Provincia

La primera mujer maestra de molino

  • Aurora Montes es la única profesional al frente de una almazaraza en una comarca donde el olivar es una pieza fundamental en la economía

Aurora Montes Soldado. Éste es el nombre de la única mujer maestra de molino en toda la Subbética cordobesa, todo un ejemplo en una profesión tradicionalmente vinculada a los hombres. Esta profesional de Carcabuey, titular de una explotación agrícola y socia de Almazaras de la Subbética, es desde hace cuatro campañas maestra de molino de la microalmazara que la cooperativa matriz ha puesto a disposición de los asociados para que molturen y envasen su aceite personalizado.

Cuando a Montes Soldado le propuso la técnica de Almazaras de la Subbética, Nuria Yáñez, asumir una mayor responsabilidad ella lo recibió -confiesa- con "susto". Sin embargo, una vez que comenzó, con la ayuda y la colaboración del personal de la cooperativa y siempre "consultando, sin miedo, las dudas que surgían", consiguió que su trabajo se valore tanto por el personal de la cooperativa como por los asociados, subrayó la Unidad de Género del Grupo de Desarrollo Rural (GDR) de la Subbética.

Durante la primera campaña, molturó 11.181,5 kilos de aceituna de 29 socios y en la presente campaña, recién finalizada, por sus manos pasaron 30.000 kilos, lo que supone triplicar las cifras del primer año. Montes Soldado es la encargada de realizar la planificación de la microalmazara y gestiona con los socios los días para entrega de la aceituna, que es molturada en el día. En un par de jornadas, la persona asociada tiene ya a su disposición el aceite envasado y personalizado. El trabajo es arduo, pues cada vez que realiza una molienda ha de desmontar y limpiar la maquinaria para preparar la siguiente, con el consecuente paro en la producción, explicó el GDR.

En este proceso, siempre surgen anécdotas humanas, como cuando un socio llegó con las aceitunas de un olivo que había plantado su abuelo años atrás y que estaban a punto de arrancar: "El hombre quería tener el aceite de esas aceitunas, que le recordaban siempre a su familiar", recordó la maestra molinera. Es precisamente el lado más humano de este trabajo el que le anima a continuar con su labor en los momentos más agitados de la campaña.

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