 y las generales de 2011. Siete años después de perder su escaño en el Parlamento andaluz, los andalucistas retroceden y vuelven a quedarse fuera del Parlamento, donde mantuvieron un diputado hasta 2008. Todo ello a pesar de la intensa campaña desarrollada por el cabeza de lista por Sevilla, el palaciego Manuel Visglerio, y de que el PA es la cuarta fuerza en los municipios de la provincia, con 104 concejales y siete alcaldías.

Estos resultados se leerán desde hoy en clave municipal. Al fenómeno de Podemos se une el de Susana Díaz y, a dos meses de elegir a los alcaldes, está claro que en muchos plenos se sentarán concejales de C's y coaliciones de izquierda donde no es descartable que Podemos, que ya dijo que no concurriría como partido a estos comicios, participe de alguna manera.