Córdoba CF | Entrevista a Alejandro González

"A mí no me van a poder achacar que he engañado a alguien"

  • Centrado en cerrar "las figuras que van a encabezar el proyecto", que será muy diferente al pasado, el máximo dirigente del club defiende su plan y tiende la mano al cordobesismo

Alejandro González, en las oficinas de El Arcángel, durante la entrevista.

Alejandro González, en las oficinas de El Arcángel, durante la entrevista. / José Martínez

Cordial y amigable, quebrando la imagen de lejanía que dibujó durante su primer medio año al frente del club, Alejandro Carlos González Muñoz tiene claro que el curso recién finalizado debe servir de aprendizaje para el futuro. De momento, advierte que "hay un proyecto y un plan" trazados que pasan por dar identidad al Córdoba con gente de la casa y tender puentes con la masa social, que espera que vuelva a ilusionarse porque la "idea es hacer algo importante". Y ya no valen palabras, sino hechos porque "tenemos que convencerles de que vamos en serio" en esa intención que pasa, sí o sí, por "ir a muerte a por el ascenso".

-Permanencia y gracias. Menos mal que acabó un año difícil.

-Yo creo que lo único que hay que celebrar de esta temporada es que no hemos tenido nada que lamentar. En lo deportivo no ha salido como esperábamos. Ha sido muy irregular y no se ha conseguido el objetivo marcado, y creo que todos estamos de acuerdo en las ganas que teníamos de que se acabase y pudiésemos mirar a la nueva temporada con más ilusión.

-En diciembre fue nombrado presidente. Imagino que no ha sido el desembarco esperado.

-Desde luego que no ha sido nada fácil. Cuando entré al Córdoba (de consejero) en el año de Primera fue muy difícil. Me comí ese primer año y este también me ha tocado pasar una época difícil. La realidad es que no lo esperaba. Sé que a un club de fútbol lo mueve el plano deportivo, pero hay muchas más cosas. Es importante que la gente no obvie cosas que se están diciendo, mensajes que se están mandando y manos que se están tendiendo. Hay cosas positivas en estos meses. Nos hemos equivocado y hemos pedido perdón. Asumimos todos los errores, pero hay cosas positivas y que el socio tiene que valorar. Nos han pedido muchas cosas y las estamos intentando hacer. También hay que ver si la gente que nos pedía esas cosas estaba realmente interesada en que las hiciéramos y ahora que lo estamos intentando hacer, ¿por qué no colaboran? La estrategia será mejor o peor, pero existe un movimiento proactivo por parte del club y nos estamos encontrando con que no nos está tendiendo la mano la gente que nos pedía esas cosas.

-"Cada año en Segunda División es un fracaso", dijo en enero en su encuentro con los medios. ¿Cómo se explica ahora una valoración de 5,5 para la campaña?

-Depende del punto de partida de cada uno y lo que considere un éxito o un fracaso. Hay gente que con un cinco, que es un aprobado, está satisfecha; y gente que es más exigente y busca un sobresaliente. La temporada está salvada porque no hemos descendido. Realmente creo que hemos sufrido más pensando en lo que íbamos a sufrir. Porque que el Córdoba haya hecho los dos meses finales que ha hecho nos ha quitado muchos dolores de cabeza. Todo lo mal que lo hemos pasado era pensando cómo sería el final, que al final no lo ha sido, porque el equipo ha respondido y no ha sido un final agónico. Por eso es un cinco y medio. Además, en materia social hemos demostrado que queremos hacer cosas. Económicamente el club va bien. Y es cierto que deportivamente no lo hemos conseguido, pero ha habido cosas importantes. Hemos visto como nuestro entrenador ha madurado muchísimo, ha conseguido dar con la tecla, en los últimos partidos el equipo ha sabido sobreponerse a situaciones complicadas, hemos descubierto jugadores de la cantera que son fruto del trabajo de años anteriores... No estamos satisfechos con el resultado, de ahí que la valore con un cinco y medio, pero considere que es un fracaso.

-¿Se han detectado ya los errores cometidos? ¿Existe la autocrítica dentro del club?

-El mensaje que hemos mandado siempre es que la voluntad del club es positiva. También hay que entender que si a todo se le saca punta en lugar de mirar la idea general del club, esto es muy difícil. En gestión deportiva hemos cambiado la dirección totalmente. Esto ya estaba pensado y no fue algo que se improvisara ni mucho menos, lo que pasa es que Emilio Vega tenía contrato y no me gustaba mezclar conceptos ni crear situaciones incómodas, por eso cuando acaba el mercado de fichajes en febrero creo que hay que trabajar ya en el nuevo proyecto. Creo que con la nueva dirección deportiva uno de los mayores problemas que teníamos se va a solucionar. Ahora tenemos una planificación mucho más estudiada. Contamos con toda la gente del fútbol base y sabemos cómo queremos lanzar a esa gente. Tenemos mayor conexión entre el fútbol formativo y el primer equipo. Podrá salir mejor o peor, luego veremos los resultados, pero hay un plan y un proyecto. Lo que no se nos puede decir es que no tenemos un proyecto deportivo, luego podemos discutir el resultado. Este año lo vamos a ver. Dije en enero que en tres años tendríamos a diez canteranos en el primer equipo y lo mismo me quedo corto. Hay que ver cómo se adaptan los chicos que lleguen al filial, pero estamos hablando de que dentro de muy poco va a ser una realidad que canteranos, gente formada en categorías inferiores o que llegue al filial, lleguen al primer equipo.

-Permítame una puntualización: entonces se habló de cordobeses, no de canteranos.

-Queremos repescar producto cordobés y en este mercado espero que podamos demostrar que no eran sólo palabras, que nuestra intención es crear un proyecto identitario. No significa que vayamos a buscar sólo cordobeses, pero vamos a intentar traer gente. Javi Lara es un ejemplo de ello, una primera aproximación de lo que queremos hacer. Queremos traer a chicos de Córdoba para la primera plantilla y para la cantera. Ahora, yo no creo en las fronteras y, si un chico es valenciano pero está aquí desde los 15 años... Lo importante no es dónde has nacido, pero sí queremos hacer un proyecto lo más cordobés posible, aunque sobre todo de cantera.

Alejandro Gonzáez posa junto al escudo del Córdoba en el estadio Alejandro Gonzáez posa junto al escudo del Córdoba en el estadio

Alejandro Gonzáez posa junto al escudo del Córdoba en el estadio

-¿Cómo valora el ambiente que hay alrededor del club?

-Los dos o tres primeros meses fueron críticos. La masa social estaba muy enfadada. No quiso asimilar que había un cambio de presidencia y eso conllevaba unos cambios. Y he pagado un cabreo que ya venía de antes. Creo que la situación es mucho más tranquila ahora porque el cordobesista, cuando acaba la temporada, ya está pensando en la nueva. Es algo que sabemos, y tenemos que convencerles de que vamos en serio. La gente está a la expectativa de lo que vamos a hacer realmente. Se está viendo que este año podemos hacer cosas interesantes a nivel deportivo, hay una tendencia de ver los tres o cuatro primeros movimientos para ver por qué vamos a luchar; luego existe una parte más crítica para la que todo lo que hagamos está mal. A nivel social vamos a luchar para limar asperezas. Nadie me puede achacar que haya entrado en guerras con nadie. Es cierto que hemos cometido errores, por ejemplo el de retirar los abonos. Hay una base jurídica en todo lo que hemos hecho, pero es cierto que somos los únicos que lo hemos hecho y eso es como dar un escobazo a un avispero. Pero no podemos partir de la base de exculpar al que se le ha retirado el abono. Ser cordobesista no te puede dar más derechos que ser español. ¿Que yo no debería haberles retirado el abono? Cierto ¿Que al que se le retiró el abono no es ningún santo? Eso es una realidad. Pero queremos solucionar todo lo que podamos. Pretendo que se hable de temas deportivos y cuanto menos posible de temas extradeportivos. No existirán más retiradas de abonos mientras yo sea presidente, salvo que Subdelegación de Gobierno me lo exija por cualquier locura. Estamos trabajando con las peñas, queremos abrir una grada de animación, se ha ayudado a colectivos de animación sin pedir nada a cambio a pesar de ir contra nosotros. Queremos hacer cosas para que en unos meses podamos decir que está todo más tranquilo. Si tuviéramos más colaboración por parte de esa gente tan desencantada (veteranos, minoritarios...), seguramente todos los problemas a nivel social se solucionarían una tarde con un café. Yo lo único que he pedido es que exista una regeneración en estos grupos, igual que la ha habido en el Córdoba, porque la situación de conflicto que existe podemos creer que parte del Córdoba, yo desde luego no lo creo, pero lo que no podemos pensar es que toda la responsabilidad es nuestra. Nadie es tan malo. Vamos a cambiar de caras porque ahora mismo es todo enrocarse.

-"Me tengo que ganar la confianza del cordobesismo", indicó a su llegada. Pero de momento...

-A mí me gustaría haber conseguido la capacidad para tener conflictos solucionados, como con los veteranos y las peñas. Pero no voy a poder cumplir mi palabra porque algunos de los proyectos que teníamos para estos colectivos no se van a poder cumplir. Yo más que la voluntad de escucharlos no puedo hacer nada más. No hay nada insalvable, más que las personas puestas ahí que odian a mi padre.

-¿Todos estos conflictos han hecho pensar a la directiva y la propiedad que lo idóneo es vender?

-A día de hoy, no existe ningún argumento sólido para afirmar que yo no voy a ser presidente y mi padre propietario. Todo lo que se haya dicho antes es mentira. Ahora, si el día de mañana a mi padre le ofrecen 40 millones y lo vendemos... pues puede pasar. Pero a día de hoy no hay argumentos para eso. Lo de Jesús León ya salió el año pasado, pero con Paco Roig yo no he hablado en mi vida. Aunque pensase que lo voy a vender dentro de un mes, no levantaría el pie del acelerador en la vida, lo primero es porque hay que ser profesional. No hay ningún argumento, y eso que la situación ha sido dura, un clima en el que todo se criticaba.

-Habla de acercamientos, pero quizás la forma de reconducir la fractura social no sea la de llamar cliente al abonado.

-En efecto, creo que no supe explicarme. Yo en ningún caso dije que un abonado sólo fuese un cliente. Dije que un abonado es mucho más que un cliente, pero para el análisis que quería hacer iba a centrarme en la relación cliente-empresa. Creo que un abonado es muchísimo más que un cliente; en mi vida definiría a un socio única y exclusivamente como un cliente. Mi pareja, además de eso, es mucho más: mi amiga, mi confidente... Y por llamarla amiga no estoy despreciando todo lo demás. El 99,9% de un socio es sentimiento. Yo sólo quise valorar la relación clientelar que existe con el club en cuanto a la inversión que ellos hacen y el objetivo que nos exigen. Y lo quise comparar con el resto de clubes que optan al mismo objetivo y el precio que ellos pagaban. Todo el que paga un euro tiene derecho a quejarse, pero mi mensaje era para que la gente se quite esa presión. El Córdoba va a luchar cada año por volver a Primera, pero el abonado tiene que estar más relajado y disfrutar. Vamos a pelearlo y no digo que me dejen de presionar, pero hay que entender que los proyectos de ascenso no suelen estar acompañados de alborotos, indignaciones y líos. Quise mandar ese mensaje, aunque sabía que era una línea difícil de cruzar.

-Sobre todo porque el precio de los abonos y el objetivo los marca directamente el club.

-Eso es cierto. Nosotros marcamos nuestro objetivo deportivo, pero la relación del objetivo con lo que exigimos económicamente a nuestros abonados no se corresponde. Y es una decisión propia. ¿Cuál es el objetivo? Única y exclusivamente el de crear masa social. Es un objetivo mucho más sentimental e intangible que económico. Si yo firmo ahora a tres grandes futbolistas y saco un abono alto de precio, la gente se va a seguir abonando, pero hay mucha gente que no se puede permitir eso. Nosotros hemos decidido tener una política social en precios y el objetivo máximo. Pero no podemos perder la perspectiva. Hay que tener tranquilidad y también saber que nosotros nos exigimos el mayor de los objetivos y que al abonado no se lo estamos haciendo pagar.

-¿No puede ser eso una vuelta al conformismo con el que se quiso romper a su llegada?

-Lo que tiene que entender la gente es que el Córdoba va a ir a muerte a por el ascenso cobremos lo que cobremos. Eso es una realidad y la presión interna es la misma, y lo que tiene que exigir el abonado es lo mismo. Pero no podemos volvernos locos. Hay un grado de crítica que quiero seguir teniendo porque me pongo más creativo, pero no nos podemos volver locos y vender esta temporada como un desastre. Ha estado mal y vamos a intentar mejorar para subir, hacer un proyecto ganador, pero no perdamos la perspectiva, porque se está diciendo que hemos estafado a la gente y eso no es cierto.

-¿Teme un desplome significativo en la cifra de abonados?

-Estamos trabajando para que eso no pase. Creo que cuando la gente vea el proyecto que tenemos pensado se va a ilusionar. La idea es hacer algo importante. Vamos a seguir en un perfil bajo de precios, no significa que necesariamente sean los mismos, pero sí entre los cinco o seis más bajos de la categoría.

-¿La campaña irá ligada a fichajes concretos y de referencia?

-La idea es esa, aunque no sea incompatible con la política de los años anteriores. Los más críticos con nosotros dicen que es una estafa porque el proyecto deportivo no es de ascenso. A eso le vamos a dar la vuelta. Queremos hacer primero las credenciales, mostrar las figuras que van a encabezar el proyecto, por eso estamos retrasando la campaña. Pero la idea es esa. A mí no me van a poder achacar que he engañado a alguien. Vamos a enseñar el proyecto y cada uno decidirá si se abona o no. Pero no vamos a enfocar la campaña en el precio, si no en el proyecto. Así luego, nadie se sentirá estafado.

-"Mi estrategia no va a ser regalar entradas", comentó también en su día. Su apuesta era atraer a la gente por "el éxito deportivo", pero este año de fracaso...

-Yo dije que nunca intentaría acercarme a la afición a través de regalar entradas. Jamás regalaré entradas para caer bien a la afición. Cuando lo hemos hecho este año ha sido buscando el llenazo, no el cariño de la afición. Los mismos hechos pueden tener razones diferentes y no por ello es la misma cosa. Yo no voy a regalar entradas para que se me quiera, pero si quiero llenar el estadio lo podría hacer y no es ir en contra de lo que dije. No haré nunca nada populista para conseguir cariño. Pero eso no me impide usar esas medidas con otro fin. Quería llenar el estadio, no que se me quisiese. Cuanto más vacío está el estadio menos me van a chillar, pero quería ayudar al equipo.

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