APARTE de dar la impresión de que el primer sorprendido por la crisis del Gobierno es su propio presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, el efecto sorpresa ha llegado a muchos sobre todo por la adjudicación de la cartera de Cultura a la cineasta Ángeles González-Sinde. Fue la noticia del día, sin lugar a dudas. Tanto a unos como a otros se les ha quedado la boca abierta por muchos motivos: porque no había justificación para remover del sillón a César Antonio Molina, porque nadie se lo esperaba y, sobre todo, por el perfil de la nueva ministra. Menos mal que Rodríguez Zapatero no se anduvo por las ramas y fue claro a la hora de justificar el premio concedido a la autora de La suerte dormida y señaló que se debía a actuar con contundencia contra el intercambio de contenidos en internet. Pero como la red de redes no es tonta y ahí cualquiera puede expresar su opinión, a los 29 minutos de hacerse público el nombramiento de la sucesora de Molina, ésta ya estaba bautizada por los internautas. Su llegada al Ejecutivo no ha caído nada de bien y eso se plasma en los comentarios que se pueden leer en las páginas de periódicos o en los múltiples confidenciales que hay. González-Sinde nos va a dar días de gloria, seguro. Con lo que tendrá que cargar a partir de ahora es con el apelativo que a los 29 minutos de su nombramiento le ha caído. Fue en Facebook y ahí no es la ministra de Cultura, sino "Ángeles González-Sindescargas".

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios