Las tendillas

Ramiro García Vila

Alcalde atípico

COMO el lector sin duda supondrá, el espacio de hoy, una vez más, tiene que ser dedicado a don Benito García, que sigue haciendo correr mucha tinta de las rotativas, y resistiendo al frente de la Alcaldía de Pozoblanco, aunque sin la apoyatura política del otrora su partido político.

La verdad es que no resulta fácil tratar sobre el afer en cuestión. Por varias razones. Pero, fundamentalmente, por una: don Benito es un alcalde atípico: Ha sido expulsado de su partido político, el pesoe.

Quizá por falta de información, nunca conoció el autor de esta "opinión" los motivos de la exclusión de don Benito de la filas sociatas. Y, aunque él califica la decisión de "incomprensible", sin embargo ni siquiera piensa recurrirla. De esta actitud, solo cabe concluir la siguiente disyuntiva: O es que don Benito considera ajustada a derecho la medida disciplinaria que le aplicó su partido -creo que no es el caso-; o es que don Benito está hasta la coronilla de los suyos y de su mangoneo. Caben ambas posibilidades. A saber cuál de ellas es la causa. Pero, se la que sea, el afer está más que servido y resulta atípico.

Queda por ver si la… atipicidad es propia o adquirida. Es decir: si la situación ha sido provocada por el alcalde o si, por el contrario, el partido político en el que militaba tiene o no algo que ver en el asunto. Es de esperar que el paso del tiempo nos aclare la situación.

Lo que no constituye disyuntiva alguna es el diferente trato político que reciben los alcaldes sociatas cuando son cesados. Dice la experiencia que cuando un alcalde es desalojado de la poltrona consistorial por las urnas, el partido que lo sostiene lo asciende como mínimo a diputado. O sea: Que la Dipu es algo así como el cementerio político de los alcaldes sociatas cuando son desahuciados… por los votos y otras lindezas. Hacer una lista de casos ilustrativos de este supuesto seguramente resultaría un trabajo interminable.

Trato distinto es el dispensado a los alcaldes defenestrados por el propio partido político. No por los votos. No les queda otra alternativa que la de abandonar la poltrona, so pena de expulsión, o emigrar, cuanto antes, a otras formaciones, aunque sean de un color político diferente e incluso contrario.

Todo parece indicar que el caso de don Benito García está incluido en este supuesto. Y, por ello, se fue al Grupo Mixto sin soltar la Alcaldía. Bueno: Si tiene problemas en su Alcaldía por oponerse al mangoneo de jerarcas de partido, es porque seguramente piensa, seguramente con acierto, que más vale vergüenza sin pesoe que pesoe sin vergüenza. Sin duda: Un alcalde atípico.

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