La presidenta andaluza, Susana Díaz (PSOE), hereda de José Antonio Griñán un pacto de gobierno con IU suscrito hace 15 meses y un millón de parados registrados, cuya reducción será una prioridad de ambas formaciones políticas, y pretende no recibir los efectos negativos de los ERE.

Cuando Griñán accedió en abril de 2009 a la presidencia de la Junta sustituyendo a Manuel Chaves había 796.467 parados registrados en las distintas oficinas de desempleo de la comunidad, y ahora que cede el testigo a Díaz hay 1.046.483 desempleados, según los últimos datos del Ministerio de Empleo y Seguridad Social.

La primera presidenta de Andalucía ya ha anunciado que la lucha contra el paro será una de las prioridades de su nuevo gobierno, que dará a conocer previsiblemente el próximo lunes 9 de septiembre, y lo mismo han dicho sus socios de IU.

Para ello, el primer objetivo es negociar el presupuesto de 2014, para el que Díaz tiene el corsé del 1% de déficit que exige el Gobierno español, cifra de difícil cumplimiento una vez que el cierre de este año se hará con un déficit del 1,58%.

Además de la mala situación económica, Díaz hereda de Griñán un pacto con IU que se formalizó tras las últimas elecciones autonómicas de 2012, en las que el PP ganó pero sin mayoría absoluta, y fue precisamente la nueva presidenta la encargada de cerrar ese acuerdo, que incluye 250 medidas y 27 leyes.

Otro de los asuntos que recibe Díaz de Griñán son los denominados Pactos por Andalucía, que incluían ocho acuerdos, de los que hay cerrados los de cultura, empleo, de economía social y el relativo a la política en favor de las mujeres. Está por ver si Díaz mantendrá estos pactos o los orillará en beneficio de otras medidas que ponga en marcha.

Lo que no pretende heredar Susana Díaz (Sevilla, 1974) es el caso de los ERE fraudulentos, un caso judicial que lleva ya 116 imputados y que motivó, entre otros motivos, la dimisión de Griñán para evitar la erosión que estaba provocando en la Junta.

También está previsto que reciba de Griñán la secretaría general del PSOE-A, lo que ocurrirá en un congreso extraordinario, para lo que no debería tener problemas si se mantiene el nivel de apoyo que la presidenta tuvo este verano de su partido para recoger avales en las primarias.

Cuando se produzca ese relevo entre los socialistas andaluces, donde Díaz ocupó la secretaría de Organización, la presidenta tendría que dejar el cargo de secretaria general del PSOE de Sevilla que ocupa desde 2012.

De esta forma, Díaz seguiría ocupando cargos desde que en 1999, con 25 años, fue concejal en el Ayuntamiento de Sevilla, concejalía que dejó cuando en 2004 pasó a ser diputada al Congreso hasta 2008, año en el que pasó a ser diputada andaluza hasta la actualidad.