Día Internacional del Migrante

"Las grandes potencias del mundo se han construido a base de migración"

Lucila y Gonzalo Fidalgo Puig posan en La Tranquera Solo Empanadas. Lucila y Gonzalo Fidalgo Puig posan en La Tranquera Solo Empanadas.

Lucila y Gonzalo Fidalgo Puig posan en La Tranquera Solo Empanadas. / Juan Ayala

El imaginario colectivo sobre la migración puede ser muy amplio, pero casi siempre viene asociado a ciertos oficios o profesiones: son los que trabajan en el campo español, cuidan a las personas mayores, son repartidores a domicilio, trabajan en la limpieza o en el sector servicios, unos empleos necesarios para sostener la vida y la economía del país. Sin embargo, pocas veces se asocia a la población migrante con otras profesiones: también son médicos, músicos, periodistas o empresarios

"Las grandes potencias del mundo se han construido a base de migración", el ejemplo más claro es Estados Unidos, "no hay nadie allí que no tenga ancestros de otros países". Nacho Papote Pérez es músico, productor y diseñador gráfico, mitad cordobés, mitad venezolano, y un defensor de la multiculturalidad, sobre todo de la influencia que ha tenido en la música. La mayoría de cantautores españoles actuales, defiende, "tienen canciones con influencia de música latina, con salsa, bossa nova, tecnomerengue, todo eso ha venido por estar rodeados de músicos latinoamericanos". 

Nacho 'Papote' Pérez, durante un concierto. Nacho 'Papote' Pérez, durante un concierto.

Nacho 'Papote' Pérez, durante un concierto. / El Día

Nacho produce para artistas locales, andaluces, y toca en varias bandas en Córdoba: Wolf Star Band, Flashback The Show, Rafa Díaz y Los Arrechos, Mozárabe, Scott McLain y Los Cabales. La música española actual, la más comercial, "tiene mucha latinoamericanidad por detrás y eso es mágico", asegura y no duda en afirmar que se trata de "un aporte indudable de la migración". Nacho lo sustenta en la historia: el cajón flamenco es peruano y que Paco de Lucía pudiera potenciarlo y hacerlo un elemento imprescindible del flamenco "es producto de ese intercambio cultural". 

Pero no todo ha sido siempre así. "Cuando llegas echas de menos hasta las cosas malas", admite el músico, que aunque llegó a España hace ya 21 años y de una manera "bastante cómoda", el primer año viviendo en el país la añoranza lo hizo deprimirse. "Una cosa es venir de visita y otra cosa es verte aquí viviendo", aunque "una vez que salió de mi el adaptarme todo fue bastante bien, ya asumí que vivo aquí, me gustaría volver, pero mi casa está aquí".

Los migrantes en el sistema sanitario

La capacidad de trabajo de los inmigrantes es llamativa, algunos la consideran admirable e inspiradora. A esa resiliencia y capacidad de adaptación se refiere Sonja Peña Lobo Ferreira, ginecóloga en la Unidad de Gestión Clínica de Obstetricia y Ginecología del Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba, tutora de residentes y especialista en violencia de género. Nació en República Dominicana y se formó allí, vivió también en Portugal, de donde es su padre, pero hizo la especialidad en el hospital cordobés, cuando recaló en Andalucía con 27 años. 

Sonja Peña Lobo Ferreira, ginecóloga en el Reina Sofía. Sonja Peña Lobo Ferreira, ginecóloga en el Reina Sofía.

Sonja Peña Lobo Ferreira, ginecóloga en el Reina Sofía. / El Día

Para esta médica, la sanidad española "es una auténtica maravilla" y es una defensora de la misma. El acceso universal y público y los recursos con los que cuenta "es admirable", y la hizo quedarse, formar familia en esta tierra y brindar sus conocimientos también al país, en un intercambio perfecto de recursos. "Ya he vivido más tiempo en Córdoba que en cualquier otro sitio, esa es mi definición de quién soy", expresa sin temor a equivocarse. 

"Ya he vivido más tiempo en Córdoba que en cualquier otro sitio, esa es mi definición de quién soy"

Más allá del trabajo, los migrantes aportan a Córdoba "en su diversidad -considera Sonja- en su forma de ver el mundo, en tradiciones originales, frescas, diferentes, en su capacidad de inspirar, en experiencia, en la resiliencia que tenemos todos, en que siempre damos más". Pero ese proceso puede ser duro y depende de muchos factores. "En la base de la pirámide de vida básica está la familia -explica la médica- el saber cómo funcionan las cosas, lo que conoces y cómo te has criado, cuando decides apostar por un país diferente, tienes que volver a construir esa base" y esta vez a partir de la nada misma.  

La dificultades de emigrar pueden ser muchas pero para Sonja el "total desconocimiento de cómo funcionan las cosas en general, de cómo cumplir como ciudadana que soy, entender los contratos laborales, tus responsabilidades con Hacienda" fue de lo más difícil de superar. Para lograrlo, tener el apoyo de la gente, de los andaluces, que considera muy parecidos a los latinoamericanos, que iba conociendo en el camino fue esencial.

"En España encontré el motor para emprender"

Erick Fontalvo llegó a Andalucía, a Cádiz, en el año 2015 para trabajar en un concesionario de coches. En 2020, con la pandemia, comenzó a experimentar haciendo quesos en casa con tutoriales y recetas online, logrando elaborar unos productos que les dio a probar a amigos y familiares, que quedaron sorprendidos con lo que podía hacer de forma autodidacta en casa. Erick solicitó una plaza para estudiar en el IFAPA en Hinojosa del Duque y este año se convirtió en especialista en quesería y puso en marcha Lácteos Mi Querencia, su primera fábrica en Córdoba capital. 

Erick Fontalvo, en su quesería de Córdoba. Erick Fontalvo, en su quesería de Córdoba.

Erick Fontalvo, en su quesería de Córdoba. / Juan Ayala

Erick ahora conoce desde los equipos, los aditivos, la formulación, las técnicas de laboratorio o el análisis de la leche y ha incorporado el sabor de los quesos latinoamericanos a su formación en quesos españoles y europeos. Aunque admite que "es un desafío ganarse el paladar español", en su fábrica quiere incorporar los sabores del queso llanero venezolano, del costeño colombiano o del Oaxaca mexicano pues muchas marcas están apostando para hacer que el queso latino sea un fenómeno como otros alimentos del mundo y Erick confía en que se puede lograr. "Yo quiero hacer mi propio queso, inventar uno que no exista, aunque tenga influencias de mis raíces, pero con tecnología de aquí", expresa. 

Lo que tiene su perfil le añade más dificultad: no solo migró desde su país de origen, lo hizo también dentro de España tras hacer media vida entre el Puerto de Santa María y Jerez y eso se traduce en "sentirte un extraño de nuevo". "Hemos vivido un tiempo muy difícil, de mucha precariedad para alcanzarlo, estamos en expectativa al estar arrancando un negocio que coincide con la escasez de leche en Los Pedroches", explica Fontalvo, que defiende el producto artesano por estar "cuidado con mucho mimo, no destruimos sus prioridades, queremos que el cliente obtenga lo mejor de la materia prima". 

"La cultura del esfuerzo es muy importante para nosotros"

Fontalvo es, además, segunda generación de migrantes. "Cuando mis abuelos fueron a Venezuela se encontraron un ambiente favorable para el emprendimiento, yo en España he encontrado este motor para emprender, aunque no las pongan más difícil", asegura y recuerda que la migración española hacia Latinoamérica "venía de mucho sufrimiento, de trabajar muchísimo y lo mismo estamos haciendo nosotros aquí ahora, con una historia de mucho sacrificio, de muchas lágrimas, de mucho dolor". 

"Mi abuela española fue a Argentina cuando lo necesitó" 

Y es que las migraciones suelen ser cíclicas. Así lo han vivido también Lucila y Gonzalo Fidalgo Puig, los dueños de La Tranquera Solo Empanadas. Son argentinos, de abuelos españoles, y llevan ya más de 20 años aportando su entender de la gastronomía a la hostelería de la capital cordobesa. "Mi abuela fue a Argentina cuando lo necesitó y ahora nosotros lo estamos haciendo aquí", defienden mientras trabajan sin descanso en el local que regentan en la calle Sevilla, donde confluyen las empanadas más típicas hasta las fusionadas con rabo de toro, chili con carne y hasta chorizo y provoleta.

Los hermanos Fidalgo Puig. Los hermanos Fidalgo Puig.

Los hermanos Fidalgo Puig. / Juan Ayala

La cultura del esfuerzo, la forma que tienen los migrantes de entender el trabajo vuelve a florecer en esta conversación. Es un común denominador que tienen los inmigrantes suramericanos, consideran Lucila y Gonzalo. "La cultura del esfuerzo es muy importante para nosotros y creemos que la gente que viene a aportar tiene que ser bienvenida", defienden. Y es que los hermanos consideran que "cada vez hay menos fronteras, somos todos iguales" y que la inmigración "siempre es positiva, ocupa trabajos que otros no quieren hacer pero también podemos alcanzar cualquier tipo de puesto o empleo".

Para ellos, esa realidad se refleja en el crecimiento que ha tenido la ciudad en los últimos años. El intercambio de culturas "hace mucho bien a Córdoba y la hace crecer, desde hace 22 años al día de hoy Córdoba ha crecido un montón, tiene mucho que ofrecer y la migración ha hecho mucho por eso". Lo que los mueve es "poder aportar un trozo de lo nuestro y darle a la ciudad lo que sabemos hacer, nuestra cultura, nuestra gastronomía" y también lo apasionados que son, lo cercanos que se muestran con la gente que quieren y lo patrióticos, una cualidad que "florece más cuando te vas".

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