Benito García de Torres. Alcalde de Pozoblanco

"Tengo muy claro lo que haré si no hay un acuerdo de estabilidad de gobierno"

  • El regidor vallesano mueve ficha para lograr sacar al Ayuntamiento de una crisis demasiado enquistada y que se alarga cada días más · Dolido por su expulsión, rechaza cualquier tipo de negociación con el PSOE

–¿Imaginaba que esto iba a durar tanto tiempo?

–Jamás pensé que esto se iba a largar por tanto tiempo. Aquí se decidió que Benito sobra, pero el único que hizo propuestas para arreglar la situación soy yo. La Ejecutiva ya tenía la decisión tomada de que me fuera. Y lo que es más grave, a la militancia se le ha hurtado el derecho al debate. Por eso está la ciudadanía en pie de guerra.

–¿Quien pidió su cabeza?

–Juan Pablo Durán me dijo que había parado a IU porque querían mi puesto, pero eso es lógico porque es su papel de oposición y la hubieran pedido también de cualquier otro alcalde. Aquí el que pide mi cabeza es Juan Pablo Durán.

–Y su antecesor, Antonio Fernández, ¿ha jugado algún papel en esta crisis?

–Me siento dolido, pero no quiero centrarme en él. Cuando decide contar conmigo en 2003, yo cambio mi vida y apuesto en la confianza de participar en un proyecto importante. Cuando alguien te busca y de repente, cuando se marcha a la Delegación de Empleo, te llama tras las elecciones y te dice que ha perdido la confianza en ti me resulta sorprendente.

–Usted dice que hay que abrir el abanico y hablar para solucionar la situación, pero ¿con quién?

–La urgencia es palpable, evidente y no se puede ocultar, pero le confieso que todavía no he decidido cómo hacerlo. Sí tengo pedida una reunión para la semana que viene con una formación política, para sentarnos a hablar de la situación y analizar la realidad. Esto es un comienzo para ver qué planteamientos se pueden hacer y ver si todos estamos dispuestos a consolidar de una manera inmediata el gobierno municipal. Hay que empezar a hablar, hay que sentarse y ver qué opinión tiene cada formación política. Desde luego, no quiero contar con los seis concejales socialistas. Se lo digo así de abierto y claro. Ha sido tan dura la traición, tan tremenda la espantada, tan irresponsable, que Pozoblanco no merece la actuación de esos cuatro concejales que entregaron sus delegaciones.

–¿Qué debieron hacer?

–Si son coherentes, presentar sus delegaciones y sus actas de concejales de manera inmediata, los seis. Eso habría permitido que la candidatura corriera. Por eso pregunto que quién está impidiendo, amparado en las siglas socialistas, que este gobierno prospere. No es Benito García, son esos seis concejales.

–¿Su hipótesis de negociación pasa porque usted sea alcalde?

–Claro que sí, naturalmente. Ése es el planteamiento inicial. Aquí hay un alcalde electo que algunos quieren cargarse, pero los ciudadanos quieren saber los motivos.

–Una posibilidad es que en esas tres semanas de plazo de las que usted habla no se llegue a ningún acuerdo. ¿Entonces?

–Créame que tengo meridianamente claro lo que hacer. No quiero avanzar sobre el asunto, pero tengo clarísimo lo que haré en el supuesto de que no haya un acuerdo para consolidar el gobierno.

–¿Está diciendo que dimitiría?

–Creo que no es bueno que yo avance nada más al respecto. Hay varias opciones y también ahí se abre un abanico de posibilidades.

–¿Otra fórmula es que le saquen a usted de la Alcaldía?

Bien. Ésa es una fórmula legítima que contempla la legislación y que yo ya le he dicho a los concejales que la presenten en lugar de intentar quitar el sueldo alcalde. Otra cosa es lo que piensen los vecinos.

–Lo único claro es que el Grupo Mixto existirá hasta 2011 con la figura de Benito García.

–No tengo intención de eliminar mi figura de concejal antes de esa fecha, pase lo que pase.

–En su pique dialéctico con el PSOE, parece que no ha gustado que se refiriera al caso de Villanueva de Córdoba.

–No he pretendido comparar las dos situaciones, porque no son comparables. La realidad es que el PSOE quedó roto y eso es un hecho constatable y como consecuencia se le dio el gobierno en bandeja al PP. En los dos casos el partido está roto y en los dos se ha visto la figura de mi ex compañero Juan Pablo Durán. Lamentablemente, creo que el anterior secretario general, José Antonio Ruiz Almenara, no hubiera entrado en este tipo de actuaciones, creo yo.

–Y en Pozoblanco, ¿se le pone en bandeja la Alcaldía al PP?

–Es un tema muy complicado porque intervienen muchos factores. Es muy difícil, tan difícil como que yo no me imaginaba que mis compañeros iban a recoger casi 5.000 firmas de apoyo a mi persona, algunas de ellas de personas muy vinculadas a la derecha. No sospechaba que la ciudadanía estaban tan indignada. A lo mejor no se le pone tan en bandeja el triunfo al PP, depende. Lo que sí creo es que la actuación que está acometiendo el PSOE, sus seis concejales, como IU, pone a ambos en una difícil situación de cara a 2011. Sin ofender a nadie, digo que el PP no ha hecho méritos para que la ciudadanía confíe de manera mayoritaria.

–¿Su carrera política tiene fecha de caducidad en 2011?

–Lo único que puedo confirmar es que cuando me implico en un proyecto lo hago a muerte. Benito tiene claro que el sillón es temporal, efímero y aquí tenemos que estar mientras tengamos capacidad y ganas de hacer cosas. Hay compañeros, como Serafín Pedraza, que ya llevaban muchos años. Yo no sé cómo se puede soportar tantos años en un mismo lugar. Luego entonces creo que con su destitución le hecho un gran favor a este pueblo. Yo no se si me dedicaré a la política o no a partir de 2011. Mis dos pasiones son la política y la enseñanza y en una de ellas me volcaré. Eso es  seguro.

–Si sigue como alcalde, y tras ser expulsado del PSOE, ¿teme algún ninguneo institucional?

–Sería una torpeza. Si eso se constata desde Pozoblanco habría una auténtica contestación, se lo aseguro. No creo que ocurra eso porque en la Junta y en otras instancias, como la Diputación, hay gente con principios, socialistas, muchos de ellos amigos míos, que no van a entrar en ese juego. Eso al final se volvería en su contra.

–Gobernando en solitario, ¿no hubiera sido más fácil para usted decir basta y marcharse?

–Probablemente. Si me hubiera ido hace dos meses no me hubiera visto sometido a tanta presión, tensión y malestares. Pero cuando uno valora en la intimidad, me siento indignado al ver que alguien actúa con tanta alevosía y quiere que le demos en bandeja lo que legítimamente no han sabido conseguir.

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