Los amigos ven "imposible" que Bretón perdiese a los niños por su férreo control

El "excesivo control" de José Bretón sobre sus hijos hace que sea "extraño" o, incluso, "imposible" que los perdiese en el Parque Cruz Conde a causa de un despiste en la tarde del 7 de octubre de 2011. Así lo aseguraron ayer los amigos y conocidos más cercanos del acusado ante el Jurado Popular, contradiciendo así la versión que Bretón ha defendido desde un primer momento.

Un excompañero de trabajo del imputado, José Antonio P., fue el primer testigo que ayer mostró sus dudas ante el relato de los hechos que Bretón repitió por última vez el pasado martes durante su declaración. "Cuando desaparecieron los niños me extrañó mucho porque José siempre estaba muy pendiente de ellos", detalló. Durante su relación de amistad, explicó que compartió momentos con la pareja tanto en Córdoba como en Huelva, en concreto, en la etapa que se mudaron a El Portil. "Yo a Ruth siempre la he visto seria. Discutían como cualquier pareja, aunque vi como él le gritó a ella en un par de ocasiones", señaló. En cuanto a las "manías" de Bretón, José Antonio reconoció que "hacía que me quitara los zapatos antes de entrar a su casa" o "pedía que nos lavásemos las manos".

Otra de las testigos que ayer dibujó el perfil de Bretón fue Leonor G., expareja del hermano de Ruth Ortiz, Estanislao, que coincidió con el acusado en Huelva el día anterior a la desaparición de los menores. "Me crucé con él por la calle y me dijo que se estaba separando. Lo vi con una mirada diferente a la que solía tener. Incluso, una vecina me comentó que tenía cara de psicópata", señaló ante el jurado. Cuando recibió la noticia de la desaparición, Leonor recordó que se mostró muy sorprendida y que hasta llegó a pensar que "era él el que se los había llevado". "Pensé que el día que coincidimos los había recogido en Huelva y se los había llevado a Córdoba sin el permiso de la madre", explicó. Durante su testimonio, la testigo también recordó frases comunes del acusado y a las que Ruth ya aludió el día anterior en su declaración, como por ejemplo, "yo no me voy de este mundo sin cargarme a alguien".

Durante la jornada de ayer también prestaron declaración trabajadoras de la guardería donde estaba escolarizado el pequeño José y madres de los amigos de los dos menores desaparecidos, que tuvieron un contacto casi diario con el imputado. La directora del centro educativo, Josefa G., explicó que José era un niño "normal, un poco más bajito que sus compañeros, y que se movía libremente y con facilidad". Hasta la separación de Ruth y José, confirmó emocionada e, incluso, superada por la situación que era el padre el que llevaba al menor a la guardería cada mañana, aunque detalló que siempre iba en "carrito", desmontando así las palabras de Bretón, que en su declaración defendió que siempre llevaba al niño andando después de dejar a la niña en el colegio. "Su abuela Obdulia fue la única persona que durante las últimas semanas trajo al niño de la mano", detalló. En cuanto al trato del imputado con sus hijos, reiteró que era un padre "excesivamente protector" y "meticuloso", algo que chocaba con el comportamiento del resto de progenitores. Del mismo modo, la profesora de José, Yolanda B., recordó al niño como "muy risueño, activo y juguetón" y que le llamaba la atención el modo de actuar del pequeño cuando se le regañaba. "Encogía los hombros y guiñaba los ojos como esperando a que pasara algo desagradable", dijo.

Las madres de los amigos de Ruth y de José compartieron todas las mismas apreciaciones sobre José Bretón, al que calificaron como el "padre perfecto", coincidiendo con la imagen con la que el propio acusado se mostró ante el Tribunal Popular y que su exmujer, un día después, dijo que era "su máscara". "Las madres compartíamos la idea de que era el padre que todas quisiéramos; era el padre perfecto", dijo una de las conocidas de José Bretón. Esta testigo, Isabel P., además, recordó el último cumpleaños de la pequeña Ruth al que asistió junto a su hijo y en el que Bretón le dijo "dolido" que su mujer había decidido separarse. "Repetía exaltado que no era justo y hasta llamó en una ocasión a Ruth como la hija de puta ésta", señaló, al tiempo que puntualizó que el imputado le confirmó que iba a pedir la custodia de los niños, ya que el entorno de Ruth "no era el idóneo para educar a sus hijos". Otra de las madres, Leonor O., por su parte, señaló que el día 7 coincidió con José Bretón a la salida de la guardería del niño, donde le habló de su separación. "Estaba muy nervioso, triste y dolido porque, según él, Ruth le había dicho de separarse a través de una nota", detalló. Además, insistió en que Bretón era un padre "muy pendiente" de los niños, por lo que "era imposible que los perdiese en el Parque Cruz Conde".