En tránsito
Eduardo Jordá
¿Tú también, Bruto?
LA La crisis económica está en la calle, la gente vive preocupada por la evolución de su propia economía, de su economía familiar, de la economía de su empresa. Las mujeres y hombres de este país hacen todos los días números. Hacen números para llegar a final de mes, para cumplir con los gastos de casa, para atender el pago de la hipoteca o para pagar a proveedores, las nóminas o los impuestos. Las rentas en nuestro país se estancan y, en muchos casos, peligran mientras los gastos no dejan de crecer. A estas alturas, el debate está en la calle, las cosas no van bien y todos los expertos, dentro y fuera de España, señalan que las cosas pueden empeorar a corto plazo y que esto acaba de empezar.
Todo el mundo habla de una crisis menos Zapatero y Chaves, una crisis para la que España no está preparada. El gran problema de nuestro país es su enorme déficit exterior por cuenta corriente, que lo hace extremadamente vulnerable al impacto de esta crisis y, como dice Cristóbal Montoro, "por ahí se nos va la vida, por ahí nos están entrando todos los males y todos estos efectos que están impidiendo que nuestro crecimiento económico siga adelante".
La gente tiene razón cuando recela de unos gobiernos que llevan negando la crisis más de un año y dedicándose a otras cosas. Estamos en una crisis que en buena parte viene de fuera, es una crisis financiera, es una crisis energética, de subida de precios de la energía y de los carburantes, y es una crisis de subida de las materias primas y los alimentos. Sube la inflación, sube el paro, suben los tipos de interés y baja la confianza de los españoles, bajan las expectativas de la sociedad, baja en definitiva, la esperanza de la gente ante esta situación y la realidad económica. ¿Cuánta gente se pregunta qué están haciendo los gobiernos de España y Andalucía? ¿Por qué no reconocen la crisis? ¿No la reconocen porque no la quisieron ver ni la ven ó porque no la quieren ver?
Estas preguntas pueden arrojar respuestas tan preocupantes como unas conclusiones que agrandan la desconfianza y la perplejidad. Qué podemos pensar cuando leemos afirmaciones como la realizadas por el presidente Chaves cuando dice en febrero que "la economía andaluza está mejor que nunca" y promete en junio que la región "crecerá a una velocidad de crucero de un 3% en 2010" o las formuladas por el presidente Rodríguez Zapatero cuando, después de calificar de "antipatriotas" a los que alertaban de la crisis, afirma también en febrero que " la economía sólo atraviesa un bache y no hay motivos para el pesimismo" y, hoy, habla de "periodo de dificultades objetivas" y "desaceleración fuerte", pero no de crisis.
Los ciudadanos y ciudadanas de este país piden soluciones porque tienen problemas. Y señoras y señores; en democracia no todo es ganar las elecciones, hay que gobernar y tomar decisiones todos los días para hacer frente a las cuestiones y a los problemas diarios de la gente y no perderse, inventando palabras o recurriendo a eufemismos para tapar el desgobierno. Cada vez que se interpela a los gobiernos socialistas de Andalucía y España por su inacción contestan que han ganado las elecciones, todos los días desde los bancos del Gobierno en Sevilla o Madrid, en el Parlamento de Andalucía, Congreso de los Diputados o en el Senado repiten lo mismo: "Si, pero hemos ganado las elecciones".
La autocomplacencia en la que están instalados los ganadores contrasta con la gravedad de una crisis que urge respuestas a unos gobiernos que no pueden seguir escurriendo el bulto y viviendo del cuento y de tanto artilugio semántico. El último informe de la Fundación de Cajas de Ahorros prevé un crecimiento para 2008 de 1,3% y en 2009 una contracción de dos décimas, lo que significa que en más de un trimestre la economía española estaría en recesión. El propio Director General de dicha Fundación (Funcas) reclama en su diagnóstico las reformas necesarias al Gobierno y a "reconocer lisa y llanamente" que no estamos ante una ocasional, sino ante "una fase de contracción de un nuevo ciclo de intensidad y duración indefinidas". En estas circunstancias, ¿quién se cree que vayamos a crecer un 2 % en 2008 o a una "velocidad de crucero" de 3% en 2010 como sostienen Zapatero y Chaves?
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