Cultura

Vuelve la Orquesta

Concierto de inauguración de la temporada de abono. Programa: Dmitri Shostakovich, 'Concierto para violonchelo y orquesta n. 1 en mi bemol mayor, op. 107'; Piotr Illich Chaikovski, 'Sinfonía n. 4, op. 36'. Solista: Mikhail Milman, violonchelo. Director: Manuel Hernández Silva. Fecha: jueves 14 de octubre. Lugar: Gran Teatro. Lleno.

Como para demostrar su buena forma, la espléndida madurez alcanzada en todos estos años, nuestra orquesta arrancó su temporada 2010-2011 con un programa compuesto por dos obras rusas muy exigentes: el primero de los conciertos para violonchelo de Shostakovich (1906-1975) y la cuarta de las sinfonías de Chaikovski (1840-1893).

La pieza de Shostakovich sirvió para lucir la técnica y la musicalidad asombrosas del violonchelista principal de la orquesta, el moscovita Mikhail Milman, quien literalmente bordó este concierto de 1959, uno de los más difíciles del repertorio violonchelístico. La obra arranca de manera inquietante con un Allegretto construido sobre el motivo de cuatro notas que representaba al autor (D. SCH, es decir, re-mib-do-si), sobre un tema que ya usó en 1948 para la música de la película La joven guardia y sobre una antigua y triste nana popular. Esos materiales son dispuestos por el genio ruso con gran maestría y una complejidad que supo manejar con solvencia tanto Hernández Silva como el solista. Éste logró momentos de alta emoción en el segundo tiempo, de tono elegíaco; y un virtuosismo de verdadero espectáculo en los restantes, haciéndose merecedor de los largos aplausos que le otorgó el público que abarrotaba el Gran Teatro.

En la segunda parte, la Cuarta de Chaikovski, ya escuchada el año pasado bajo la batuta de Irina Trujillo, mostró, en mayor grado aún que en aquella ocasión con motivo de la inauguración del curso universitario, la alta calidad de la Orquesta de Córdoba en todas sus secciones. Me pareció brillante igualmente la dirección de un Hernández Silva cuyos gestos de agradecimiento y entusiasmo durante la larga ovación final fueron complemento adecuado a la satisfacción que mostraba el respetable ante esta nueva temporada de su orquesta. Naturalmente.

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