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El precio del aceite se desploma por debajo del umbral de la rentabilidad

  • La lonja de la patronal agraria en Córdoba detecta una tendencia que ha generado "alarma entre los productores" · Los agricultores dicen que son miles para ofertar su producto a sólo cuatro compradores

El comentario semanal de la lonja del aceite de oliva de la patronal agraria Asaja es contundente: "Bajada en los precios y alarma entre los productores". Cuando hace apenas unos días que se ha iniciado la campaña de la aceituna, con las almazaras con un exceso de existencias del año pasado y con un descenso de un 2% en la producción, el precio del aceite de oliva en origen se ha desplomado de una semana para otra hasta situarse por debajo del umbral de la rentabilidad.

Según los datos de la lonja del aceite de Asaja, en dos semanas los precios han caído más de un 7%, cuando hasta esa fecha en todo el año se habían mantenido estables y el descenso acumulado no era superior al 8%. De hecho, en esta semana no se han calificado los precios de los aceites virgen extra nuevos y los virgen extra de 0,5 grados por temor a un brusco descenso y a que la alarma cundiera mucho más entre los productores de lo que ya lo está haciendo. La semana pasada, estas dos variedades cotizaron a 2,25 y 2,22 euros el kilo respectivamente, una tasa que se estima que se haya desplomado por debajo de los 2,16 euros el kilo, que es la barrera del umbral de la rentabilidad fijada por la Agencia para el Aceite de Oliva. Si perciben dinero por debajo de esa cantidad, los olivicultores cordobeses entran en números rojos. El virgen embotellado de primera y el lampante para refino han rebasado ampliamente esa barrera, y han caído a los 2,13 y 2,10 euros por kilo, respectivamente.

Esta nueva caída en los precios parece tener un motivo claro: las almazaras todavía no han vendido todo el aceite que se produjo la pasada campaña, que fue la tercera más cuantiosa de la historia del olivar cordobés. De hecho, hace apenas un mes las existencias rondaban las 70.000 toneladas de aceite, cuando este año se espera una campaña de unas 220.000 toneladas. A esto se une el dato de que el consumo a nivel mundial ha caído en torno al 2% y que curiosamente España es el primer productor mundial de aceite de oliva.

Sin embargo, los olivicultores denuncian que están atados de pies y manos ante esta situación. Es un mercado productivo muy atomizado que lucha contra unas empresas comercializadoras demasiado localizadas. En concreto, en España existen miles de productores que en su gran mayoría ofertan su aceite a sólo cuatro grandes empresas comercializadoras, que son las que marcan los precios.

Hace sólo un mes, el consejero de Agricultura, Martín Soler, ya urgió a todas las cooperativas a limpiar rápidamente sus almazaras para evitar nuevas caídas en los precios, que desde que alcanzaron su pico en 2006 con tasas de hasta 4,19 euros por kilo de aceite de oliva no han parado de bajar. Sin embargo, las existencias no se han eliminado y los precios han seguido cayendo. "Hay que hacer todo lo posible para que las cooperativas se unan y no esperen a que vayan a comprarles el aceite", concluyó el consejero.

Ahora, los expertos temen un nuevo problema: la crisis financiera internacional. Cuando las cooperativas necesiten liquidez monetaria, intentarán vender su producción de cualquier manera. Esta circunstancia puede provocar un nuevo derrumbe en los precios y llevar al desánimo a un sector muy castigado también por el aumento de los costes de producción, ya que en este año el precio de los fitosanitarios y fertilizantes también se ha disparado.

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